lunes, diciembre 28, 2020
jueves, diciembre 10, 2020
VANIDAD DEL ESCRITOR COMUNISTA. MÁXIMO GORKI
¿Qué quieren más de mí?
30 denarios, Charly García
Esta foto en blanco y negro se llama “Vanidad suspendida”. El gran escritor Máximo Gorki está echadito para atrás, como en un trono, escoltado por dos hombres sonrientes, simples pero mañosos: el comisario Voroshílov y el Vozhd, el terrorífico líder comunista, Stalin.
Según la curiosa y casi ridícula parábola de El mono y el organillero, el mono atado al organillo, cree que el organillero es su esclavo.
Aunque el organillero es siempre el narciso.
La foto la tomó alguien el día miércoles del 26 de octubre de 1932, en la casa de Gorki, el palacio Art-Nouveau que construyó el arquitecto Shéjtel, el Gaudí ruso.
Stalin, le regaló a Gorki la mansión de Art-Nouveau, como si la casa fuera de él. Le sumó al soborno una dacha. Stalin lo condecoró con la Orden de Lenin. La avenida Tverskaya de Moscú, su ciudad natal Nizhny Novgorod, el avión más grande del mundo y el Teatro del Arte de Moscú se llamaron Gorki, por decisión del Stalin.
El escritor se había entregado por ese soborno, echadito para atrás y treinta denarios.
¿Qué quieren más de mí?
Stalin dijo de Gorki: «Es un hombre vanidoso, debemos atarle con cadenas al partido».
Se dice que la vanidad es el pecado favorito del diablo, en este caso el diablo es Stalin.
Para los vanidosos, todos los hombres son sus admiradores. (El Principito). A los vanidosos quizá más que las cosas, o el cariño, lo que esperan es que los admiren. No necesitan amor. Necesita adulación.
Only need is vanity (John Lennon no lo dijo, pero quizá lo pensó)
La Vanidad es común en cierto gremio de escritores. Por un soborno menor, (por un pequeño premio o un sueldo cicatero), hay un escritor que se inclinó frente a un mediocre ministro.
Gorki no es el único escritor que perdió su integridad para llegar más alto.
El 26 de octubre de 1932, el día de la foto, en la casa Art-Nouveau del cohecho, junto a numerosos escritores, Stalin proclamó el realismo socialista, doctrina oficial del comunismo.
No estaban en esa cena las grandes estrellas literarias rusas - Ajmátova, Mandelstam, Pasternak, Bulgákov-, estaban perseguidas.
Igualmente, pocos años después, varios de los escritores participantes en la cena estaban presos; algunos fusilados.
¿Cuántos escritores fueron ejecutados por Stalin? Cientos.
Y en esos días ¿Qué pensaba Gorki en su interior? No lo expresaba. Se dice que en privado, sin rumbo, refunfuñaba bajo su bigote en forma de cepillo.
Gorki calló. No tuvo valor cívico.
¿Le hacía falta amor? ¿Only need is love?
Según Ovidio en sus Metamorfosis, el joven Narciso, por su fama celebradísimo, en su dura soberbia, era incapaz de amar a nadie. ¿Cuántas veces, inútiles, Narciso dio besos al falaz manantial?
Gorki quedó suspendido como mármol formado una estatua, quizá en la desesperanza y la melancolía. ¿Era inevitable que Gorki a los 63 años adquiriera la rigidez de la piedra?
Gorki no le debía nada a la revolución rusa. Máximo Gorki era famoso antes de la revolución.
Pero Gorki se dejó cautivar. Contravino "El cantar de la Hueste de Igor", la primera obra de calidad literaria rusa de 1185, donde Igor dice a su mesnada: “más vale morir por nuestras heridas que dejarnos cautivar”.
Dejarnos cautivar.
Los cobardes mueren muchas veces antes de su verdadera muerte; los valientes prueban la muerte sólo una vez. (Shakespeare)
Gorki cuando era joven contó un chiste. A Federico de Prusia le gustaba que le obedecieran. Pero en la hora de su muerte, Federico confesó: “Me cansé de reinar sobre esclavos”.
Se dice que al final, Gorki estuvo bajo vigilancia permanente como esclavo, no salía de su lujosa mansión Art-Nouveau regalada. El gran Gorki se escondió en la espesura de su soledad, de su hondo pesar.
Aunque hay muchos que dicen que Gorki murió envenenado lentamente, el drama entre Stalin y Gorki careció de violencia pura, como le hubiese gustado a Shakespeare, experto en el arte de la crueldad.
Hubo solo sigilo.
Al sigilo de Stalin, Gorki le puso el sigilo del escritor: su silencio mientras fumaba con boquilla. Ante la disyuntiva de elegir entre el ángel bueno y el ángel malo, eligió el mutis.
