Los Millennials del Barrio Yungay 1
Los
acontecimientos son reales. Los personajes, imaginarios.
Omar
Pérez Santiago
Revista Off TheRecord, marzo 2023
Es el último domingo de febrero. Plaza Yungay.
Irita y Gabbe pasean como una pareja de
enamorados.
Como una pareja común de enamorados.
Se detienen un instante a mirar la estatua del
Roto Chileno de la plaza Yungay. Un homenaje a los rotos que murieron alguna
vez por la patria.
La pareja parece real y común, pero desbordan.
Irita y Gabbe parecen una pareja común, pero lo
tienen todo: fama y poder, a lo menos.
Celebrity and Power.
Él es el presidente de Chile.
Un niño corre hacía Gabbe.
—Hola, presi.
—Hola, niño, ¿cómo te llamas?
—Pepo.
—¿Pepo?
Llega la mamá de Pepo:
—Presidente, mi hijo Pepo quería saludarlo y
tomarse una selfie con usted. Todos los niños del barrio lo aman.
Se toman fotos con celulares
El presidente e Irita siguieron caminando de
vuelta a su hogar.
—¿Viste que nuestra mejor ministra se casó, la
Cami?
—Sí.
—¿Nos casamos nosotros, Irita?
—No quiero casarme, Gabbe.
—¿Por qué no?
—Has oído hablar del tema del “eclipse del marido”.
—Je. ¿El marido es una institución en decadencia?
—Sí, pasado de moda como una fábula de Esopo o de Walt Disney. Además, seríamos
una familia muy fome.
—¿Fome?
—Sí. Tú, Gabbe, como presidente de Chile y yo, caminando tomados de la mano hasta viejos.
Nooo. Abajo la clase media. Abajo el hastío y el aburrimiento.
Ambos ríen.
—¿Qué es ser un “hombre de verdad”, Irita?
—Salir del modelo de hombre que ha estado unido al
poder, a la distancia emocional y a la violencia.
—¿Y si nos casamos con cláusula de salida?
—¿Cómo es eso?
—¿Renovación cada 10 años, por ejemplo?
Vuelven a reír.
—Eres el romántico de nuestra relación, Gabbe.
—Es que quiero tener hijos.
—¿Me das un ultimatum, acaso?
—Naaa… ¿Te da miedo tener hijos?
—No quiero una vida tradicional, casada con un presidente que debe
comportarse como un cotidiano, para darle el gusto a la presión social de El
Mercurio. Gabbe, tú me has hecho vivir una experiencia extraordinaria,
fantástica. Vivo un sueño.
—Pero no quieres casarte conmigo.
—Yo hablo desde el punto de vista de la mujer.
—Dicen que el punto de vista de la mujer está en la cremallera del
pantalón. Je.
—Por eso andas con el cierre abajo. Malo. Chico malo
Ríen con el chiste de doble sentido.
Caminaron hasta su casa, saludaron a los guardias
y entraron.
—Sabes, Gabbe, creo que el principal
acontecimiento político actual es la desintegración del proyecto chileno de la
huevonería, dijo Irita mientras se
lavaba los dientes.
—¿Hay un deseo del chileno de vivir de otro modo, Irita?
—Sí, aunque subterráneo. En la intersección entre el juego político y la
vida privada es donde fluye la "guerra cultural", Gabbe.
—Pero, el cambio será lento. Como película de un solo plano. No será inmediata.
—No,
pero vivimos una época de contundencia privada, de rearme
cultural silencioso por el fin de la pompa y la mediocridad.
En el dormitorio Gabbe se coloca su camiseta de pijama con un estampado
de osito.
—Je je je. ¡Qué chistoso tu pijama! Gabbe.
—Pero es cómodo…
—Tal como lo que dijo Fabrizio Copano en el Festival de Viña,
—¿Qué dijo Copano en el Festival de Viña?
—Que eres Winnie the Pooh.
—Ja ja ja.
Ella se
desnuda completamente y se mete debajo de la sábanas y abraza al presidente.
—¿Qué lees, Gabbe?
—Gioconda Belli. Un poema erótico:
—¿La humedad?
—Sí, gime la humedad…
—Je,
je, je. Mejor
me das un beso, Gabbe.
(Continuará)
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