sábado, junio 05, 2010

“Que yo mude no es extraño”

"Al fin, como todo pasa," escribió Cervantes en el Quijote. La mudanza del tiempo es un tema clásico en el siglo de oro español. La mudanza del tiempo es también motivo de canciones populares muy antiguas, como Muda la vana esperanza  que interpreta el gran argentino Atilio Reynoso:





La cancion es tan antigua que ya en 1933 el investigador argentino Juan Alfonso Carrizo (1895-1957) incorpora dos versiones en su Cancionero Popular de Salta (Bs. As, Universidad Nacional de Tucumán).

La primera versión de la canción la sacó del cuaderno de un tal  Sr. Matorras. Afirmaba que el Sr. Pedro Peretti, oyó esta misma canción a un militar retirado del lugar.


EMPEZARE MI MUDANZA
Empezaré mi mudanza
Para empezar a cantar,
Estilo voy a mudar
Cuando mude mi esperanza;
Muda el peso la balanza,
Mudan los sastres el paño,
Mudan los días del año,
Y siempre queda una duda.
Y al mirar que todo muda
Que yo mude no es extraño.

También muda el escribano
Lapicera, tinta y pluma,
Muda toda ave su pluma,
Muda prendas el paisano,
Herramienta el cirujano,
Muda el pájaro su nido,
Muda hogar el ermitaño,
Mudan los meses del año,
Y al mirar que todo muda
Que yo mude no es extraño.

Muda también el poeta
Sus versos y melodías,
Mudan los meses sus días,
Muda el médico receta,
Muda bueyes la carreta,
Las plantas en todo el año,
Muda la mujer de engaño,
Mudan caballos los coches,
Mudan los días, las noches,
Que yo mude no es extraño.

Mudan también los colores
em el transcurso del tiempo,
muda su corriente el ciento,
mudan de aromas las flores,
mudan también sus añores,
si joven más cariñosa,
muda de genio la esposa,
cuando pasan los dos años,
al mirar que todo muda
que yo mude no es extraño.


La segunda version Empezaré mi mudanza se la habría dictado una señora F. S. de Serra, en "Miraflorea", Anta, en el año 1931.

Muda la vana esperanza

Muda la vana esperanza,
muda todo lo profundo,
de modo que en este mundo
todo presenta mudanza.
Muda el fiel de la balanza,
mudan de estación los años
y con disgusto tamaño
de traje muda una viuda.
Y así como todo muda,
Que usted mude no es extraño
.

Muda el mejor escribano

su porvenir y fortuna;
mudan las aves de pluma,
muda el cabello un anciano;
muda la planta en verano
sus hojas sin grave daño.
Temeroso es el engaño
de aquel que ama con ternura.
Y así como todo muda,
Que usted mude no es extraño
.

Muda el sol en su carrera,

cuando el día ya no existe.
Muda la planta y se viste
de verde en la primavera.
Muda de pelo la fiera,
muda de color el paño,
muda el pastor su rebaño
para ver si Dios lo ayuda.
Y así como todo muda,
Que usted mude no es extraño
.

En la Introducción a Rapsodia Bárbara, (publicada en 1953) el poeta uruguayo Emilio Oribe (1893-1975)   afirma que en su infancia, a finales del siglo 19 escuchó la canción gaucha:

Muda la buena esperanza,
muda todo lo profundo.
Sepa usted que en este mundo
todo presienta mudanza.
Este compuesto de ruda sabiduría terminaba repitiendo dos versos:
así como todos mudan,
que yo mude no es extraño

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