martes, marzo 11, 2025

El día que Gabriela Mistral vuelve a Chile: "Pude no volver y he vuelto. De nuevo hay muro a mi espalda.”

 

Omar Pérez Santiago

noviembre 06, 2012

Una mañana de marzo de 1960, cuando yo tenía 7 años vi pasar a Gabriel Mistral en su urna en Santiago. Los escritores la habían retirado del Mausoleo de Profesores del Cementerio General  de Santiago para llevarla en su último viaje hacia Montegrande, en el Valle de Elqui, del Norte chico de Chile. Los poetas iban a cumplir  el deseo de Gabriela Mistral de descansar en Montegrande.

El féretro pasó por el corazón de la capital de Santiago hacia la plaza Ercilla, y nosotros, los niños de colegio, formamos calle con el corazón recogido. Era la maestra poeta, envuelta en la bandera de la patria, que viajaba para bajar a la tierra humilde y soleada de Montegrande. 

Regresaba al reducto que ella más amaba y donde ella había formado todos sus valores. Su núcleo mítico eran las montañas de Montegrande y el silencio tenaz de sus hombres y mujeres. 

Allí, en una colina, luego de emocionados discursos,  quedaría abandonada por largos años.

En 1922 se fue a México: Tenía sus razones. Gabriela Mistral tenía fuertes razones para irse de Chile y ya no volver más. Y entonces en Chile ella fue borrada. Funcionó la moledora del olvido. Ninguno de sus libros se publicó en Chile. (Desolación, Nueva York, 1922; Ternura, Madrid, 1924 y Tala, Buenos Aires, 1938). Y en Chile sólo se le recordará por sus poemas escolares. Nada de sus ideas indigenistas, feministas, pedagógicas, religiosas, ecológicas.

La brutal chilensis moledora del olvido.

Un día preciso de 1954 vuelve a Chile. Tiene ya 65 años. Había dado ya vueltas el mundo varias veces. Tiene diabetes y una afección cardiaca. Pero se le ve altiva cuando el día 4 de septiembre la motonave “Santa María” cruza la frontera marítima y llega a Arica. El barco venía gobernado por un conde ruso, el capitán Vladimir Zernin.

Arica estaba abanderada. 
Los pescadores habían adornado sus botes y se subieron a la motonave.
En Antofagasta el pueblo sale a recibirla también en toda la ciudad, cuando la barca recala en el puerto.

Cuando pasa frente a Iquique sufre ella una descompensación. Le colocaron cataplasmas en los pies y hielo en la cabeza. Gabriela Mistral sufría de diabetes.

El lunes 6 amanece y se detiene en la caleta de Barquito, vecina de Chañaral. A dos cuadras del barco se ven las hileras de niños y niñas escolares saludando a la poeta.

Y por la tarde la motonave siguió su barco hacia el sur.

El Santa María ancla en el puerto de Coquimbo.

Aquí en Coquimbo, su tierra, ella se comporta de modo muy diferente. Aquí le salen las espinas desde su piel.

-No quiero ceremonias, ni discursos, ni niños en las calles.

Baja a su tierra y se dirige al oriente de la ciudad. Llega al cementerio municipal de La Serena. Camina hasta la calle número tres  y se enfrenta con un mausoleo que dice “Familia Gabriela Mistral”. 

Allí están los restos de su media hermana Emelina Molina viuda de Barraza (1869- 1939) y su sobrina e hija de Emelina, Graciela Amalia Barraza Molina, fallecida en 1926. Y allí están los restos de su madre Petronila Alcayaga de Godoy (1845-1929). 

Entonces, Gabriela Mistral llora.
Llora y reza.

“Gracias en este día y en todos los días por la capacidad que me diste de recoger la belleza de la tierra, como un agua que se recoge con los labios, y también por la riqueza de dolor que puedo llevar en la hondura de mi corazón sin morir. Para creer que me oyes he bajado los párpados y arrojo de mí la mañana, pensando que a esta hora tú tienes la tarde sobre ti. Y para decirte lo demás, que se quiebra en las palabras, voy quedándome en silencio...”

Más tarde llega a Valparaíso. 

