lunes, diciembre 30, 2019

Pepe Mujica ¿Te arrepientes de algo? Sí. No haber tenido hijos

Hay políticos que se vanagloriaban desde un pedestal diciendo que eran “estadistas llenos de virtudes” y que hoy huelen tóxicos. Ha sido un año pavoroso para ellos. Sobre todo es un annus horribilis para Piñera, el político más dramático del año 2019. El hombre está huesudo y esta extraviado en un laberinto de caminos que se bifurcan. Su ira narcisista le quitó liderazgo y lo arrinconó en un dilema: resistir o resignarse. El ególatra de Narciso mira todo el día su imagen en una fuente. Muere ahogado por culpa de su egocentrismo. Piñera comete un grave error. Así no se gobierna el espacio público compartido, ni ayuda a la convivencia.
Hay políticos singulares, sin embargo. Uno de ellos es el político uruguayo Pepe Mujica de 84 años, según el documental “El Pepe, una vida suprema”, del director serbio Emir Kusturica, disponible hoy en Netflix.
Pepe Mujica se despierta. Saluda a su perrita Manuela de tres patas, de ojos y orejas grandes. Ese día termina su periodo presencial en Uruguay (2010-2015). Se levanta y se pasea en calzoncillos y dice:
“Yo me voy a bañar y me voy a afeitar. Y me pongo un traje. El traje es el mismo que usé cuando asumí la presidencia. Lo mandé a la tintorería y está casi nuevo.”
No hay guardias y las rejas de su casa están abiertas. En la plaza Independencia de Montevideo la gente lo vitorea. Mujica entrega la banda presidencial y él mismo conduce de vuelta su escarabajo azul o Volkswagen  hasta su rancho para seguir cultivando flores.
-¿Te arrepientes de algo en tu vida? pregunta Emir Kusturica en el patio de su casa, mientras toman mate.
Mujica se rasca su cabello cano y aprieta sus ojos.
Sí -responde.
Hace otro silencio y contesta: -No haber tenido hijos.
Por la noche con su compañera de toda la vida, Lucia Topolansky, van a una tanguería. Abrazados toman un whisky y tararean el tango “La última curda”, un clásico:
“Contame tu condena. Decime tu fracaso, no ves la pena que me ha herido.”
Pepe Mujica aparece así como el contraste de los políticos oportunistas y deshonestos de hoy.
Kusturica ha mostrado a un veterano político carismático, humilde y con sentido de humor que transitó desde el fracaso de la guerrilla urbana tupamara y la cárcel, hasta llegar a ser un presidente socialdemócrata o impulsor de una democracia social.  Kusturica lo hace con su huella estética de desenfadado carnavalesco y surrealismo o realismo mágico que ya estaba en su gran obra “El Tiempo de los gitanos.” (1990).
Échenle una mirada.

sábado, abril 06, 2019

Filósofo del pesimismo noruego Peter W. Zapffe . Ensayo “El último Mesias”

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El noruego Peter Wessel Zapffe  (1899-1991)  escribió en 1933 el ensayo “El último Mesías”. Según él, el  hombre se encuentra  en soledad, lacerado y roto, separado del mundo. Está marcado como un otro y como un destructor de mundos. Las voces de los espíritus primordiales, los ecos del vacío fértil, no le hablan ya al hombre. El hombre perdió la capacidad de escucharlos. El hombre grita al viento pidiendo reconocimiento y a cambio, no escucha nada más que sus sollozos de niño.
Lean el ensayo de Peter Wessel Zapffe


El último Mesías. Por Peter Wessel Zapffe


  
 Una noche en tiempos idos hace ya mucho, el hombre despertó y se vio a sí mismo. Se vio desnudo bajo el cosmos, sin hogar en su propio cuerpo. Todo se disolvió ante su inquisidor pensamiento, y maravilla sobre maravilla, y horror sobre horror se revelaron en su mente.
Entonces la mujer despertó también y dijo que era hora de partir y matar. Y él asió su arco y flecha, el fruto nupcial entre espíritu y mano, y salió bajo las estrellas.
Pero conforme las bestias llegaban a sus veneros donde él solía asecharlas, ya no sintió en su sangre aquel instinto de saltarles encima, sino un gran salmo sobre la hermandad del sufrimiento entre todo lo vivo.
Ese día no regresó con presas, y cuando lo encontraron a la siguiente luna, yacía muerto en el venero.

