El libro “Diario de um fescenino” de
Rubem Fonseca estuvo largos días mirándome. Sabía que tenía que darme el
tiempo de leerlo. Sabía que era un libro que estaba escrito para gente como yo y que contiene un valor que es escaso en otros libros: la imaginación.
Un libro que habla sobre un tópico: los
escritores y sus chismes de amor feroz con las mujeres: Henriette, Lucia, Clorinda o Virna, o como se llamen, da lo
mismo. Un
tópico común, pero que a mí me divierte siempre.
Un escritor mujeriego,
Rufus, intenta escribir un Bildungsroman, una novela de iniciación, aunque su
editor lo intenta convencer que escriba una biografía sobre Casanova. Vendería
más, ganaría mucho dinero.
Pero, al final, por flojera, Rufus escribe un diario
de vida. Rufus es un hedonista holgazán.
“Hay mujeres precipitadas,
arrebatadas. Una con la que hablé alguna vez, me dijo que se dedicaba al ocio.
“Sólo haces eso” , bromeé. La chica respondió: “También lamo, muerdo y chupo”. Tenía
prisa.”
“¿El arte de amar? Consiste
en saber unir a un temperamento de vampiro la discreción de una anémona.”
“¿Estás escribiendo un libro
nuevo? Preguntó Lucía
-Sí
-¿Y sobre qué es?
-Querida, mirándote a ti no
tengo ninguna gana de hablar del libro
-¿De qué tienes deseo?
-De besarte.
En segundos estábamos en la
cama”
Las relaciones sexuales con
Virna y Clorinda, madre e hija respectivamente:
"Tener dos mujeres
puede ser confortable y bueno también para ellas, aumenta la atracción que el
macho siente por las dos, ese intercambio hace del hombre un amante más
apasionado. Es una pena que ellas no logren entenderlo. Es fácil tener dos
amantes, cuando ambas tienen marido; si son solteras, la cosa se complica, las
dos quieren dormir acompañadas todas las noches."
El otro tópico de este libro
son los pequeños asuntos que preocupan a un escritor:
Por ejemplo, el síndrome de
Zuckerman (tomado de un personaje de
Philip Roth), que consiste en sufrir cuando las mujeres creen que tus libros
son tus confesiones personales.
“Leí todos tus libros, los
adoré, dijo Lucia.
Prefiero que las personas
que conozco no hayan leídos mis escritos.”
“¿Por que te hiciste
escritor?
La única respuesta
inteligente para pregunta es la
Montalbán, me hice escritor para volverme alto y bonito. “
“¿Sabes cuál es la mayor tristeza
de mi vida? Que mi padre haya muerto sin ver publicada mi novela”
En fin. Leer Diario de un
libertino (Diario de un fescenino) fue un placer. ¿Qué más les puedo decir?
La traducción desde el portugués es
del colombiano Elkin Obregón S.
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