Los habitantes de la ciudad de Valparaíso se desbordan desde los cerros. Miles de niños y luego otros miles canteaban el camino del tren que la llevó a Santiago. El pueblo de la capital también se agolpó en la estación para recibirla.

Fue en 1954 cuando Gabriela Mistral es instituida como monumento oficial. Las autoridades la pusieron en el lugar que a ellos más les convenía: el rol de estatua.

Un escritor o una escritora, da lo mismo el género, es tratado en Chile de dos modos:  primero, no existe y luego es un blasón. Primero, no se le reconoce, es un extranjero y cuando el escritor por sus méritos ha logrado un reconocimiento, entonces es una efigie improductiva.

Pero.

Gabriela Mistral  tenía 65 años  y ya se cansaba fácil, pero su núcleo mítico inicial, que condiciona su visión del mundo, está intacto y ella no se va a quedar callada.

Ella es la misma pedregosa que sale de Montegrande, la única diferencia es que ella, la nómada, la viajera (“en el 2000 se señalará como un albino a aquel que no lleva en el cuerpo el olor de sus cuatro Continentes”)  ha adquirido trucos y oficios.

Gabriela Mistral venía clara, venía lúcida.

Ya se había realizado.

Ya era lo que sería cuando joven.

Mistral recordó a los periodistas aquel momento en que alguien –un miserable-  le solicitó abandonar la dirección del Liceo de Niñas Nº 6.

Postuló y ganó el puesto prestigioso de directora del Liceo, pero ciertas fuerzas poderosas le reprocharon su falta de estudios profesionales: 

"Aquello me dolió profundamente, y me sentí inmensamente sola". 

Además, les recordó cuando a ella, siendo niña, en la escuela la trataron de ladrona.

Entonces aprendió que lo mejor es no querer a las personas que te ofenden. Lo mejor para enfrentar a los insolentes es ignorarlos.

En el Salón de Honor de la Universidad de Chile, mientras recibe el Doctor Honoris Causa, en presencia  del Presidente de la República, Carlos Ibáñez del Campo, Gabriela Mistral  recuerda la necesidad de la Reforma Agraria.

Gabriela Mistral y el presidente de Chile, Carlos Ibáñez del Campo

Los problemas de Chile eran sus campesinos, eran sus obreros, era la gente sencilla.

La patria es un concepto político, es una unidad. No quería ella entregar u obviar el concepto patria, pues de ese modo se le regala el derecho a decidir por todos nosotros a la oligarquía endogámica, auto reproducida.

En la Federación Chilena de Instituciones Femeninas, les dice a las mujeres que lean dos poemas de Lagar: "La desasida" y "La abandonada".

Esto dice en parte "La desasida":

 "Y yo decía como ebria:

 ¡Patria mía, Patria, la Patria!

(&)/ Pude no volver y he vuelto.

 De nuevo hay muro a mi espalda,

 y he de oír y responder

 y, voceando pregones,

 ser otra vez buhonera.”

Gabriela Mistral está obviamente resentida y quiere cobrar.

Pero no es el resentimiento de  la simple mala leche.

Es el resentimiento de la rockera empelotada con la estrechez de corazón.

Es el sentimiento de rockera, rasposa agitadora de consciencia. 

“Ahora no voy a aguantar”. 

Es la ojeriza que existe en la barricada.

Es la animosidad contestataria, rebelde, sediciosa.

Es la falta de cordura de la rockera.

Sí.

Me late que el año 1954  estábamos entrando en otro planeta. El  rock nació ese mismo año de 1954. “Rock Around The Clock” de Bill Halley. Tres meses después, el 5 de julio de 1954, un chofer de camioneta de 19 años de edad, un tal Elvis Presley, entró  a un pequeño estudio de grabación en Memphis a realizar una canción épica inaugural,  That's All Right Mama. Ese año de 1954 nacía el rock con un sonido de acordes y ferocidad, fruto de un descontento social.

Qué curioso. Ese año de 1954, Nicanor Parra publica Poemas y antipoemas, el lenguaje de la tierra.

Nicanor Parra, otro rockero. 1954.

El rock y Nicanor Parra y dos hechos fácticos,  puros y simples, una canción y un libro,  marcaron a toda mi generación, durante los siguientes cincuenta años.

