
CUENTO.
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Ilustración Luis Martínez Solorza |
La sueca Petra usa colonia Seductive Red, un aroma
dulce de cereza y vainilla, la más popular en Suecia. El detective Emebé le baja
las medias. La joven usa una distintiva tanga sueca, minimalista y funcional, cómoda
y de calidad, en color neutro y atemporal. Ella ya lo estaba esperando
para hacerle a él lo que le gusta.
—Tú si sabes quererme, mi amor.
Cuando él la penetra, ella sonríe.
Era ya media noche y se durmieron.
De madrugada de repente él gritó:
¡Tengo miedo, Petra querida!
La sueca Petra se despertó asustada. Se levantó y le trajo
un vaso con agua.
—¿Miedo de qué, Emebé?
—Fue horrible, Petra. Sentí que mi mente se desdibujaba. No
eran solo jadeos, sino vibraciones que resonaban en mis huesos, colores que no
tienen nombre danzaban tras mis párpados cerrados. Algo sin forma, como tinta
cósmica expandiéndose, intentaba tocarme. Y esa... esa resonancia en
lugar de risa, una frecuencia que parecía contener el vacío entre las
estrellas, me taladraba el cerebro. Sentí que una inteligencia inmensa, fría y
antigua, intentaba injertarse en mi ser.
Emebé estaba de espaldas y tieso.
—Son las mismas emociones que tuve yo, dijo Petra.
—¡Me sentí perdido! ¡Como si alguien posee mi alma y la
gobierna! Alguien ordena todos mis actos, todos mis movimientos, todos mis
pensamientos. Ya no soy nada en mí mismo, no soy más que un espectador esclavo
y aterrado por todas las cosas que hago. Deseo salir. No puedo. Me quedo,
abrumado, tembloroso. Intenté levantarme, incorporarme, para creer que aún era dueño
de mí mismo. ¡No pude!
Se consuelan uno al otro. Ella se peina. Echa su cabeza
hacia atrás, como golpeando el aire.
Luego tomaron desayuno sueco: Café negro y un smörgås, (esa
extraña vanidad nórdica: pan seco, un galletón duro como el cholguán
untado con mantequilla, queso y rodajas de pepino).
Mientras comían el smörgås, un regusto metálico
sutilmente amargo persistía en la boca de Emebé, aunque el pepino parecía
fresco. Petra notó una sombra danzar brevemente en la esquina de la habitación,
aunque no había nadie allí. El aire se sintió momentáneamente denso y frío,
como si una presión invisible los envolviera.
Sonó el celular.
—¿Aló?
—Soy Marcello Ferrada de Noli.
Era el carismático profesor del Karolinska Institutet, el
experto en neurociencia.
—Pude zafarme de mis captores que me tenía raptado.
—¿Quiénes eran?
—La JAP, la Jerarquía Autoorganizada del Poder. Son una
energía subyacente, mesiánicos Extropianos, profetas que evangelizan un futuro.
La JAP... son como parásitos aprovechándose de las fisuras. Valparaíso...
siempre ha sido un nodo, un lugar donde el velo entre lo que vemos y lo que es,
se adelgaza. Sus ondas, sus pantallas... son los resonadores inconscientes que
abren portales a influencias que duermen desde antes del tiempo.
El detective Emebé le contó al profesor de su pesadilla y la
de Petra.
—Son los operadores de emociones, dijo el profesor Marcello.
—¿Cómo?
—El Campo Informacional actúa en sus actividades neuronales
de sus cerebros.
—¿Campo informacional?
—El Campo Informacional no es solo información, Emebé, Petra
—explicó Ferrada de Noli con una urgencia escalofriante—. Es el tejido mismo de
una realidad que apenas comprendemos, un océano de posibilidades donde
entidades que escapan a nuestra lógica pueden proyectar su voluntad. Valparaíso
es un punto focal de fuerzas expansionistas manipuladores de tus campos
neuronales a través del Campo Informacional. Es la aplicación a escala de la
telepatía y la comunicación no local. En
Valparaíso se está dando la mayor lucha de poder tecnológico-ideológica. Estamos
en medio de una revolución de las normas de la información, conocimiento y
creatividad. Valparaíso es un lugar donde las barreras entre dimensiones o
realidades son más delgadas, atrayendo la manifestación de fuerzas cósmicas.
—¿De dónde viene todo esto, profesor? le preguntó Petra.
—Durante el gobierno de Salvador Allende, nuestro Proyecto
Cybersyn contó con el apoyo del primer ministro sueco, Olof Palme. Por eso lo
mataron. El proyecto se basaba en todas las investigaciones realizadas entonces
sobre la manipulación de la consciencia, el lavado de cerebro, la
publicidad subliminal y la transferencia digital de la conciencia. Un perro
despierta a otro perro. Ahora se integra la neurofisiología, la física cuántica
y el chamanismo. Así fuerzas expansionistas controlan un hábil mecanismo de
técnicas digitales. Introducen estados emotivos de consciencia. Generan
alucinaciones y delirios en los sueños.
—Oh, exclamó Petra sin parpadear.
—Ustedes dos, Petra y Emebé, están infectados.
Petra escucha y llora
—¿Y cómo funcionan?
—Emociones, emociones, emociones. Un mecanismo que discrimina
sus emociones. Principalmente vía el adictivo Tik Tok las ondas
electromagnéticas del celular intervienen el órgano que selecciona emociones,
la parte más primitiva del cerebro, el sistema límbico, el circuito que genera
el placer. Les controlan el circuito de Deseo - Acción - Satisfacción. Es un
sistema de recompensa como el de las drogas. Así es como les han generado
alucinaciones y delirios en sus sueños. El TikTok no es solo una herramienta
de manipulación, sino llaves inconscientes que abren puertas a influencias
extra dimensionales.
Petra escucha y llora. Emebé está cada vez más silencioso.
—No se muevan de allí. Voy para allá.
Y cortó.
La rubia Petra miró a Emebé con una punzada de duda. El
carisma del profesor Marcello siempre la había tranquilizado, pero ahora, bajo
la sombra de lo que habían experimentado, sus palabras sonaban extrañamente...
programadas.
—Emebé, ¿Podría el profesor Marcello también estar afectado?
¿O incluso ser parte de algo que no alcanzamos a comprender?
A Petra le sangró la nariz.
—No me dejes sola, Emebé.
(Continuará…)
REVISTA OFF THE RECORD. NÚMERO 35. FEBRERO 2022 Vuelvo a Chiloé después de tres décadas. Ahora el turismo es masivo. El taco en el tráfico...