II
¿Qué sucedió? Una falla en la misma unidad de la vida, una paradoja biológica, una abominación, una absurdidad, una exageración de naturaleza desastrosa. La vida sobrepasó su objetivo, reventándose a sí misma. Una especie había sido armada en exceso –por espíritu creada, pero carente de todopoderoso, pero igualmente una amenaza a su propio bienestar.
Su arma era como una espada sin empuñadura o mango, una navaja de doble filo hendiéndolo todo; pero aquel que ha de blandirla debe agarrar la navaja y virar un filo hacia sí mismo.
A pesar de sus nuevos ojos, el hombre seguía enraizado a la materia, su alma girando en ella y subordinada a sus ciegas leyes. Pero aun así él miraba a la materia como extranjero, comparándose contra cualquier fenómeno, viendo a través y localizando sus procesos vitales.
Él llega a la naturaleza como huésped no invitado, en vano extendiendo sus brazos para rogar conciliación con su creador: La naturaleza ya no contesta, realizó un milagro con el hombre, pero luego ya no le conoce. Perdió su derecho a residir en el universo, ha comido del Árbol del Conocimiento y ha sido expulsado del Paraíso.
Él es poderoso en el mundo cercano, pero maldice su poder que fue comprado con su armonía de alma, su inocencia, su paz interior en el abrazo de la vida. Así que ahí está con sus visiones, traicionado por el universo, maravillado y temeroso.
La bestia también conoce el miedo, en truenos y tempestades y en la garra del león. Pero el hombre se volvió temeroso de la vida misma-de hecho, de su propio ser. La vida-que para la bestia era sentir el juego del poder, era calor y competir y batallar y hambre, y entonces por último inclinarse ante la ley vigente. En la bestia el sufrimiento está autocontenido. En el hombre horada agujeros hacia un miedo del mundo y una desesperanza de la vida. Incluso mientras el niño surge al río de la vida, los rugidos de la cascada de la muerte se levantan alto sobre el valle, siempre más cercano, y lagrimeando, sollozando en su alegría.
El hombre observa la tierra, y esta respira como un gran pulmón; cada vez que exhala, vida encantadora pulula de todos sus poros y emerge hacia el sol, pero cuando inhala, un quejido de ruptura pasa a través de la multitud, y los cadáveres azotan la tierra como granizos.
No solo su propio día podría él ver, los cementerios se retorcían ante su mirada, los lamentos de milenios enterrados ululaban contra él desde las horrendas figuras decadentes, sueños de madres vueltos-a-la-tierra. La cortina de futuro se recorría a sí misma para revelar una pesadilla de repetición sin fin, un inconsciente malgasto de materia orgánica.
El sufrimiento de miles de millones humanos penetra en él a través de la puerta de la compasión, pues todo cuanto sucede levanta una risa para burlarse de la demanda de justicia, su más profundo principio de orden.
Él se ve emerger en el vientre de su madre, levanta su mano en el aire y ésta tiene cinco ramas; ¿de dónde este número diabólico cinco, y qué tiene que ver eso con mi alma? Él ya no es obvio a sí mismo, toca su cuerpo en absoluto horror; éste eres tú y hasta aquí llegas y no más lejos. Dentro de si lleva una comida, que ayer era una bestia que por sí misma husmeaba por ahí, ahora la absorbo y la hago parte de mí, ¿Y dónde comienzo y termino yo?
Todas las cosas se encadenan entre sí en causas y efectos, y todo cuanto él quiere entender se disuelve ante el escrutador pensamiento. Pronto ve la mecánica incluso en la lejana y querida totalidad, en la sonrisa de su amada también hay otras sonrisas, una bota rasgada con los dedos del pie.
Eventualmente, los rasgos de las cosas son rasgos sólo suyos. Nada existe sin él, cada línea apunta de regreso hacia él, el mundo es meramente un eco fantasmal de su propia voz -salta gritando estridentemente y queriendo vomitarse a si mismo sobre la tierra junto con su impura comida, siente el asomar de la locura y quiere encontrar la muerte antes de perder incluso tal capacidad.
Pero al colocarse frente la inminente muerte, comprende también su naturaleza, y el significado cósmico del paso por venir. Su creativa imaginación construye nuevas, temerosas perspectivas tras la cortina de la muerte, y ve que incluso ahí no hay santuario alguno.
Y ahora puede discernir el esquema de sus términos biológico-cósmicos: Él es el desamparado cautivo del universo, mantenido para caer en posibilidades sin nombre. A partir de este momento, se halla en un estado de pánico implacable.
Tal sensación del pánico cósmico es central a cada mente humana. De hecho, la raza parece destinada a perecer en cuanto toda efectiva preservación y continuación de la vida sea abolida, tan pronto toda la atención y energía del individuo se destine a soportar, o atender, la catastrófica alta tensión interna.
La tragedia de una especie que se torna inadecuada para la vida, al sobre-desarrollar una capacidad, no se confina a la humanidad. Así se cree, por ejemplo, que sucumbieron ciertos ciervos en épocas paleontológicas cuando adquirieron cuernos excesivamente pesados.
 Las mutaciones deben considerarse ciegas, que trabajan y avanzan sin ningún contacto de interés con su ambiente.
En estados depresivos, la mente sería la representación de tal cornamenta, con todo su fantástico esplendor clavando en el suelo a quien la porta.

