Presidente de Sadel, don Fernando Sáez, escritor, Antonio Skármeta,senadores Mariano Ruiz Esquide, Alejandro Navarro, Andrés Chadwick, Carlos Cantero, Ricardo Núñez:
Adhiero punto por punto al análisis y peticiones realizadas por uno de los más importantes e influyentes escritores chilenos, Antonio Skármeta, quien, junto a Isabel Allende y otros, es el más conocido y respetado escritor chileno en todo el mundo. Antonio Skármeta, además, ha trabajado duramente por el resto de los escritores, apoyo y difusión a través de distintos medios, incluyendo la televisión.
De manera que por favor, los honorables del Senado, políticos que hemos elegido con nuestro voto para que velen por nuestros derechos en todo orden de asuntos, atiendan y estudien algo tan trascendental, como es este proyecto, que sin duda alguna nos vulnera como escritores y como seres humanos.
Si no actúan midiendo consecuencias, Chile, el país que nos ha dolido y costado tanto, abrirá otra brecha de escándalo... Y perdonen la rudeza de la palabra, pero sería un escándalo, ocasionado por una legislación que tanto apela por los derechos de los ciudadanos y que tan poco considera a los actores principales en cada uno de los casos que han azotado al país estos últimos años.
Los escritores escriben los libros. Los escritores tienen derecho arecibir una justa remuneración y un trato digno por la sociedad. Un escritor tiene derecho a ser defendido por el mismo estado del verdugo de la piratería y los corsarios editoriales. Un escritor es testigo y cronista de su tiempo, un escritor es quien, a través de sus novelas, poemas, ensayos, diarios, epistolarios y obras para teatro, revela todo aquello con lo que la posteridad habrá de encontrarse, y desde allí, habrá de enjuiciar lo que ha ocurrido a poco andar del siglo XXI e inicio del Tercer Milenio.
Recuerdo otros tiempos de nuestra historia y la de otros países, y me da la impresión de que los escritores se constituyen siempre ante los ojos del Otro como un foco de conflicto para la sociedades políticas. Chile 1973: años de Pinochet y quema de libros, censura a los escritores, proliferación de autoediciones. España, 1605: Capítulo VI de "El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha": escrutinio realizado a la biblioteca de Alonso Quijano, acto feroz propiciado por el cura y el barbero, quienes envían a la hoguera tantos libros, y la actuación de una Institución Inquisidora, que la misma Iglesia Católica quisiera olvidar.
¡La humanidad necesita a los escritores! ¡Chile debe defender a los suyos!
Apelo por la dignidad de los escritores, y agrego un fragmento de "Mis Memorias" de Emilio Salgari, el que, acaso, mueva la conciencia y los valores de quienes están ahora encargados de resolver y, como en el circo romano, -perdonen Sus Dignidades mi comparación- de alzarse al final de la justa, acomodar su corona, y dar por cerrado el caso, alzando el pulgar hacia la vida o bajándolo en dirección al subterráneo y a los infiernos donde este proyecto pretende enviarnos a los escritores y nuestros libros. Aquí trascribo el fragmento prometido:
Me siento agotado, quebrantado. Las noches insomnes me abaten más allá de mis fuerzas. He luchado con mi tenacidad habitual: siento que mi cabeza no funciona, el cerebro se ha secado antes de tiempo, y sin embargo, debo continuar: la familia tiene necesidad aún de mi inspiración, de mi trabajo agotador (…) Llega la vejez, nada tengo para pasarla tranquila; solo la eterna pluma, el eterno tintero y mi inseparable cigarrillo. El alivio me lo procura el tabaco… (1908). Hijos míos, vuestro padre camina hacia las tinieblas, hacia el destino fatal. No hay precipicio, no hay obstáculo que pueda detenerme, que pueda hacerme retroceder, no, no ¡no hay nada absolutamente! (…) Que estas palabras sirvan de testamento: nada poseo, nada puedo dejaros; solamente mi recuerdo. Pero he dado a la Patria alguna cosa… ¡le he dado mis novelas! El otro día he mentido diciéndoos que iba a ver a mi editor para activar algunos asuntos. No fue así: fui a comprar un cuchillo, la hoja que ha de desgarrar mi cuerpo… Os beso apasionadamente; besad a mamá en mi nombre y adiós para siempre. Mañana no existiré.
Vuestro padre EMILIO SALGARI (24 de abril de 1911 en "Mis Memorias").
Mensaje a su editor: “A usted que se enriquece con mi piel, anteniendo a mi familia y a mí peor que en la miseria, solo le pido como compensación a los beneficios que le he dado a ganar, que pague mis funerales. Le saluda destrozando la pluma, Emilio Salgari”.
¿Es esto lo que Chile quiere? Tengo a la mano innumerables nombres de escritores importantes que son estudiados en los colegios y universidades y quienes han tenido el mismo dolor y optado por un destino semejante. Señores Senadores de la República de Chile, ustedes que han leído muchos libros, que se formaron, la mayoría, en buenos colegios, que consideran la cultura como un bien inigualable, que confían a sus hijos en las manos de profesores tan buenos como los que ustedes tuvieron, que tienen bibliotecas en sus casas, piensen en nosotros y piensen sobre todo en ustedes mismos a la hora de votar este proyecto.
Atentamente
Teresa Calderón
Miembro del Directorio de SADEL Profesora de Literatura y Escritora, Permanente Postulante a los Fondos del Consejo del Libro y la Lectura, que este año 2007 me fuera escamoteado como también a otros muchos escritores que obtuvimos el máximo puntaje. (Agrego este dato, porque yo no vivo de mis libros. Vivo de la precariedad de mis clases, el sonsonete de quinientas horas semanales, como diría Nicanor Parra. Sin contrato fijo en parte alguna y sin sueldo ni remuneración durante diciembre, enero y febrero, al igual que tantos escritores chilenos. Pero vivo también de la pasión de escribir y de la esperanza).
En espera de su respuesta, los saludo respetuosamente
Teresa Calderón
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