Así, Gorki fue un personaje con significado literario, un personaje moderno, pero parte de la tradición popular, un entregado a Mefistófeles.
Gorki muere en 1936, tuvo apenas 4 años de gozar su vida de rico comunista.
miércoles, diciembre 02, 2020
"Pedro Páramo de Juan Rulfo. Migración desde islandia, Argentina a México". Off the record. Diciembre 2020
En la Revista de excelencia "Off The record" , que dirige
Rodrigo Goncalves
. Mi historia de "Pedro Páramo de Juan Rulfo. Migración desde islandia, Argentina a México". Diciembre 2020 Islandia es una roca fría y oscura donde viven 330 mil islandeses, una antigua civilización con espíritu de continuidad y sentido perdurable. Un pueblo de lectores, de suculenta tradición literaria, las sagas islandesas.
A los 33 años el islandés Halldór Laxness publicó su maravillosa novela Gente Independiente en dos partes, en 1934 y 1935. La novela menciona 92 veces la palabra "Heiði", que en islandés significa Tierras Altas, un paisaje lunar, pedregoso, de arenas volcánicas y glaciares. En ese desierto, en ese pedregal de leyendas fatales e inmensas soledades, vive el imaginario homérico de la cautivadora novela, el héroe melodramático Bjartur que desea ser autónomo y orgánico con el paisaje.
La teoría de las Placas literarias sostiene que la literatura se alimenta de un cableado neuronal por donde viajan los imaginarios y donde el traductor es uno de sus agentes transmisores.
El británico James Anderson Thompson se graduó en literaturas nórdicas en la Universidad de Leeds en 1931. Luego trabajó como profesor de escuela en Islandia, en Akureyri cerca de "Heiði". Se llevó la novela de Laxness y afanó 8 años en la traducción al inglés de Gente Independiente.
Thompson tradujo la palabra "Heiði" como “Moor”.
La novela fue publicada en Londres en 1945 y en Nueva York en 1946 y provocó una tormenta literaria. Vendió medio millón de copias.
Los traductores y los inmigrantes renovaron la respetable cultura Argentina. El color de exilio y la traducción se unieron en la importación literaria durante la época de oro de las casas editoriales, entre 1950 y 1970. El argentino Floreal Mazía (1920-1990) tradujo la novela de Laxness, desde la versión en inglés de Thompson. Mazía fue un traductor de talento, al nivel de Borges y Cortázar. Su padre era un inmigrante que le parloteaba en idish en la vibrante Villa Crespo de Buenos Aires, venero de ficciones (una palpitante comunidad de inmigrantes y obreros, barrio del tango de gigolós y minas bravas y de los escritores Leopoldo Marechal y Juan Gelman). En ese fundidor de razas y credos Mazía aprendió francés, inglés, italiano y portugués.
La editorial Sudamericana la había fundado otro inmigrante, el catalán Antoni López Llausàs. En 1951 Sudamericana publicó la novela Gente independiente en español traducida por Mazía, primera obra de Laxness en español. Y en los 92 lugares donde el libro decía “Moor” ("Heiði"), Floreal Mazía tradujo “Páramo”.
En 1953, en ciudad de México, Juan Rulfo empezaba a escribir su clásico universal Pedro Páramo. Quizás inspirado en obras de dos mujeres: Cartucho de la mexicana Noellie Campobello, sobre los recuerdos de la muerte, y La Amortajada de la chilena María Luisa Bombal. En 4 meses Rulfo escribió su novela de noche, pues él era un “tecolote”, es decir, un búho que necesitaba la negrura y el silencio para encontrar el tono, la poesía, el ritmo y el sentido del humor.
Se publicaron tres adelantos de la novela en 1954. En las revistas Las Letras Patrias, de la Universidad de México y Dintel.
Aún la novela se titulaba Los Murmullos.
La lectura del libro de Laxness alentó la imaginación de Rulfo. Juan Rulfo dijo: “Para mí fue un verdadero descubrimiento Halldór Laxness”.
Entonces apareció, como un fulgor, el nombre de su novela, Pedro Páramo y en su Remington, Juan Rulfo la pasó al limpio -127 carillas. En una cuartilla, escribió a mano en mayúsculas: “PEDRO PÁRAMO” y la llevó al Fondo de Cultura Económica.
En marzo de 1955, FCE publicó la novela con el nombre que la haría famosa.
Rulfo tuvo coraje imaginativo para titular la novela como Pedro Páramo, Piedra del Pedregal, claro símbolo de la fatalidad, piedra fundadora de un infierno. También tenía un humor excéntrico y paradójico y conocía el sarcasmo o la ironía. Humor y melancolía, qué mezcla dichosa en la literatura.
En octubre de 1955, Laxness recibió el premio Nobel de literatura que aumentó de inmediato la autoestima literaria de la pequeña Islandia.
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