Nos hicimos viejos con el rock y con Parra. Y por supuesto, con la presencia inmanente de Gabriela Mistral, que también está hecha de rocas, rocas de la montaña.

En el camino, durante ese viaje de 1954, Gabriela Mistral, como vieja rockera, no se quedó callada.

Cuando un periodista le pregunta cuál lugar le ha gustado más de todos los que ha visitado en su largo viajar, ella dice: 

“Montegrande.”

Cuando ella piensa en que se ocuparán sus derechos de autor, cuando ella ya no esté,  ella deja testamentado:

 “se los lego a los niños pobres del pueblo de Montegrande, Valle de Elqui, Chile.”

Son sus años humildes en los que ella piensa, son sus años en Montegrande. Es la gente del Valle: 

 “casta sobria en el comer, austera en el vestir, democrática por costumbre mejor que por idea política”



En septiembre de 1954 visita el Valle de Elqui y desde allá le envió el siguiente telegrama al Presidente Carlos Ibáñez del Campo: 

“Vuestra Excelencia ofrecióme solicitarle algo en favor de mi valle de Elqui. Deseo que Vos. Excmo. Señor, que en anterior Gobierno unisteis Serena con Vicuña con camino carretero, completéis esa obra monumental que perpetuará vuestro nombre, ordenando su inmediata pavimentación. Respetuosa y afectuosamente, vuestra elquina. Gabriela Mistral”.

Gabriela Mistral, Plaza de Armas de Vicuña, 1954

Los derechos de autor de Gabriela Mistral nunca llegaron a los niños de Montegrande. Y hay gente con poder que  han dado vergüenza más de una vez por este tema.

La ley de propiedad intelectual, 17.336 de 1970  estipulaba que el plazo de protección de las obras intelectuales sería durante toda la vida del autor más treinta años luego de su muerte. Esto significa que, a la fecha de la publicación de esa ley, la obra de la poetisa pasó al dominio público el año 1987, treinta años luego de su muerte. 

Los habitantes de Pisco Elqui, de Paihuano y Montegrande, esparcidos en el Valle del Elqui, unidos por delgados hilos de agua, las montañas secas y un cielo siempre despejado, están siendo sobre explotados por grandes empresas. Las cooperativas han dado paso a la centralización del capital y, por lo tanto, a un molesto desequilibrio de poder. 

Las laderas de las montañas que encajonan el verde del valle, están siendo súper explotados y las grandes destilerías generan problemas sociales, ambientales y políticos.

La eliminación de humedales han sido reemplazados con parras. El uso de fertilizantes y pesticidas provocan en sus habitantes molestias físicas, enfermedades, e incluso casos recientes de malformaciones congénitas. La mayor parte de la población del Valle del Elqui trabaja como temporero en la uva y se ha convertido en un  trabajo precario. La gente del Valle  se ha empobrecido.

Gabriela Mistral era piedra, era roca inspirada. 

Sobria como su terruño. 

Seca y sólida. 

Ciudadana y demócrata. 

Gabriela Mistral moriría tres años después, en enero de 1957, en Nueva York.

Y no está en el pasado. 

Gabriela Mistral está muy presente.

La estatua en que algunos hombres la pusieron se está bajando de su pedestal y ya empezó a caminar.

Omar Pérez Santiago en la tumba de Gabriela Mistral, en Montegrande


viernes, marzo 07, 2025

Los celos de Milei con el presidente de Chile: "Gabriel Boric no es más inteligente que yo." Ilustración de Luis Martínez Solorza

 

Ilustración de Luis Martínez Solorza

De la serie "Secretos de la Quinta de Olivos"

Omar Pérez Santiago. Revista Off The Record, agosto 2024

A lo lejos se escucha la sorda sirena de un barco mientras que la porteña fría noche de agosto en la Quinta de Olivos está cargada de obsesiones.

