Antonio Gil nació en el 1954. Ese mismo año fue encontrado el niño del cerro El Plomo (el Apu) a cinco mil metros de altura de la cordillera de Los Andes. Estaba allí acurrucado, suspendido, adormecido por la chicha,
por siglos, producto de un rito inca. Lo descubrieron en el año 1954. Y G. postula que en ese despojo, en esa profanación, hay una maldición.
Tiene el libro Cielo de Serpientes excelentes páginas de una prosa lírica-quechua muy inspirada, una construcción muy exquisita de lirismo indígena.
Hacia las páginas siguientes, para mi gusto, el libro se entorpece con las innecesarias versiones periodísticas del mito.