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Pérez-Santiago. Foto de Claudio Geisse Sarrett |
La cultura y el arte de un país o de una
ciudad, su sensibilidad de época, se construye con históricas ideas
fuerzas: sueños, visiones, liderazgos, diversidad, oportunidades y un zumbido
de actividades.
La sensibilidad de una época es el grado de esteticismo de un tiempo, su
artificio estético. Su textura,
su superficie sensual, su estilo. Un artificio de magnetismo y versatilidad que surge de los sueños, de una obra de teatro, de una novela, de una canción, de un poema y que modelan su tiempo.
Es una voz
interior que pica, que pincha, que agita, que seduce. Un modo de divertirse que empieza a ser el modo de divertirse de mucha gente.
Una luz
luminosa que irradia felicidad y sueños. Una luz que no se puede crear artificialmente, ni menos manipular. Esa luminosidad se produce en un marco de extensa libertad. Tampoco es lineal, es, más bien, cíclico. Es decir, no siempre la luz está en el futuro, también puede estar en el pasado. Toda nueva luz cultural reescribe el pasado.
El ambiente es decisivo para crear una sensibilidad de época. Los artistas pueden ser jovenes o viejos. No está relacionado con la edad de los protagonistas. No es un asunto de ser un artista precoz o un viejo experimentado. En un ambiente fértil o fecundo, sea un artista precoz o un viejo experimentado, tendrán su oportunidad.
La sensibilidad de época se construye, pues, con tres pilares coordinados entre sí:
1.El mercado
2.Mecenas privados o públicos y
3. El esfuerzo personal del artista.
Nuevas habilidades
Por ahora, la cultura mundial ha entrado un nuevo fenómeno cíclico de nuevos mitos fundacionales de fantasía. Lo que es obvio, es que se hace con las nuevas habilidades surgidas en las últimas décadas: un sistema que trabaja con datos, streamings, youtubers, inteligencia artificial, impresión por demanda, ebooks, redes sociales, web, marketplace, marketing digital, migración de las audiencias, micro-nichos, etc.
Nuestro hastío
En Chile, en cambio, la pobreza de esa sensibilidad de época es evidente. Hay un grave retraso sobre
la percepción de los drásticos cambios en el mundo. Chile está
culturalmente atrasada y pasiva. Los debates culturales son débiles. Se nota una
sociedad cansada, bucólica, o, digamos, medieval. No hay más vida nocturna.
Por desgracia, el ambiente cultural enmohecido es un caldo de cultivo para que surgan y predominen los barbarismos en las redes sociales. Se ve por todos lados. La suciedad y la pocilga. Teorías conspirativas, estupidez, anticiencia, el poder de los prejuicios. Ciudadanos que todos los días tragan la comida podrida llena de odio, resentimiento y mala leche. La falta de escrupulos empieza a dominar el ambiente cultural. Los estupidos ganan votantes, cierran conversaciones.
Esto también retrasa, sin duda, los esfuerzos chilenos por crear un ambiente o ecosistema de mejora general de la innovación, los avances científicos y tecnológicos en el país y que genere conocimiento nuevo y reducción de la brecha digital.
Es como si una erupción volcánica haya lanzado
ceniza a la atmósfera. El sol apenas proyecta sombra sobre Chile.
Este velo de cenizas desencadena años sin verano. Como si viviéramos en un
eclipse prolongado e inquietante. Es decir, una especie de Ragnarök, el oscuro
apocalipsis de la mitología nórdica.
Sin
embargo, no todos lo notan.
Hoy el
común discurso de los actores culturales en Chile se reduce a pedir más
recursos estatales y la necesidad del financiamiento público. La fallida
política de fondos concursables por más de 30 años condujo a la burocracia de
evaluadores anónimos y a la politización del sistema. (Quién elige a los
anónimos evaluadores?).
Los políticos, no hay que preocuparse de los políticos. Están
atados a una anquilosada taxonomía de comportamiento, a una jerarquía
irrelevante y decadente.
Pocos
liderazgos. Poca mística. Poca magia.
Se avanzó
en la construcción de centros culturales importantes en todo Chile. Sí. Pero, a
pesar del éxito de algunos, no hay vitalidad y la mayoría falla en la gestión.
Tampoco hay esfuerzos de conectarse con el ecosistema que promueve la ciencia y la tecnología, y la atracción y retención de talentos. La inteligencia artificial es una realidad hace rato ya. Pero a nadie parece importarle en Chile.