La luz de la lámpara del escritorio proyecta sombras inquietantes en las ojeras hundidas del presidente de Argentina en pijamas. Su obsesión y dependencia de horas y horas en redes sociales hegemónicas, le ha provocado una sima de ansiedad e insomnio, de soledad y neurosis. Un semblante malhumorado y perturbado.
El presidente repite en voz alta su frase preferida de Margaret Thatcher, otra de sus obsesiones:
“No existe la sociedad. There is no such thing as society.”
Esa obsesión se llama onomatomanía, repetir unas palabras constantemente.
— Amo a Margaret Thatcher, dice obsesivo y fetiche.
— Amo a Margaret Thatcher, repite.
Cuando era niño y por defender a la Thatcher que invadió Las Malvinas argentinas en 1982, su papá lo golpeó y lo dejó desolado. Varios años han pasado, pero aún retumban con sangre y tumba, hondos dolores del recuerdo del martirio y las palizas a un chico de 11 años.
Los analistas han descubierto otra obsesión del presidente: las señoras mayores. Dicen que el presidente sufre de gerontofilia, la atracción hacia minas de cierta gloria pasada, pero mayores de edad. Las razones psicológicas tras la gerontofilia es una compulsión poco estudiada. Los psicólogos lo atribuyen a cierta fijación infantil, cierto complejo de Edipo o, la presunción de que el presidente sufre de evitación de la intimidad emocional y física con señoras o minas que sexualmente son menos amenazantes o demandantes. Pero que igual le ceban el mate.
— Amo a Margaret Thatcher.
Entró su hermana Karix. Traía los ojos muy abiertos, exoftálmicos.
— Llegó un informe ultra secreto de los servicios de inteligencia de la Armada Argentina. Están preocupados por los conflictos con Chile.
— ¿Con Chile?
— El titulo dice “Riesgo con Chile: riesgo en la Antártida, la alianza con los chinos, el riesgo con el litio, conflicto con los mapuches en el sur.”
Como si un rayo le cayera en su peluca, su expresión se tornó acalorada.
— Lee, lee, Karix, por favor.
— Los servicios de inteligencia detectaron una reunión de alto nivel entre el ministro de Defensa de Chile y altos funcionarios de China. Las conversaciones giran en torno a una alianza estratégica.
Javo se llevó las manos al rostro, masajeando sus sienes y con su voz ronca de falsete exclamó:
— Una alianza… ¿Justo ahora? Esto cambia todo.
Se levanta de su asiento y comienza a pasear, visiblemente perturbado.
— Esto pone en riesgo nuestra seguridad nacional. Desestabiliza la región. Y a mí… me pone en una posición vulnerable. ¿Me pueden dar un golpe de estado, Karix?
— No sé, voy a tirar el Tarot, para estar segura.
— Pero, Boric no es más inteligente que yo.
La idea le pareció intolerable.
— Yo soy más inteligente que Boric. ¿No, Karix?
— Tú eres el presidente más inteligente del mundo, Javo.
— Entonces, pondré fin a las ínfulas de Boric.
Le ha surgido otra obsesión: la juventud de Boric.
Karix lee:
— La cena en la embajada china de Santiago, en la avenida Pedro de Valdivia 550, contó con políticos de derecha e izquierda. Comieron exquisiteces de la tradicional comida, la milenaria gastronomía preparada por un veterano cocinero chino, de fama mundial.
— ¿Una cena? Y en ese lugar… Esto es grave.
— Luego analizaron las relaciones entre Chile y China. Chile fortalece su relación con todos los poderes actuales: Rusia, Estados Unidos, China, e India. Son pragmáticos. Chile fortalece también el polo latinoamericano.
— ¿Polo?
— Amistad con Lula de Brasil y Claudia Sheinbaum de México. Argentina quedaría aislada frente a una guerra en la Patagonia. Vulnera la Seguridad Nacional.
El presidente argentino se sulfura, suda, le aparecen sus tics en el ojo derecho. Tira papeles, golpea la mesa.
— ¿Vulnerables? ¿Seguridad Nacional? Esto podría ser el principio del fin. No solo para mi país, sino para mí. Tenemos que actuar rápido.
— Sí, Javo.
Alterado se apoya en su escritorio, mirando fijamente un punto indeterminado.
— Podríamos perder extensos territorios.
— Sí, Javo.
— Pero, yo no soy un hombre temeroso.
— No, Javo. Tú eres un guapo che Mano Brava.
— Exigiré respuestas.
— Sí, Javo. Pero quizá debemos mantener la calma.
— Estoy calmo, gritó irritado.
Agregó:
— Conecta una videollamada con el ministro de Defensa para que haga un plan de emergencia.
— Lo haré yo misma, dijo Karix.
— Pero, hermana, tú no eres experta militar.
— No es difícil, Javo. El arte de gobernar es mandar a los desencantados, los que más obedecen y se agachan.
— Y dile a unos de mis periodistas domésticos que venga a hacerme una entrevista. Acusaré públicamente a Boric.
Impulsivamente tuiteó a Boric.
Con su ansiedad apocalíptica, que agrada a los teóricos de la conspiración, con sus sueños mórbidos y maniqueos de escenificar conflictos de ruptura, Javo gritó:
— Con esta crisis cambiaré la geopolítica de la región. Será un punto de inflexión simbólico.