III
¿Por qué, entonces, la humanidad no se ha extinguido desde hace mucho tiempo, durante las grandes epidemias de locura? ¿Por qué solamente un muy reducido número de individuos perece al no poder soportar la tensión de la vida – cuando el conocimiento les da más de lo que pueden aguantar?
La historia cultural, así como la observación de nosotros mismos y de otros, permite la siguiente respuesta: La mayoría de la gente aprende a salvarse a sí misma al limitar artificialmente su contenido de conciencia.
Si los ciervos gigantes, a intervalos convenientes, hubiesen roto los arpones exteriores de sus cornamentas, pudieran haber durado más tiempo.
Aún con fiebre y dolor constante, de hecho, traicionado su idea central, el meollo de su particularidad, ya que la mano de la creación les dio la vocación de ser el portador de cuernos de los animales salvajes.
La ganancia en persistencia, se perdería en significación, en grandeza de vida; es decir, una continuación sin esperanza, una marcha no hasta la afirmación, sino avanzando en la perenne recreación de sus ruinas, una raza autodestructiva contra la voluntad sagrada de la sangre. La identidad de propósito y de fenecimiento es, tanto para ciervos gigantes como para humanos, la trágica paradoja de la vida.
En una devota Bejahung (simbolización, afirmación), el último Cervis Giganticus portó el escudo de su linaje hasta su final.
El ser humano se salva a sí mismo y prosigue. Desempeña, para extender una frase usual, una más o menos auto-consciente represión de su perjudicial exceso de conciencia.
Este proceso es virtualmente constante durante nuestro despertar y horas activas, y es un requisito de adaptabilidad social y de todo aquello comúnmente referido como vida sana y normal. Incluso la psiquiatría trabaja con la premisa de que lo‘saludable’ y viable va al parejo de lo máximo en términos personales. La depresión, el ‘miedo a la vida’, la negación a nutrirse y otros por el estilo, se toman como muestras de estado patológico al que hay que dar tratamiento.
Sin embargo, frecuentemente, tales fenómenos son mensajes de un más profundo, más próximo sentido de la vida, frutos amargos de una genialidad del pensamiento o de sentimiento, en la raíz de tendencias anti-biológicas. No es que el alma esté enferma, sino una falla en su protección, o bien que está siendo rechazada porque se experimenta-correctamente- como una traición al más elevado potencial del ego.
El conjunto de vida que hoy vemos ante nuestros ojos está, desde lo más íntimo hasta lo más externo, enmarañado en mecanismos represivos, sociales e individuales que pueden ser detectados hasta en las fórmulas más triviales de la vida cotidiana.
Aunque toman una multifacética y extensa variedad de formas, parece legítimo por lo menos identificar cuatro clases importantes, que desde luego ocurren en cualquier combinación posible: aislamiento, anclaje, distracción, y sublimación. Por aislamiento me refiero a una cabal y arbitraria expulsión de todo pensamiento o sentimiento preocupante o destructivo. ( Engstrom: "Uno no debe pensar, ese solo confunde").
Una variante perfecta y casi embrutecedora se halla entre ciertos médicos, quienes para autoprotegerse solamente ven el aspecto técnico de su profesión. Puede también decaer al gamberrismo puro, como entre los pequeños delincuentes y los estudiantes de medicina, donde cualquier sensibilidad hacia al lado trágico de la vida es suprimida por medios violentos (jugar balompié con cabezas de cadáveres y cosas así).
En la interacción diaria, el aislamiento se manifiesta en un código general de silencio mutuo: sobre todo hacia los niños, para que no de pronto se asusten brutalmente por la vida que apenas comienzan, y conserven sus ilusiones hasta que puedan permitirse perderlas. A cambio, los niños no deben incomodar a los adultos con recordatorios intempestivos del sexo, del escusado, o de la muerte.
Entre adultos están las reglas de 'tacto', un mecanismo exhibido abiertamente cuando desalojan, con ayuda policíaca, a un hombre que llora en la calle.
El mecanismo del anclaje también sirve desde temprana edad; los padres, el hogar, la calle se convierten en cosas habituales al niño y le dan un sentido de seguridad. Esta esfera de experiencias es la primera y quizás más feliz, protección contra el cosmos al que nos enfrentaremos en la vida, un hecho que sin duda explica el muy debatido “apego infantil”; la cuestión de si eso tiene tintes sexuales carece de importancia aquí.
Cuando el niño descubre más adelante que esos puntos fijos son tan “arbitrarios” y “efímeros” como cualquier otro, tiene una crisis de confusión y de ansiedad y rápidamente busca algún otro anclaje. “En otoño, iré a la escuela secundaria".
Si por algo falla la substitución, entonces la crisis puede tomar un rumbo fatal, o bien puede ocurrir lo que yo denomino un espasmo de anclaje: Uno se aferra en los valores muertos, escondiendo lo mejor posible, a uno mismo y a otros, el hecho de que son inservibles, que uno está espiritualmente en bancarrota.
El resultado es sempiterna inseguridad,“complejo de inferioridad”, sobrecompensación, desasosiego. Cuando este estado entra en ciertas categorías, se hace acreedor a tratamiento psicoanalítico, cuyo objetivo es completar la transición hacia nuevos anclajes.
El anclaje puede caracterizarse como la sujeción a puntos internos, o la construcción de murallas alrededor, de la lacrimosa batalla de conciencia. Aunque típicamente inconsciente, también puede ser totalmente consciente (uno “adopta un propósito”).
Los anclajes públicamente útiles son recibidos con simpatía; quien “se sacrifica enteramente” por su anclaje (la compañía, la causa) es idolatrado. Él habrá establecido un poderoso baluarte contra la disolución de la vida, y otros por sugestión se benefician de la fuerza de él.
En una tosca forma, como acción deliberada, aparece entre “playboys decadentes” (uno debe casarse oportunamente, y entonces las ataduras vendrán por sí mismas"). Así que uno establece una necesidad para su vida, exponiéndose a un mal obvio desde el propio punto de vista, pero que es un calmante de los nervios, un contenedor de altas paredes para una sensibilidad ante una vida cuya crudeza va en aumento.
Ibsen presenta, en Hjalmar Ekdal y Molvik, dos causas de florecimiento (mentiras vivientes”); no hay diferencia entre su anclaje y el de los pilares de la sociedad a excepción de la improductividad práctico-económica de la primera.
Cualquier cultura es un gran y redondeado sistema de anclajes, cuyas ideas culturales centrales constituyen los firmamentos de soporte.
La persona promedio se conforma con tales firmamentos colectivos; su personalidad se le da prefabricada. La persona de carácter termina su construcción, apoyándose más o menos en esos firmamentos centrales y colectivos que heredó (dios, iglesia, estado, moralidad, destino, leyes de la vida, la gente, el futuro).
 Mientras más cercano esté un elemento de estímulo a los firmamentos principales, más peligroso será tocarlo. Aquí normalmente se establece una protección directa mediante códigos penales y amenazas de enjuiciamiento (inquisición, censura, el enfoque Conservador hacia la vida).
La capacidad de carga de cada segmento o bien depende de que aún no se haya reconocido su naturaleza ficticia, o de que, de todos modos, se le reconozca como necesaria. De ahí surge la educación religiosa en las escuelas, que hasta los ateos apoyan porque no conocen otra manera de conducir a los niños hacia formas sociales de comportamiento.
Cuando la gente se percata de la falsedad o de la redundancia de los segmentos, se esforzarán por substituirlos por unos nuevos (“la limitada duración de Las Verdades”)- y de ahí fluyen todas las distensiones espirituales y culturales que, junto con la competición económica, conforma el dinámico contenido de la historia universal.
El ansia por bienes materiales (poder) no se debe tanto a los placeres directos de la riqueza, ya que nadie puede estar sentado en más de una silla o seguir comiendo cuando ya quedó saciado. Mas bien, el valor que una fortuna representa para la vida consiste en la riqueza de oportunidades para el anclaje y la distracción que permiten a su dueño.
 Tanto para los anclajes colectivos como para los individuales ocurre que cuando un segmento se rompe, hay una crisis que es más grave cuanto más cercano está el segmento a los firmamentos principales.
Dentro de los círculos íntimos, protegidos por murallas externas, tales crisis son ocurrencias cotidianas y casi indoloras (contrariedades); incluso pueden observarse jugarretas con los valores de anclaje (bromas, jerga, alcohol).
Pero durante tales juegos uno puede accidentalmente rasgar un agujero de lo eufórico a lo macabro. El pavor “de ser” nos mira directo a los ojos, y en un trago mortal percibimos cómo las mentes están colgando de hilos de su propio tejido, y que un infierno acecha por debajo. Los meros firmamentos fundacionales raramente podrán ser reemplazados sin grandes espasmos sociales y sin riesgo de disolución total (reforma, revolución).
Durante tales eventos los individuos crecientemente se van quedando abandonados a sus propios mecanismos de anclaje, por lo que la cantidad de fallas tiende a aumentar. El resultado son depresiones, excesos y suicidios (oficiales alemanes luego de la guerra, estudiantes chinos después de la revolución). Otro defecto del sistema es el hecho de que los distintos frentes de peligro generalmente requieren muy distintos firmamentos.
Conforme se construye una superestructura lógica sobre cada uno, prosiguen choques entre incompatibles formas de sentir y de pensar. Luego la desesperación puede entrar a través de las grietas.
En tales casos, una persona puede obsesionarse, con gozo destructivo, desarmando el artificial aparato del conjunto de su vida y comenzando, con entusiasta horror, a barrer cabalmente con la misma.
El horror surge de la pérdida de todos los valores de cobijo, del éxtasis de su ahora despiadada identificación y la armonía con nuestro más profundo secreto de la naturaleza, del desquiciamiento biológico, de la continua disposición hacia la condenación.
Amamos a los anclajes porque nos salvan, pero también los odiamos por limitar nuestro sentido de libertad. Siempre que nos sentimos suficientemente fuertes, nos da placer ir juntos a enterrar un expirado valor de moda. Los objetos materiales adquieren aquí un significado simbólico (el acercamiento Radical a la vida).
Cuando un ser humano ha eliminado los anclajes que le están a la vista, cuando solo le quedan puestos aquellos que le son inconscientes, entonces él se auto-nombrará una personalidad liberada. Una manera de protección muy popular es la distracción.
Uno restringe la atención al mínimo crítico, al continuamente llenarla y adornarla de impresiones. Esto es típico incluso en la niñez; sin distracción el niño incluso sería insufrible a sí mismo. "Mamá, ¿ahora qué hago?" Una niñita inglesa que visitaba a sus tías noruegas entró desde su cuarto, diciendo:
 "¿Y ahora qué sigue?"
Las cuidadoras con tino le dijeron:
 ¡Mira, un perrito! ¡Fíjate como están pintando el palacio!
El fenómeno es demasiado familiar como para requerir mayor demostración. La distracción es, por ejemplo, la táctica de vida de la 'alta sociedad'. Podría comparase a una máquina voladora hecha de material pesado, pero que incorpora un principio que la mantiene en el aire cada que se le aplique.
Debe siempre estar en movimiento, pues el aire solo la sostiene momentáneamente. El piloto con el hábito pudiera adormecerse y ser displicente, pero la crisis es grave en cuanto el motor flaquea. Frecuentemente la táctica es totalmente consciente. La desesperación puede morar justo debajo y surgir a borbotones, en sollozos repentinos. Cuando se han agotado todas las opciones distractivas surge la irritación, que puede ir desde una suave indiferencia hasta una fatal depresión. Las mujeres, generalmente menos propensas a ejercicios intelectuales, y por consiguiente más seguras sobre su vida que hombres, preferentemente emplean la distracción.
Un considerable mal del encarcelamiento es la negación a la mayoría de las opciones distractivas. Y como las condiciones para desahogarse de otras maneras también son escasas, el preso tiende a permanecer cercano a la desesperación. Los actos que comete para desviar el escenario final tienen su justificación en el mismo principio de supervivencia.
En tal momento él experimenta su alma dentro del universo, y no tiene otro motivo que la abismal insoportabilidad de tal condición. Presumiblemente son raros los ejemplos absolutos de pánico a la vida, pues los mecanismos protectores son refinados y automáticos, y hasta cierto punto incesantes.
Pero incluso el terreno adyacente lleva la marca de la muerte, la vida es aquí apenas soportable y a grandes esfuerzos. La muerte aparece siempre como escape, uno olvida las posibilidades del más allá, y dado que la manera de percibir la muerte en parte depende de sentimientos y perspectivas, pudiera ser una solución bastante aceptable. Si alguien en  status mortis pudiera esgrimir una pose (un poema, un gesto, el “morir de pie”), es decir un anclaje final, o una última distracción ( por ejemplo la muerte de Aases, personaje de una obra de Ibsen), entonces tal destino para nada es lo peor. La prensa, auxiliando al mecanismo del ocultamiento, siempre hallará razones para no alarmar; “ se cree que la última caída en el precio del trigo…”; Cuando un humano se quita la vida por depresión, ésta  fue una “muerte natural por causas espirituales”.
La moderna barbaridad de 'salvar’ al suicida se basa en una espeluznante incomprensión a la esencia existencial. Solamente una limitada porción de humanidad puede conformarse con meros “cambios”; ya sean de trabajo, de vida social, o de entretenimiento. La persona culta exige conexiones, líneas, una progresión en los cambios. A la larga nada finito satisface, uno está siempre en camino, recogiendo conocimiento, haciendo una carrera. El fenómeno se conoce como 'anhelo' o“tendencia trascendental”.
Cada vez que se logra una meta, el anhelo avanza; por lo tanto su objeto no es la meta, sino el mismo logro de eso -el gradiente, no la altura absoluta-, de la curva representativa de nuestra vida. La promoción de soldado raso a cabo puede aportar una experiencia más valiosa que la de coronel a general. Cualquier base de “optimismo progresivo”es removida por esta esencial ley psicológica.
 El 'anhelo' humano no solo está marcado por un “esfuerzo hacia”; sino también por un “escape de”. Y si empleamos la palabra en un sentido religioso, sólo encaja la última descripción. Pero en esto nadie aún ha aclarado de que “anhela” alejarse; a saber, el valle de lágrimas terrenal, la insoportable condición propia.
 Si la conciencia de este predicamento es el nivel más profundo del alma, según se argumentó antes, entonces también se entiende porqué el anhelo religioso se siente y se experimenta como fundamental.
En contraste la ilusión de que conforma un criterio divino, que abriga la promesa de su propio cumplimiento, es expuesta por estas consideraciones ante una luz ciertamente melancólica.
El cuarto remedio contra el pánico, la sublimación, es una cuestión de transformación más quede represión. Gracias a dones estilísticos o artísticos, el mismo dolor de la vida puede ocasionalmente convertirse en valiosas experiencias.
Los impulsos positivos atrapan al mal y lo confrontan ante sus propios límites, amarrándolo en sus aspectos pictóricos, dramáticos, heroicos, líricos o hasta cómicos. A menos que la peor picadura del sufrimiento sea embotada por otros medios, o negado el control de la mente, tal utilización es improbable ( Ilustración: El escalador no disfruta de la vista del abismo mientras se ahoga de vértigo; y solo hasta que tal sensación es más o menos superada él la disfruta, anclado).
Para escribir una tragedia uno debe en alguna medida liberarse de -la traición-, el sentimiento mismo de la tragedia y mirarla desde un enfoque externo; es decir, estético.
Aquí está, a propósito, una oportunidad para la más salvaje danza a través de niveles irónicos siempre mayores, hacia el más embarazoso círculo virtuoso. Aquí uno puede perseguir a su propio ego a través de numerosos hábitats, disfrutando de la capacidad de las varias capas de conciencia para despejarse unas a otras.
Este mismo ensayo es una tentativa típica de sublimación. El autor no sufre, él está llenando las páginas y será publicado en un diario.
El 'martirio’ de las solteronas también muestra una clase de sublimación –ellas así ganan en significación.
Sin embargo, la sublimación parece ser el menos común entre los medios protectores aquí mencionados.

