miércoles, septiembre 01, 2021

Memoria y Literatura en San Joaquín. Por Pérez Santiago. Revista Off The Record, septiembre 2021


Durante el mes de Julio 2021, como parte mis tareas literarias, dirigí un taller vía zoom y whatsapp sobre  memoria y literatura, con el apoyo del Centro Cultural San Joaquín, uno de los más creativos centros culturales guiado por el bueno de Jonny Labra y la organización Santiago es de Todos.

La pandemia no nos detuvo.

Las talleristas, mayormente mujeres, (las que hoy marcan el mundo) escribieron atrayentes historias sobre significativos vecinos de San Joaquín. Los pilares o  los protagonistas de la historia, vivos retratos o gente significativa de la comunidad.

Así es.

Los humanos inyectamos en nuestros relatos  lo que hemos conocido, lo que hemos vivido. Cada generación aporta una imagen del mundo creada por su experiencia. La literatura es, pues, el punto de vista que elige el escritor. La literatura, querámoslo o no, es siempre vivencial.

Si nos extraviamos cuando niños, nadie olvida que se extravió. Y nadie conoce mejor la angustia del extravío que el niño que lo sufrió. Son cicatrices intransferibles, que solo el niño que lo vivió las puede conservar y comunicar. Y por eso, el relato de ese extravío, o hecho vivencial, puede tomar diversos caminos. No siempre todo es claro o nítido. Ese es el campo de la narrativa y la memoria. Es la libertad creativa (derecho sagrado que se debe preservar en la Constitución, ley fundamental de la República).

Es libre.

Y así, esos recuerdos vivenciales, configuran ese anecdotario que constituye el patrimonio o la memoria de una comunidad.

Aunque a veces, qué mal, la literatura chilena se enclaustra en eternas y fútiles disputas de pequeños egos, o en pautas  que dan dos críticos literarios en dos diarios nacionales que ya nadie lee. Que ya nadie lee.

Por otro lado, hay mucha gente, como los vecinos de San Joaquín, que escriben y bien y son originales.

El taller de San Joaquín tuvo dos resultados concretos y luminosos.

El primer logro fue la amistad cívica del grupo, un equipo de personas deseosas de mejorar su capacidad de contar historias. Es un logro, los grupos literarios comunitarios nunca se deben menospreciar, tienen una gran potencia.

El segundo logro o resultado fue una antología, Relatos de San Joaquín,  una bella antología de historias muy auténticas y de muy fina calidad literaria, que se llevará a libro y se presentará en la próxima Feria del Libro de San Joaquín, en octubre.

Carolina Jara escribe una grata remembranza de su vecino Tennyson Ferrada, un actor muy famoso, y que cuando ella era niña lo fue a entrevistar para una tarea del colegio.

Andrea Paz Olivares comienza escribiendo sobre su querida abuela, pero muy pronto la historia familiar se convirtió en una grata historia del barrio, la villa Armanda Harbin.

Iris Valenzuela ha escrito un texto de prosa poética, donde rememora sus miedos de niña, sobre las cosas tétricas que se contaban del entonces oscuro Callejón Ovalle.

Carlos Osorio sabe que los deportes también se viven en la literatura. Cuenta la historia de un talentoso joven y vecino, Gustavo Alarcón, un esgrimista eximio de solo 22 años. Además, Osorio ha escrito una emotiva crónica sobre la infancia del gran futbolista y vecino, Arturo Vidal.

Claudio Gajardo recuerda, en una sabrosa crónica, a un célebre grupo de rock, Los Beat 4, y a uno de sus más connotados miembros del grupo colérico, el músico Willy Benítez, que vivió en la población Vicente Navarrete.

Una sorpresa y un aporte especial es la española Eloísa Alba García, que desde España participó activamente en el taller y ha escrito un imaginado cuento de un bandolero, y los deseos de los protagonistas de venir a Chile y conocer San Joaquín.

Off The Record

 


 

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