miércoles, febrero 26, 2025

Buenos Aires: distopía cyberpunk anarcocapitalista y sabiduría de vedette, Revista Off the record, septiembre 2024

 


Buenos Aires: distopía cyberpunk anarcocapitalista y sabiduría de vedette

Omar Pérez-Santiago. Revista Off The Record, septiembre 2024.

Dibujos de Luis Martínez Solorza y Emilio Gutiérrez.


El cielo del puerto de Buenos Aires tiene el color de una pantalla de televisor sintonizado en un canal muerto. Es septiembre de fría llovizna. La calle Corrientes, la que nunca dormía, ahora ya no es, ya no es lo que alguna vez fue: esa era dorada de cabarets donde hombres habitués iban a bailar con las “alternadoras” o “coperas”, muñecas bravas con vestidos de satén.



Pero hoy la calle Corrientes es un antro sucio, decadente, precario, turbio de sedimentos o residuos culturales. Cientos de pañoleros venden ropas en el suelo. 

Hay pobreza. 

El puñal del obelisco la desangra sin cesar. 

Triste, sí.



Hay un olor a carne cocida y flotantes cardúmenes de basura. Familias bonaerenses hacen de todo para sobrevivir de los despojos. Comedores populares dan de comer a los infantes hambrientos bajo el cielo eléctrico de Buenos Aires.



El hambre, siempre el hambre.

Un padre con un carrito de compras prepara comida para sus chicos, acurrucados el uno junto al otro para evitar el frío. Después el padre les lee un comic de valor y justicia: El Eternauta. La distopía que Oesterheld y Solano crearon en los años 50, y que parece ahora real: sobre Buenos Aires cae una mortal lluvia tóxica, una nevada fosforescente de polvo radioactivo.


Cada uno de los días más gris que el día anterior. No hay consenso social. La crónica incertidumbre económica demuele lo que se construyó con esfuerzo. Hoy se agravó con el inmoral salivazo del actual presidente de Argentina: “podés elegir morirte de hambre.”
Un trastornado experimento de darwinismo social.

Mientras tanto…



Mientras tanto, en la Quinta de Olivos el presidente de Argentina está feliz en su Retrosexualidad con su nueva novia. Es una mature women, una ex vedette que fue una sensual biscuit y papusa de los gloriosos cabarets. Luce una lencería piel de leopardo con lentejuelas y un tapado de armiño forrado en lamé.


El presidente vive su retrosexualidad: su ilusión adolescente de libídine con la que fue la gran cachet del cabaret. Su sueño erótico que lo mareaba de pibe, cuando ella era diosa de hielo y boca fresca de color carmín.
“Cómo me calentaba!”

La señora ya no es la papusa del cabaret, pero conserva su simpatía condescendiente. Baja sus pestañas arqueadas con piedad vanidosa.

Para superar su disfunción eréctil, el presidente adopta actitud de sexo tántrico, meditativo. Hace contacto visual con la ex vedette en lencería piel de leopardo. Respira profundo. Entrada y salida de aire por la nariz, los ojos cerrados por minutos.
— Conéctate con mi respiración, le ordena a la ex vedette.
Entonces, con la respiración sincronizada, él parece disfrutar.
La sabia ex vedette le sigue el juego.
Al final, la ex vedette quedó algo insatisfecha.
— Tengo la sensación de que algo me faltó, pensó la ex vedette.
Eso pensó, pero no dijo nada.
No se queja. Sonríe. Ya ha visto languidecer el vergel de sus primaveras. La insatisfacción sexual ya no es su problema.