IV
¿Será posible para las “naturalezas primitivas” renunciar a estos calambres y cabriolas (jugueteos) y vivir en armonía consigo mismas en la serena dicha del trabajo y el amor?
Mientras puedan ser considerados como humanos, pienso que la respuesta debe ser no. La mayor argumentación que puede hacerse sobre la llamada gente natural es que están algo más cerca del maravilloso ideal biológico, que nosotros la gente artificial.
Aun cuando hasta ahora hemos podido salvar a la mayoría durante cada tormenta, hemos sido auxiliados por lados de nuestra naturaleza que apenas, modesta o moderadamente, se han desarrollado.
Esta base positiva (que como simple protección no puede crear vida, sólo obstaculizar su titubeo) debe buscarse en el naturalmente adaptado aprovechamiento de la energía dentro del cuerpo y las partes biológicamente provechosas del alma, sujetas a tales dificultades como aquellas debidas precisamente a limitaciones sensoriales, a debilidad corporal, y a la necesidad de trabajar para la vida y el amor.
Justamente en esta finita tierra de dicha entre los frentes es que la progresista civilización, la tecnología y la estandardización tienen una degradante influencia. Pues mientras una fracción cada vez mayor de las facultades cognoscitivas se retira del juego contra el ambiente, hay un creciente desempleo espiritual.
El valor de un adelanto técnico hacia la empresa de la vida, debe juzgarse por su aportación a facilitar la ocupación espiritual del humano. Aunque las fronteras son borrosas, quizás las primeras herramientas para cortar pudieran mencionarse como un caso de invención positiva. Otras invenciones técnicas enriquecen solamente la vida del mismo inventor. Ellas representan un burdo y despiadado robo a la reserva común de experiencias de la humanidad, y deberían invocar el más rudo castigo si se hacen públicas a pesar de un veto de censura.
Uno de tales crímenes, entre muchos otros, es el uso de máquinas voladoras para sondear tierras inexploradas.
En un solo y vandálico golpe, así se destruyen florecientes oportunidades de experiencias que podrían beneficiar a muchos, si cada uno con esfuerzo, obtuvo su justa parte.
La actual fase de fiebre crónica de la vida está particularmente manchada por esta circunstancia. La ausencia de actividad espiritual basada naturalmente (biológicamente) aparece, por ejemplo, en el persistente recurso hacia a la distracción (entretenimiento, deportes, radio; “el ritmo de los tiempos”).
Las condiciones para el anclaje no son tan favorables –todos los sistemas colectivos de anclajes están siendo pinchados por las críticas, y la ansiedad, repudio, confusión; la desesperación se filtra por las grietas (“cadáveres en el cargamento” – idiomático Danés -- obscuros secretos escondidos en algún sitio).
El comunismo y el psicoanálisis, aunque carecen de factores comunes en otros sentidos, ambos intentan (pues el comunismo tiene también una reflexión espiritual ) por nuevos medios variar otra vez el viejo escape; aplicando respectivamente, violencia y astucia para hacer que los humanos encajen biológicamente, al aprisionar su sobrante de crítico de entendimiento.
La idea, en cualquier caso, es misteriosamente lógica. Pero otra vez, no puede aportar una solución final. Aunque una degeneración deliberada a un nadir más viable puede ciertamente salvar a la especie en el corto plazo, por su naturaleza no podrá encontrar paz en tal dimisión, o de hecho no hallar ninguna paz en absoluto.

