domingo, julio 17, 2005

Las empresas y los medios de comunicación

Este domingo Nestlé publicó en todos los dirarios nacionales una inserción pagada para decir que los cereales son ..bla...bla..blaaa.
Veo ahora un artículo muy interesante en Nación Domingo de hoy. Es el mismo tema: las empresas y los medios de comunicación, a propósito del tema de los cereales y Nestlé. 
"Políticos y jueces ya saben lo que es estar bajo el ojo escrutador de la prensa. Ahora es el turno de empresas y empresarios. Y esto recién está comenzando."
Aquí va la columna de Christian Fuenzalida, que es director de la Escuela de Periodismo de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano y ex subdirector de prensa de Canal 13.
Los fines y los medios
Después del escándalo político... el económico
Contra lo que pudiera pensarse la televisión es el medio más dispuesto a enfrentarse a las empresas con denuncias. ¿Alguien se imagina a un diario mostrando los envases de carne mal rotulados como lo hizo Informe Especial? Quizás por ello la noticia del Sernac anunciando demandas por cobros abusivos de intereses en contra de algunas tiendas estuvo entre los titulares de todos los informativos centrales de la televisión, mientras que ni El Mercurio ni La Tercera lo consignaron en su portada.

Los últimos años han marcado el fin del respeto reverencial que históricamente los medios de comunicación sintieron hacia el poder político y judicial en nuestro país. Por primera vez la prensa adopta la duda permanente como actitud hacia el comportamiento de los jueces e integrantes de la clase política, asumiendo la máxima del periodismo liberal de algunos países desarrollados: en el ejercicio de la libertad de expresión es preferible pedir perdón antes que permiso.
Este tardío tránsito de la prensa en nuestro país hacia el cumplimiento de la función de vigilancia que los teóricos de la comunicación formularon hace más de medio siglo, marca el inicio de un camino sin retorno cuya próxima estación ya empieza a ser visible: el cuestionamiento del poder económico y especialmente de la figura empresarial. La experiencia en países con regimenes democráticos maduros muestra como al destape de los escándalos políticos siempre siguen las revelaciones de escándalos económicos.
La modificación a la Ley del Consumidor genera una nueva fuente de información para los periodistas. Surgen las organizaciones de defensa del consumidor que ahora se paran de igual a igual frente a las empresas, obligando a los medios a revisar una orientación usualmente más sensible hacia los intereses del responsable de la oferta que a las inquietudes del sujeto de la demanda. Así el consumo se vuelve un frente noticioso diferenciado de la economía, donde los protagonistas eran los empresarios y sus emprendimientos, para abordar los flujos y fricciones de un ámbito de la vida tan relevante para el ciudadano mutado en consumidor.
El esquema narrativo de la noticia, especialmente en televisión, suele plantear maniqueamente la existencia de actores buenos y malos, de víctimas y victimarios. Cuando se trata de denuncias el que reclama es casi siempre el bueno, el denunciado sólo puede jugar de malo. En este planteamiento los periodistas construyen redes de mutuo beneficio con los denunciantes: tú reclamas, yo te cubro, él responde. Adicionalmente muchas veces actúan acríticamente amparados en la filosofía de defensa del eslabón más débil de la cadena del consumo, más aún cuando en los medios la experiencia de presiones de la empresa-anunciante siempre se hace sentir, con mayor o menor elegancia. Las organizaciones de consumidores conocen como funciona el esquema, por eso informaciones del tipo “la verdad de los cereales que comemos cada mañana” , que vimos esta semana, sólo podrán ir en aumento.
Contra lo que pudiera pensarse la televisión es el medio más dispuesto a enfrentarse a las empresas con denuncias. ¿Alguien se imagina a un diario mostrando los envases de carne mal rotulados como lo hizo Informe Especial? Quizás por ello la noticia del Sernac anunciando demandas por cobros abusivos de intereses en contra de algunas tiendas estuvo entre los titulares de todos los informativos centrales de la televisión, mientras que ni El Mercurio ni La Tercera lo consignaron en su portada, relegando la información a páginas interiores de escasa visibilidad.
Políticos y jueces ya saben lo que es estar bajo el ojo escrutador de la prensa. Ahora es el turno de empresas y empresarios. Y esto recién está comenzando.
Para reporteros, curiosos o lectores inteligentes recomendamos el libro “Técnicas de investigación” del periodista argentino Daniel Santoro.

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