El presidente sale del estado tántrico y de inmediato lo publica en twitter.

Luego le sirve champán bien frappé que la pone mimosa.
Él cojea.
— Tengo un dolor crónico de mi cadera. Por eso renqueo. Y lucho por repararla con implantes de cyber chips.
— ¿Cómo? preguntó ella.
— Elon Musk, el multimillonario gurú del futuro tecnológico, me ha prometido mejorar mi cadera y potenciarme en su empresa Neuralink.
— ¿Elon Musk?
— Sí. Ya hay un caso de un hombre con esquizofrenia que fue sanado mediante modelos cibernéticos. Elon dirigió la operación de alucinación consensuada.
— Oh, mirá, tú…
— Con Elon tenemos una colaboración como un dúo de artistas futuristas, metafísicos, carismáticos, experimentales.
A ella le dio risa su chamullo lisérgico. Pero de nuevo no dijo nada. Coqueta bajó sus pestañas bien arqueadas.
Él agregó:
— Yo he viajado a diferentes lugares para realizarme implantes.
— ¿Cyber implantes como RoboCob?
— Sí. Implantes de chips que desafectan la carne. Cromos fundidos sumergidos en plasma de carbones pirolíticos.
“Como Frankenstein”, pensó la vedette.
Eso pensó, pero tampoco dijo nada.
— Cuando se me cante el orto seré el primer argentino en colonizar Marte en una nave de SpaceX. Los zurdos pelotudos no lo ven. Si domino el espacio, el black powder, nada me puede pasar.
— Oh, serás un cyber presidente…
— Sí. Cuando se me cante el orto seré un presidente neuromante. En Argentina todo estará permitido. Todo se comprará y todo se venderá: los niños, los órganos, el agua y el aire. Nadie regalará nada. ¡Viva la libertad, carajo!
La vedette tuvo un risueño chispazo sensorial en sus ojos picarescos de pippermint. 

Ella conoce bien el alma de un porteño que se presume bacán. 

Lo deja pasar y finge amor.
“Ñoño”.
Ella pensó decir eso en voz alta.
“Mejor no digo nada”.
Ella optó por beber champán bien frappé. Eso la pone mimosa, como en los lujosos cabarets de Corrientes y sus rojas cortinas de pana. Una época que, al parecer, ya no volverá.
El cielo del puerto tenía un color eléctrico.



viernes, febrero 21, 2025

Las angustias de un mal pagado amor. Sergio Badilla y Pérez-Santiago en el castillo de Hamlet

 

Sergio Badilla y Omar Pérez-Santiago



Las angustias de un mal pagado amor

Permítanme ser autobiográfico.


Un día de marzo, hace ya muchos años, hace ya muchos años, un día frío y mustio de marzo andaba con mi amigo Sergio Badilla, perdidos en una ciudad de nombre Helsinborg.
Pertenecíamos entonces a la secta de los Transterrados Escarchados.

Éramos un par de entristecidos y macilentos chilenos exiliados, cruzando un estrecho, perdidos en el frío.

Andábamos perdidos, ya lo dije.
Sergio andaba perdido -sufriendo las angustias de un mal pagado amor- por una señorita alemana de rizos cortos y de nombre simple como una gota de agua, Ute. Ella había desaparecido de su vida. 
Yo andaba afligido por una sueca con nombre de soberana, Anna, cuyo recuerdo -miren lo que son las cosas- aún me desconcierta.
Mientras tanto y como un modo de dejar pasar el tiempo, desde Helsinborg tomamos un ferry, y desembarcamos luego en Elsinor (Helsingör). De ahí fuimos a ver el castillo Kronborg donde Hamlet consumó su tragedia.

En la explanada frente las altas entradas al castillo, Sergio saca de su mochila un sombrero doblado de pluma roja, y esperó y esperó colocarselo y decir unas palabras en su inglés algo afectado.

For who would bear the whips and 
The pangs of despised love, 

Creo recordar que Badilla repitió dos veces:
"The pangs of despised love, The pangs of despised love."