V
Si continuamos estas consideraciones hasta su amargo final, entonces no hay duda en la conclusión.
Mientras que la humanidad proceda imprudentemente en su falso espejismo de estar  biológicamente predestinada al triunfo, nada esencial cambiará.
Mientras que sus números crecen y la atmósfera espiritual se espesa, las técnicas de protección tendrán que asumir un carácter cada vez más brutal.
Y los seres humanos persistirán en el sueño de salvación y afirmación y en un nuevo Mesías. Pero cuando muchos salvadores hayan sido clavados a los árboles y apedreados en las plazas públicas, entonces vendrá el último Mesías.
Entonces aparecerá el hombre que, como el primero de todos, se atreva a desvestir su desnuda alma y a entregarla viva al más extremo pensamiento del linaje, la idea misma de condenación.
Un hombre que ha penetrado la vida y su territorio cósmico, y cuyo dolor es el dolor colectivo dela Tierra.
Con qué gritos furiosos las multitudes de todas las naciones no gritarán pidiendo mil veces su muerte, cuando como un paño su voz envuelva a todo el planeta, y el extraño mensaje haya resonado por primera y última vez:
- La vida de los mundos es un río rugiente, pero la Tierra es una charca y un reflujo.
- La marca de la condenación está escrita en sus frentes
-¿cuánto tiempo patalearán contra los pinchazos?
- Pero existe una conquista y una corona, un rescate y una solución.
- Conózcanse a sí mismos, sean infértiles y dejen a la Tierra silenciosa tras de ustedes.
Y cuando hubiere hablado, se volcarán sobre de él, guiados por los promotores de la paz y las parteras, y lo enterrarán con sus propias uñas.
Él es el Último Mesías.
 Un hijo de un padre, y descendiente de aquel arquero primitivo junto al venero.



viernes, abril 05, 2019

Biblias de Tijuana: Esas pequeñas historietas cochinas. Por Art Spiegelman


Nota del traducor Omar Pérez Santiago

En este corto ensayo de antropología cultural  el maestro de la historieta underground, Art Spiegelman, investiga  sobre las llamadas Biblias de Tijuana fueron las primeras revistas de cómics norteamericanas. Nacieron en los años treinta como una parodia de la cultura popular norteamericana. Eran historietas pornográficas e ilegales, una mezcla de libertinaje e inocencia, un producto preindustrial. Las Biblias fueron producidas clandestinamente y distribuidas en folletos pequeños y relataron las aventuras sexuales explícitas de personajes de la historieta, de las celebridades y de los héroes populares norteamericanos. Las Biblias se traficaban en patios de colegios, en los garajes y en las peluquerías. Fueron de naturaleza anti autoritaria, un modo populista para rebelarse contra los manipulativos medios de comunicación y la publicidad diseñada para solo calentar el agua. Las censuraban los conocidos rígidos puritanos de la Izquierda y la Derecha. Según Art Spiegelman La Biblias de Tijuana eran, sin duda,  un género dibujado principalmente por hombres para una audiencia de hombres, sobre obsesivos estereotipos.
Esta es mi traducción del estudio del gran maestro, Art Spiegelman (n. 1948, USA) publicada inicialmente en Salon.com de 1997.

