jueves, marzo 02, 2006

Londres 38


Una serie de personas convocan para que el inmueble ubicado en calle Londres 40, ex 38, de la ciudad de Santiago de Chile, que recientemente ha sido puesto a la venta por el Instituto O'Higginiano, , sea adquirido por el Estado y destinado a constituir un espacio para la construcción de la memoria histórica.
El recinto fue un centro de detención, tortura y exterminio de detenidos políticos.
Allí murieron
94 personas.


Para suscribir esta convocatoria y apoyar las acciones de recuperaciónde la casa de Londres 38, enviar correo a:
comite119@yahoo.com
londres@londres38.cl

CONVOCAN:
Corporación 119
Colectivo Londres 38
Codepu
Coordinadora de ex - prisioneras y ex - prisioneros políticos deSantiago

ADHIEREN:
Carlos Ominami, Senador de la República
SECH Sociedad de Escritores de Chile
Reinaldo Marchant, Presidente de la SECH
Bruno Vidal, Poeta chileno
Michel Bonnefoy, escritor franco-chileno, sobreviviente de VillaGrimaldi
Hernán Miranda, Poeta chileno
Elvira Hernádez, Poetisa chilena
Erwin Díaz, Poeta chileno
Jorge J. Flores Durán, Poeta chileno, sobreviviente de Londres 38
Cecilia González Guzmán, Directora de coro
Ricardo Pizarro Pacheco, Galerista, sobreviviente de Londres 38
Beatriz Castedo, Artista Plástica, sobreviviente de la AGA
Héctor Belfort, Médico
Victor Campos Morasso, Ingeniero
Juan Pablo Alba, Empleado,
Lyon FranciaManuel Guerrero Antequera, Sociólogo

4 comentarios:

  1. Lógico - cómo puede 'perderse' una casa así.
    HAY que conservarla.
    El recuerdo de los grandes errores es lo que hace crecer a los pueblos.

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  2. y pensar que en un video que hicimos se ve la fachada de ese edificio...

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  3. Anónimo11:56 a.m.

    No puede perderse esa casa es parte la historia que no podemos olvidar
    María Elena

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  4. Amigos comparto un texo, que escribí luego de saber la noticia del patio 29. lo puede ver en mi blogs.
    http://jorgefloresduran.blogspot.com
    Un abrazo
    Jorge Flores



    El Patio 29.



    El patio 29 está lleno de cruces, de cruces metálicas, del material más modesto e insignificante, metal que buscan los carretoneros en las madrugadas en los tarros de basura. No es un acto voluntario de hacer todo zafio, todo grosero, es el olvido el que colocó esas cruces de lata, es el olvido el que llevó la basura a las tumbas rasantes.

    El patio 29, está ubicado en la capital del país, cerca de una bella estación de metro, no lejos de una impresionante ciudad industrial, no lejos de enormes casas en un exclusivo barrio residencial—Chicureo— sin embargo nadie va a él, a pesar de la brisa no llega el polen de las flores, ahí no llegan las mariposas a pulular, tampoco los pajaritos a beber agua, porque ahí no hay flores, no hay agua, el metal caliente de las cruces ahuyenta a las mariposas. En el Patio 29 solo hay un enorme signo de interrogación.

    Van unos cuantos días desde que apareció la macabra noticia, y ésta se convirtió en una espada salada en el corazón de los familiares de los detenidos desaparecidos ¿Cómo puede haber tanta indolencia? para hacer publica tan tormentoso hecho.

    La justicia, palabra comodín, aparece justificando todo: el dolor que produce, las ineficiencias, la lentitud, hasta el olvido. La justicia se ha reducido, solo a encarcelar a escogidos criminales, simplemente significa años de cárcel, de los ideales de esos olvidados chilenos, nadie habla. Yo no espero la justicia… habrá que ir a buscarla en la vía láctea, como un pensamiento perdido en un río, que al salir solo ve la luz azul, azul del misterio. El dolor y la justicia se juntan pero no son lo mismo, la postrera llegará negociada, pero llegará, porque le sirve al Estado, le sirve a la historia, le sirve a los negocios, le sirve al preboste en el senado o fuera de él, le sirve al dirigente en el sindicato, a los dogmáticos, pero el dolor no se puede negociar, está presente todos los días, en las noches, en los cuartos de horas, también cuando se levanta la mesa y las díscolas migas de pan hacen ver la ausencia. En cambio el dolor quedará para siempre, ese se irá con los que lo padecen, no existe otra verdad que esa.

    En el Patio 29, está la radiografía del país actual, mucha inversión en infraestructura, pero también olvido y basura a los sentimientos de las personas más modestas. Seguimos construyendo una sociedad arribista que solo quiere triunfar pero le molesta mirarse al espejo y ver la vergonzosa historia reciente; entonces de qué nos sorprende la sombra que cubre el patio 29, si hay muchos patios iguales en nuestra vida cotidiana.

    No escribo por escribir. Tengo —posiblemente— un familiar en el patio 29, es mi primo Julio, desaparecido el año 1975. Alguien le dijo a mi tía que Julio podría estar ahí, ella no alcanzo escuchar la noticia, ella murió, al igual que mi tío Fidel, su única hermana, Arcadia, tampoco escuchó, ella fue asesinada por la espalda en el año 1981, cuando aparezca mi primo Julio, nadie de su familia de origen podrá estar presente.

    ¿Qué aparecerá de Julio?

    Nadie lo sabrá, pero aquí estaré yo primo, para besarte... a lo mejor una falange y decirte adiós… que descanses en paz.



    Jorge J. Flores Durán.

    Poeta.

    Autor del Libro Londres 38 (un número desaparecido)





    Jorge.

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