De algún modo, con este rito Badilla viajaba en el tiempo, con zozobra. En ese momento Badilla estaba atado al surrealismo o a un cierto tipo de estética automática. Allí quizás, frotó la lámpara para que apareciera un genio que le hablo de transrealidad. Como en el poema de Coleridge, fue al sueño y del sueño volvió con una rosa.

Las sorpresas no terminarían ahí.
En el restaurante pedimos un vino español de La Rioja y unos emparedados de alce. De pronto, fue el vino o la poesía trágica y melancólica, que nos hizo sentir cosas fantásticas en el castillo.

Una vela de nuestra mesa se encendió sola frente a nosotros.
Nos dio algo de miedo y no éramos lo únicos.
Le contamos a la camarera y ella nos explicó que estaba acostumbrada.
-A veces veo una sombra detrás de mí, agregó.

Inmediatamente una botella cayó de las estanterías.

Yo de pronto sentí un frío en la espalda y un olor a cadáver.

Inspirado en esta visita, hace ya muchos muchos  años, Badilla escribió este poema:

EL PRÍNCIPE ACOSADO

Habito desde hace unos meses en una fortaleza de
paredes altas donde las puertas están siempre cerradas
Un príncipe como yo, necesita morar en un castillo verdadero
Sin embargo, Kronborg Slot está encantado
He visto varias veces al fantasma de mi padre en las escalinatas
y he observado desde lejos a mi madre con Claudio

Poeta Juan Cameron: "Aquí nací yo. En pleno puerto. Para que nadie desmienta que soy un verdadero choro del puerto."

Juan Cameron,  calle Cochrane 579, Valparaíso

Después que Juan Cameron presentó el libro de Jesús Ortega, “Con Alas de Papel”, después que reveló la amistad de Enrique Lihn con Jesús Ortega y después que aclaró el rol de una mujer en el derrumbe del poeta, salimos del centro de extensión del Ministerio de las Culturas a la plaza Sotomayor de Valparaíso.

Es domingo y hace calor.
Cruzamos la plaza por el lado de una feria artesanal.
En el número 579 de la calle Cochrane, en una gran puerta arrasada de graffitis que afean todo, Cameron afirma:
-Aquí nací yo. En pleno puerto. Para que nadie desmienta que soy un verdadero choro del puerto.
Un día de 1947, Cameron nació allí sencillamente.
Y el puerto herido quizá vigiló su infancia con rostro de fría indiferencia.
Cruzamos la calle y fuimos por una cerveza al bar La Playa, el centenario bar La Playa.
Nos sentamos en la barra en sus pisos de madera.
Aparece Cecilia y nos trae dos botellitas de cerveza negra.
Entonces Cecilia dice con amabilidad:
-Qué bueno que vengan los escritores a vernos, necesitamos que nos apoyen, porque las cosas no están muy buenas.
Y la guapa remató con ese estilo de mujer porteña, que no dejó de sorprenderme:
-Es bueno que nos visiten, sobre todo voh, Juan Cameron.
Juan Cameron y Cecilia




Febrero 2918

Pérez-Santiago en Valparaíso. Foto de Patricio Melillanca


 

sábado, febrero 01, 2025

Justicieros Suecos, capítulo 3. Control de los sueños: DeepSeek versus ChatGPT. Por Omar Pérez-Santiago. Ilustración de Luis Martínez Solorza. Revista Off The Record, febrero 2025


Habían muerto tres en Valparaíso. 

Terrible golpe a la colonia sueca chilena.

Primero, mataron a la bella Dooty, una graciosa especialista en arte nórdico, experta en la obra performática del artista Kjartan Slettemark. Dooty era la novia de EmeBé, M.B., el joven detective privado que investigaba al asesino de Olof Palme en Valparaíso. 

Luego, un veterano bizco fue asesinado en un bar del puerto. El hombre bisojo, que miraba a dos lados simultáneamente, había estado exiliado en Estocolmo el día que mataron al primer ministro Olof Palme, en 1986.