1: Esas pequeñas historietas cochinas


 Los cómics traen el pasado a nuestro radar crítico y nos dan directamente la identificación. Puede ser que las cualidades diagramáticas reduccionistas del cómic concuerdan con el modo en que el cerebro clasifica información. Esta facilidad subversiva para ingresar en las grietas más profundas de la psique nunca ha sido demostrada más claramente que en el género de los folletos de cómics, a veces conocidos como Las Biblias de Tijuana, que florecieron desde los años treinta. Eran alegremente pornográficos y categóricamente ilegales.
Desde la perspectiva actual, las primeras Biblias de Tijuana son una mixtura rara de libertinaje e inocencia. Quizás porque el ambiente sexual obrero en que fueron creadas era tan opresivo, que las Biblias de Tijuana, en general, no se aventuraron en los dominios del vicio sadomasoquista de mucha de la actual cultura popular, que admite pornografía extrema. La Biblias de Tijuana parecen maravillarse en la idea del sexo. ¡Un pasaje de " Portnoy's Complaint " de Philip Roth captura perfectamente su tono adolescente: ¡Alucinante! ¡Asombroso! ¡Todavía no puede superar la idea fantástica que cuando uno mira a una chica, uno mira alguien que garantiza tener un coño! ¡Todas tienen un coño! ¡Bajo sus vestidos! ¡Coños - para tirar!


2: Padre del comix underground o historieta para adultos



Fue durante los maravillosos Años Psicodélicos de mi tardía adolescencia, cuando empecé a trabajar como dibujante de cómics underground, que, por primera vez, fui expuesto al genuino underground de los cómics sexuales del pasado –pero, gracias a las referidas drogas psicodélicas–, no puedo recordar las circunstancias exactas. Sé que algunos de mis cohortes un poco más viejos y más sabios de comix underground como Robert Crumb (1943, USA), S. Clay Wilson(1941, USA) y Justin Green (1945, USA) habían leído estos folletos en la niñez, pero para la mayoría de ellos no eran un momento clave en su desarrollo como artistas –era un momento más en su desarrollo de adolescentes. Las Biblias de Tijuana no eran una inspiración directa para la mayoría de nosotros; ellas eran una condición previa. El cómics que galvanizó mi generación –los primeros Mad, los cómics del horror y la ciencia ficción de los cincuenta- fueron hechos, en su mayor parte, por tipos que habían sido deformados por las pequeñas Biblias.
Las Biblias de Tijuana fueron las primeras revistas de cómics en América, más allá de la mera reimpresión de las viejas tiras periodísticas, y el formato era anterior, en cinco o diez años, al formato que nosotros ahora reconocemos como revistas de cómics.
Sin las Biblias de Tijuana nunca habría habido una revista Mad -que trajo una actitud irónica nueva en los medios que llegó a ser omnipresente- y sin Mad nunca habría habido un comix underground iconoclasta en los años sesenta. Mirando el pasado desde el hoy, un tiempo simultáneamente más liberado y más represivo que las décadas anteriores, es difícil de evocar la carga de profundidad anárquica de lo Prohibido que traían ésos pequeños dirty comics.

3: Arte preindustrial




A causa de su existencia genuinamente underground hay sorprendentemente pocos -perdonen la expresión- datos duros disponibles acerca de las Biblias de Tijuana. Mucha de mi información viene de hablar con personas que los recuerda de su disipada juventud, de una tesis de master para la Universidad de Washington escrito por Robert Gluckson en 1992, y de varias colecciones más o menos sórdidas de reimpresiones de editores marginales que encontré en tiendas de pornografía en los inicios de los años setenta. Estos venían llenas de introducciones especulativas de sociólogos, sexólogos, psicólogos, o posiblemente podólogos -cualquiera que tuviese estudios de filosofía y letras o un BA y cuyo nombre “redimía socialmente el valor" de lo que, de otro modo, quizás podría aparecer como simples revistas picantes. Yo nunca soñé que algún día maduraría para llegar a ser en un investigador de esta especie de prosa preindustrial.
Para escribir este ensayo leí cerca de 300 Biblias de Tijuana de los 700 a 1.000 que se estiman haber sido publicadas, y debo confesar que, como el aplauso, estos cómics son mejores en dosis pequeñas. Puede ser debido a su, digamos, devoción directa por un tema, aunque las Biblias no eran menos repetitivas que el gato que da golpes reiteradas con un ladrillo, como ocurre en la obra maestra de tira periodística, Krazy Kat de George Arriman (1880-1944)


4: Cómic clandestino




Las Biblias de Tijuana probablemente no se produjeron en Tijuana (ni en La Habana, ni en París ni en Londres, como algunas de las portadas sugieren), y ellas obviamente no eran Biblias. Las Biblias fueron producidas clandestinamente y distribuidas en folletos pequeños que relataron las aventuras sexuales explícitas de admirados personajes de la historieta, de las celebridades y de los héroes populares norteamericanos. El formato standard era de ocho páginas mal impresas de 4 pulgadas de ancho por de 3 de alto, en negro (o azul). Ocasionalmente había libros de otros tamaños y formatos, los más notables fueron un número épico y raro de dieciséis páginas -e incluso de treinta y dos páginas.
Estas revistas podrían haber sido llamadas las Biblias de Tijuana como un pre-Nafta alegremente sacrílego en contra de los mexicanos, para lanzar a agentes del FBI tras el rastro, o porque los pueblos fronterizos de la Costa del Oeste eran un suministrador importante de todo tipo de pecado.
En otras regiones de norteamérica las Biblias fueron conocidas también como Eight-Pagers, Two-by-Fours, Gray-Backs, Bluesies, Jo-Jo Books, Tillie-and-Mac Books, Jiggs-and-Maggie Books, o simplemente Fuck Books.
Empezaron a aparecer a fines de los años veinte, prosperaron durante los años de la Depresión, y declinaron después de la segunda Guerra mundial.

5: Matute cultural en los colegios




En su apogeo las Biblias de Tijuana eran muy difundidas, un verdadero medio masivo, y pasaban de mano en mano. ¡Uno de los ayudantes de uno de los grandes dibujantes de cómics norteamericano, Al Capp (1909-1979), recuerda que cuándo Al Capp creó "Li´l Abner" estaba preocupado de saber si su cómic tendría éxito o no, pero él dio un enorme suspiro de alivio cuando su personaje apareció pirateado en una Biblia de Tijuana. ¡Él había triunfado!
La distribución de la Biblias eran estrictamente de contrabando, y fueron vendidos en patios de colegios, en los garajes, y en las peluquerías. Nadie, por supuesto, puede decir con certeza cuanto era el tiraje, pero se estima en un rango de un millón, teniendo en cuenta que estos artículos ilícitos podrían ser pirateados por cualquiera que tuviese acceso a una imprenta pequeña (o aún, para algunas ediciones, el mimeógrafo). No aparecen registros de editores ni artistas procesados, aunque compradores y vendedores fueron arrestados ocasionalmente. No es claro si estas publicaciones eran operaciones limpias o si realmente estaban controlados por el crimen organizado.