Bucles comunicativos
Las
culturas o las sensibilidades de época solo se transforman y crecen por medio
de bucles o intensos procesos comunicativos abiertos, honestos y vitales. Son el conjunto de
actitudes que un grupo de artistas comparte en común. Es una sensibilidad, no
es una ideología ni un movimiento: es más sutil, atmosférico. (Susan Sontag).
Son las nuevas ideas penetrantes, nuevos debates, nuevos líderes artísticos que
enfrentan con coraje una era.
Los
rápidos cambios en el mundo obligan a cualquier empresa a salir de su zona de
confort e invertir en nuevas habilidades para percibir esos cambios. Creo que
la eficacia y la sostenibilidad financiera de las organizaciones y empresas
culturales o unidades básicas del arte y la cultura se garantizan mediante el
fortalecimiento de sus capacidades de gestión para colocarse en el mundo.
Al
integrar la autenticidad del trabajo cultural con la perspicacia estratégica, el programa es un faro de cambio progresivo, que mejora las
habilidades de liderazgo, fomenta redes vitales y estimula el crecimiento
colaborativo en todo el panorama cultural.
Por
lo pronto, los desafíos del sector cultural han sido los mismos que los demás
sectores de la economía: hay escasez de recursos, rápida digitalización y
expectativas cambiantes de la audiencia. Esta nueva era de creciente
volatilidad y ambigüedad exige nuevas habilidades y un cambio en
la mentalidad de liderazgo.
El sistema cultural
debería comprender aún mejor qué ventaja competitiva se puede obtener al
combinar habilidades de diferentes campos, como la ciencia y la tecnología.
En la mitología, el
Ragnarök inicia una época dura, son años de oscuridad, de invierno incesante, la desaparición de
cuerpos celestes que dan vida, la destrucción total de ciudades y pueblos
abandonados. Y, sin embargo, a partir de estas ruinas, el mundo nace de nuevo,
con nuevos dioses propios de un mundo nuevo.
“La
tierra emergerá del mar nuevamente, y entonces será verde, justa y hermosa”, le dice
Odín a un angustiado y desesperado rey sobre las secuelas del Ragnarök. Esperanza y renovación.
Nuevos enfoques
El
mundo se hace más pequeño, tenemos que encontrar enfoques cada vez más
dialógicos y orientados hacia el exterior. La diversificación del diálogo en el
campo cultural y artístico puede tener mucho que ofrecer, pero para tener éxito,
necesitamos ampliar la competencia estratégica, las redes multidisciplinarias y
el conjunto de herramientas comerciales de las organizaciones y empresas
culturales. Los actores culturales y artísticos deben demostrar su propósito
con significados compartidos. Tenemos que pasar del arte y los reductos
profesionales hacia redes internacionales multidisciplinarias.
Al
ampliar su conocimiento de otros campos y, por ejemplo, (su experiencia
comercial, por ejemplo) tendrá la oportunidad de mostrar mejor sus puntos fuertes a los
demás y aumentar su importancia para todos.
Es
decir, dicho claramente, hay que fomentar el fortalecimiento del liderazgo del
sector cultural y artístico, el crecimiento de nuevas redes y con ello la influencia
internacional del sector.
Un nuevo ciclo que alimente el optimismo, la esperanza y las
visiones audaces y así garantizar que los efectos positivos de la cultura
irradien para el bien común de todos.
Ante el estado crítico del arte hay que
lograr cambios tan necesarios como urgentes e imprescindibles.
Buscar la mística, la magia que anime el arte y la cultura.2M
Comprender que es preciso llevar a cabo
cambios del transicionales pero que, al mismo tiempo, sean
disruptivos. No hay cambios sin rupturas.
Para eso se necesita un liderazgo eficaz.
Cooperación
Mi tesis es sencilla:
Cooperar para generar nuevos marcos. No es cuestión de voluntad política, ni de manipulación organizativa. Es una cuestión de inteligencia. Es imperativo cambiar el eje.
No es motivador ni atractivo que el espacio del arte y la cultura se encuentre anquilosada en visiones aburridas y que no convocan ni generan nuevas sensibilidades.
Mi pregunta es:
cómo liberar el talento
humano, en una sociedad del conocimiento y la economía de los intangibles. Con una visión y valores que inspire con su competencia
técnica, integridad y coherencia. Una narrativa verdadera
y que de un significado, un sentido de las emociones y de los valores y que
aumente la confianza de las audiencias.