Después, durante las fiestas de año nuevo 2025, asesinaron a la alegre y extrovertida Anna Ersdotter, la presidenta del centro Sueco-Chileno de cultura de Valparaíso. Su cuerpo apareció tirado en la playa Las Torpederas. Le faltaba una parte de un brazo. Se lo habían cortado como una rodaja. El detective EmeBé creyó que los asesinos eran caníbales, como las feroces viejas sectas que comen carne del enemigo.

El detective EmeBé estaba convencido que el motivo de los brutales asesinatos era político-social. Sugería que el asesino pertenecía a una sangrienta secta secreta, La Secta Loki, una constelación racista que manipula las identidades con Inteligencia Artificial. Ejercen control freudiano o junguiano de los sueños y de la percepción extrasensorial de las audiencias. Acechan en los sueños e inventan pesadillas negras. 

Terror tecnológico terrible en la frontera de la manipulación de los sueños. Control mental y creación de ideas falsas, que consiste en introducir fake news en la memoria de las audiencias sin su consentimiento o incluso sin su conciencia, que evoca la persuasión subliminal.

El detective fue al Café del Poeta de la Plaza Aníbal Pinto. Allí estuvo horas navegando en internet. La noticia del sorpresivo surgimiento de la IA China, DeepSeek, estaba en todos los portales del mundo. Fue un golpe bajo para la arrogancia de los Estados Unidos.

El detective leyó el artículo de un científico alemán en el diario El País: “La guerra cultural entre chinos y norteamericanos se da en la mente de las audiencias”. 

Según el artículo la inteligencia artificial ayuda a manipular las imágenes que surgen mientras las audiencias sueñan, cuándo entran en la fase de movimientos oculares rápidos o REM. En la fase del sueño profundo se activa un modelo de inteligencia artificial multimodal, entrenado con datos cerebrales. Llegan señales a través de hologramas de ultrasonidos que penetran el tejido humano e  inducen el sueño lúcido y  reinterpretan los sueños de las audiencias. Cuanta más atención la audiencia presta a esos mensajes en las redes, los sueños tienen más influencia en sus mentes. Y ejercen un dominio de los miedos y las pesadillas.

Esa tarde leyó también una terrible noticia que, sin embargo, pasó desapercibida. En las afueras de Malmö, Suecia, se produjo una peligrosa epidemia de locura, comparable a las demencias contagiosas que asolaron a los pueblos europeos en la Edad Media. Unos vecinos se creen poseídos y dominados, como un rebaño humano, por seres invisibles, aunque tangibles, que se alimentan de sus vidas mientras duermen.

El detective EmeBé pensó: ¿Cómo puede la Inteligencia artificial manipular los sueños y la creatividad?

EmeBé llamó al prestigioso Instituto Karolinska de Estocolmo. 

—Aló, ¿con el profesor Marcello Ferrada de Noli, por favor?

El profesor de Marcello Ferrada de Noli era una de las mentes más brillantes del exilio chileno en Suecia, un reputado académico en ciencias del comportamiento, que, aunque es chileno, pertenece al Canon cultural Sueco (svensk kulturkanon) En los años 60 en Concepción había sido uno de los fundadores del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR.  Ahora era un liberal de izquierda y tenía amplios contactos con los sabios neurocientíficos del mundo.

—No, el profesor Ferrada de Noli se ha jubilado, ahora vive en Italia, —le contestaron desde el Instituto Karolinska.

Esa misma tarde, al salir del Café del Poeta de la plaza Aníbal Pinto, el detective sintió fiebre. Se sintió dolorido o más bien triste. 

—¿De dónde vienen esa misteriosa tristeza, desaliento y angustia? se preguntó consternado. 

—Algo me ha alterado los nervios y ensombrecido el alma con efectos rápidos, sorprendentes e inexplicables. Tengo la angustiosa sensación de un peligro que me amenaza, la aprensión de una desgracia inminente, el presentimiento de un mal aún desconocido que parece que germina en mi carne y en mi sangre.

—¿La espantosa secta Loki me ha contagiado?

(Continuará…)


 

El día que Gabriela Mistral vuelve a Chile: "Pude no volver y he vuelto. De nuevo hay muro a mi espalda.”

  Omar Pérez Santiago noviembre 06, 2012 Una mañana de marzo de 1960, cuando yo tenía 7 años vi pasar a Gabriel Mistral en su urna en Santia...