6: Dibujantes anónimos




Cuando Will Eisner (1917-2005), el decano de los artistas de cómics norteamericanos y creador de Spirit, aún era un joven inocente y trabajaba en una imprenta de Nueva York, él recuerda que se le solicitó dibujar Biblias de Tijuana por $3,00 por una página, por "un tipo de Damon Runyon, con dedo meñique lleno de anillos, nariz rota, camisa negra, y corbata blanca, que dijo tener los derechos exclusivos de la distribución para todo Brooklyn." Los dibujantes de las Biblias eran anónimos, y no incluyeron a Will Eisner (que rechazó la lucrativa oferta de empleo como "uno de las decisiones morales más difíciles de mi vida") ni a los verdaderos creadores de las tiras periodísticas originales.
El artista que solo y a mano colocó la vara para todos los demás, generando mucho más trabajo que docenas de otros expertos en el área, fue conocido recientemente como "Mr. Prolific" (así nombrado en los cuatro volúmenes de Sex in Comics de Donald H. Gilmore, Ph.D.) o, por algunos aficionados, como " Square Know”. Él ha sido identificado últimamente como "Doc" Rankin por el sexólogo Gershon Legman, que dice haberlo encontrado en una librería barata de Scranton a mitad de los años treinta. Rankin, un veterano de primera Guerra mundial, dibujó tiras cómicas de destape para revistas destinadas a alentar a ex-soldados retornados de las costas liberadas de Europa. Su editor, Larch Publications, producía libros a color de chistes para tiendas de novedad y magia y podría haberse extendido posiblemente a producir material hard core de contrabando.
El clásico de Doc Rankin , "The Love Guide", con Mae West y una selección de todas las estrellas del cómic, aparece en las páginas de varios "Adventures of a Fuller Brush Man". El estaba por sobre la mayoría de los dibujantes competentes, dibujando imágenes creíbles en complejas posturas con golpes elegantes de pluma. Este tipo era suficientemente bueno para ganarse la vida honestamente, si lo deseaba. Gozaba visiblemente de su trabajo, era un valor, a menudo agregando bromas y personajes extras en viñeta tras viñeta.
El otro creador de Eight-Pagers que yo puedo nombrar es el que produjo una serie de folletos que inmortalizan World's Fair en 1939. Aunque dudosamente identificado como Donald H. Gilmore, Ph.D, yo reconozco claramente la mano de Wesley Morse (1897-1963, USA) un artista que encontré brevemente hace años cuando empecé a trabajar para la Topps Chewing Gum Company. Aunque sus Eight-Pagers a menudo se apuran y son superficiales, dibujado por alguien más interesado en el dinero que hacerlo estupendo, los dibujos tienen una caligrafía y un charmoso fluir en libertad. A los inicios de su carrera, Morse había dibujado tiras cómicas para el New York Graphic, y logrado algún éxito como un dibujante de cómics, pero aparentemente había pasado por dificultades económicas por los años treinta. En los años cincuenta alcanzó el apogeo de su carrera, dibujando Bazooka Joe, revista que venía envuelta alrededor de un chicle Bazuca.

7: Rústico Mr Dyslexic




Los nombres del resto de los artistas de la Biblias de Tijuana han resbalado en las grietas olvidadas de la historia y son conocidos ahora sólo por sus rarezas e idiosincrasias estilísticas. Este es el caso de "Mr Dyslexic", uno de los artistas de después de la segunda Guerra mundial (el período decadente del género). El no tiene sentido de la correcta progresión narrativa de izquierda a derecha y coloca constantemente sus figuras o sus globos (y a veces ambos) fuera de la secuencia. Mediante su ejemplo negativo muestra las dificultades escondidas del arte del cómics.Dibuja rudimentariamente, ciertamente no puede deletrear, y, como dibujante de cómic, meproduce la misma fascinación que un accidente de tráfico realmente desagradable quizás le produzca a un conductor de autobús. (Actualmente, la indiferencia de Mr Dyslexic por el oficio es una muestra típica de un descenso general en la artesanía que ha marcado el progreso del siglo, pero pospondré esa discusión para alguna otra ocasión.)
Mr. Prolific probablemente nunca ganó estrellitas en la escuela por su ortografía y ocasionalmente tropezó con palabras difíciles como feud y thei, pero sólo el inculto Mr. Dyslexic podría escribir con tantas faltas de ortografía.
Hay además un espíritu maligno en la misoginia, xenofobia, y racismo de Mr Dyslexic que no se compara con la misoginia, la xenofobia, y al racismo bastante dulce de muchas de las primeras Biblias de Tijuana. Uso la palabra "dulce" prudentemente, ya que la mayor parte de losEight-Pagers exudan inocencia.

8: Damas cachondas




Las Biblias de Tijuana o los Eight-Pagers traficaron con estereotipos. Pero el estereotipo era un virus que infectó todos los estratos de la cultura popular norteamericana, incluyendo las películas, los shows de la radio, y las historietas que ellos parodiaron. De hecho, desde que las tiras cómicas son un lenguaje visual, el estereotipo es el componente básico del arte de tira cómica.
Los dibujantes de cómics pueden vencer esta limitación aparente y a menudo logran complejidad de pensamiento, pero es útil mirar las Biblias de Tijuana como modelos de laboratorio de la historieta en su formato básico. Hay una buena unidad de forma y contenido en estos libros: pornografía y tiras cómicas tratan ambos acerca de cómo desnudarse con dignidad; ambos dependen de la exageración; y ambos despliegan lo qué Susan Sontag, en "La Imaginación Pornográfica," llama "un teatro de tipos, nunca de individuos."
Debido a su foco monotemático, hay una paleta de arquetipos aún más limitada en las Biblias de Tijuana que en los actuales cómics de los periódicos. Las mujeres pueden ser brillantes o estúpidas, inocentes o experimentadas, pero todas son cachondas al punto de la insaciabilidad. El asunto principal es si juegan ese rol únicamente por placer y por diversión y por lucro. Los hombres, guapos o (más a menudo) feos, son limitados a viejos cachondos o jóvenes cachondos. Aun, cuando son más efectivos, los personajes de los Eight-Pagers permanecen creíbles debido a sus contrapartes legitimadas en los medios. Harpo Marx es tan alegre e ignorante en estos cómics, como él lo es en las películas. El mayor Hoople era siempre un fanfarrón en los papeles chistosos, y era más literal en estas revistas. El deseo colonialista implícito en Tarzán sólo se hizo más transparente cuando puso nocaut a un salvaje que deseaba violar a una diosa blanca, pero que luego él mismo usa.

