lunes, julio 06, 2009

IRONIA Y SEDUCCIÓN EN EL DESTIERRO (Diario La Epoca, 1993)


IRONIA Y SEDUCCIÓN EN EL DESTIERRO
El escritor Pancho Pérez habla de sus memorias vividas en Suecia

Loreto Novoa, La Epoca, 26 de febrero de 1993

Se ve tranquilo, como si le gustara darse tiempo para hacer sus cosas. habla pausado, como si sintiera la necesidad de pensar bien cada palabra antes de decirla...y escribe mucho. Afirma que siempre lo ha hecho. Aunque dice ser un mal poeta, ha podido incursionar en otros géneros: publicó una novela Malmö es pequeño; tiene también dos relatos que en Suecia los llevaron a cortometrajes, El Deber y La Novia de Borges, además de la traducción de poemas de jóvenes suecos que más tarde se presentaron en Chile.


Ahora la editorial Aura Latina lanzó sus memorias. Irreverentes, a veces irónicas. Son las Memorias eróticas de Pancho Pérez, uno de los tantos exiliados que tuvo este país para el 73.
Sin embargo, el escritor no se queja: "Perder un amor es igual de doloroso tanto aquí como en Suecia. Estar exiliado no es impedimento para que uno siga su propia vida. Es uno de los castigos más serios y terribles que pueda sufrir un ciudadano, pero la visión que existe del exiliado es parcial... Cortázar decía que el destierro se puede considerar como una beca; positivamente, y yo lo miré así"
En Suecia, el país que lo acogió una vez que la Embajada de Venezuela decidió enviarlo tras haber estado asilado en ese lugar, estudió e hizo clases de castellano. En Chile, estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Chile y luego realizó un postgrado en la Universidad de Lund.

Acotaciones del escritor

"...Siento que he sobrevivido una vez más y entonces puedo volver sobre mí mismo, en paz. La naturaleza humana, supersticiosa y obsesiva, no me atormenta. Camino al bar, reflexiono superficialmente sobre la sicología de la mujer para descifrar comportamientos. Según una vieja leyenda hebrea, Lilith, la primera mujer sobre la tierra, para vengarse de la nueva mujer de Adán, le instó a probar el fruto prohibido..."

¿Cómo surge la idea de escribir estas memorias?

-Bueno, varios de los relatos del ya habían sido publicados en revistas. Los escribí en una época en que era feliz. Bastante feliz. Me había adaptado bien, pensaba que la vida funcionaba. Y de esta forma fueron surgiendo las ideas de este Pancho, al cual le fui prestando recursos biográficos que me parecían leíbles y entretenidos.

¿Y cómo está el Pancho que vino de regreso?

Está contento, en general, de lo que pasa acá, de estar acá.

¿Cuál es la razón de haber escogido un título tan autoreferente, tan polémico?

Hay dos grandes mitos detrás de estas memorias eróticas: primero está el mito de las suecas, creado por el cineasta Ignmar Bergman con su película Verano con Mónica, que nos ha dado a los latinoamericanos la idea de que las suecas tiene una forma de pensar frente al sexo más relajada y, a su vez, las suecas tiene la idea de que nosotros somos el "Latin lovers", referente de otro cine, la películas de Rodolfo Valentino. Son mitos que están en la imaginación colectiva de los pueblos, y cuando se juntan, se puede construir cosas explosivas.

¿No le molesta aparecer tan íntimamente ligado a los relatos?

Yo le he puesto un envase al personaje, algo medio esquizofrénico. Es un desdoblamiento natural, no me molesta; al contrario, ¡me encanta! Ya lo ha hecho tanta gente, por lo demás. Borges, por ejemplo. Es propio de la literatura. La diferencia entre el autor y el narrador es básica en la literatura. Pienso que es el narrador el que habla de sus intimidades, yo sólo le he prestado algunas cosas mías.

¿Cuál cree que es el límite entre erotismo y pornografía?

Específicamente mi libro no es pornografía. El erotismo es un placer por la vida. Los relatos pueden ser leídos por todos quienes hayan amado alguna vez.

¿En su libro comúnmente habla de los "los chilenos". ¿Cómo los veía desde Suecia?

Tengo mucho cariño por "los chilenos". Lo que yo escribo es ironía. Creo que lo que aprendí viviendo allá fue lograr tomar distancia, porque somos sentimentales. Es un mecanismo de sobre vivencia a la soledad.

También podría vislumbrarse, en algunas de sus historias, un dejo de querer justificarse. ¿Siente que debe probarse y mostrarse ante el resto?

¿Algo como reafirmarme? eh, sí; el relato está construido como eso: hablar de los demás, es como una copucha, decir: "yo voy a hablar mal del resto para que piensen que no soy tan malo". En todo caso, no hay resentimiento, sino más

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