9: El Anarko-Pop




Las Biblias de Tijuana o The Fuck Books no fueron abiertamente políticos pero fueron, por su naturaleza anti autoritaria, una protesta contra lo qué Freud llamó la Civilización y Sus Descontentos. Aquí había una manera populista para rebelarse contra los medios de comunicación y la publicidad diseñada para excitar y manipular, pero nunca satisfacer. Betty Boop, Greta Garbo, y Jean Harlot irradiaban todo el atractivo sexual en la pantalla, pero ellas eran calienta pollas que nunca cumplieron lo que prometían -especialmente después de 1934, cuando la oficina de censura de Hollywood Hays entró en la dura.
Un impulso parecido se expresa hoy en Internet, con nuevos grupos que postean imágenes digitalizadas en JPEG de “La Bella y la bestia” de Walt Disney haciendo lo qué Shakespeare llamó "la bestia con dos espaldas", las historias explícitas de sexo en cadena de la tripulación de Star Trek, y -gracias a la hechicería de Photoshop- cambiando los retratos desnudos del reparto de "la Isla de Gilligan." El escalofrío de estas versiones high tech de Biblias de Tijuana tiene menos que ver con la emoción de violar el derecho de autor y la ley de las licencias, que por la necesidad sexual. En los años treinta era simplemente un alivio tremendo averiguar exactamente que hicieron Lorenzo y Pepitaen el periódico que llevó al nacimiento de su Baby Dumpling.

10: Censura de las clases finas o pelotudas



El cómics es el desagüe del medio de comunicación; es decir, es lo que sucede en los intersticios del medio. Por supuesto, los cómics han sido vistos como el desagüe de los medios de comunicación en el sentido más obvio del término desde que Yellow Kid de Richard Felton Outcault (1863-1925) apareció en un suplemento de cómic del domingo del New York World en 1895. Las clases finas cuestionan la vulgaridad de los cómics y han tratado de tenerlos asfixiados pues los consideran una amenaza a la alfabetización y una influencia corrupta en los niños. Los chistes ciertamente fueron leídos por niños, pero un sondeo de Gallup de 1938 mostró que cerca del 70 por ciento de todos adultos norteamericanos los siguió fielmente también. Es difícil de sobreestimar cuán central eran los cómics en la cultura masiva, en aquellos días en que las imágenes emitidas por los rayos catódicos aún no llegaban a cada hogar.
Quizás es el encanto primitivo y directamente visual de los cómics que los acusa falsamente de ser un medio para niños y que los hizo tan vulnerables a la ira del censor. En 1994, Michael Diana, un dibujante de cómics de Florida cuya revista de cómics autopublicada, "Boiled Owl," claramente dirigida a adultos, llegó a ser el primer dibujante de cómics en América de ser condenado por obscenidad. ¡Uno de los términos draconianos de su libertad condicional le impuso la prohibición de tener algún contacto con menores!
Es un negocio peligroso, los cómics.


11: Nuestros conocidos Rígidos de Izquierda y de Derecha




La magia esencial del cómic es que unas pocas palabras y unos signos sencillos pueden evocar un mundo entero y el lector entra y cree en él. Presumiblemente, esto vale para el cómic erótico también; si no ¿cómo se puede explicar que la gente haya gastado moneda dura en la Era de la Depresión para ver un cómic muy primitivamente dibujado del Pato Donald tirando con la Minnie?
Es precisamente esta habilidad milagrosa de suspender la duda entre Imagen y Realidad que despierta la ira de esos censores puritanos de la Izquierda y la Derecha que confunden las descripciones de una violación con la violación verdadera. Es una confusión profunda de categorías como una pelea entre los síntomas y las causas.
Hay los que afirman que las Biblias de Tijuana degradan a las mujeres, yo creo que es importante notar que las Biblias degradan a todos, más allá del género, del origen étnico, o de la especie. Es lo que las tiras cómicas hacen mejor, de hecho. Es también crucial indicar que realmente no hay mujeres en estas revistas. Este es un género dibujado principalmente, si no enteramente, por hombres para una audiencia de hombres.
En "When Mother Was a Girl," una producción de Rannkin, las mujeres son descritas como "nueces recalentadas." Sí, he oído la eyaculación femenina y yo sé que esas palabras del argot a menudo cambian de significado con el tiempo, pero estoy seguro que esto realmente es un indicio: son todas tipas con coños, listos y entusiastas.
El hombre de la era de la depresión tuvo problemas para ajustarse a la amenaza de la Moderna Mujer recientemente liberada y con derecho a voto, que acababa de entrar a la fuerza de trabajo, y estos cómic exponen este stress. Hay un gran ansiedad en estas revistas picantes. Está expuesto en el folleto atípicamente vicioso de Bonnie Parker, Amputated, donde nuestra heroína corta un enorme pene (aún generoso para los estándares de las Biblias de Tijuana) y lo preserva en alcohol como un recuerdo de un mete-y-saca realmente caliente. El malestar en los Eight-Pagers más a menudo es expresado en forma de desagüe masculino.

12 y final: más sanos que un comercial de Calvin Klain




Las Biblias de Tijuana eran los manuales de la educación sexual de su tiempo. Entretención fácil de leer, la Biblias eran el Beavises and Buttheads de esa época, donde se podía aprender sin dolor donde ponerlo, y cómo moverlo una vez que se pone allí.
Apreciablemente, estos folletos esparcen la noticia hot de que las mujeres gozan el sexo y que personas gordas, como Oliver Hardy y Kate Smith, podrían ser sexys. Ellos enseñaron, a pesar de la vergüenza, que el cunnilingus (en estos folletos se llamó "la pesca de la perla," "silbando en los pelos del bigote," o "cantando en el cañón") era divertido.
Estos viejos Jo-Jo Books tienen una liberadora tormenta polimorfa de perversidad, mas la mayoría parecen mucho más sanos que un comercial típico de Calvin Klein. Las Biblias de Tijuana representan un próspero mundo en el que el deseo vence todo, inclusive con mal dibujo, mala gramática, malos chistes y mala impresión.
Para citar a un Sixteen-Pager:
"Ahora por algunos momentos excitantes - mantén las manos quietas."

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