miércoles, febrero 28, 2007

Antonio Skármeta canta boleros

Anoche estuve en una comida muy agradable en la casa del embajador de Finlandia, Ivo Salmi y señora, a quienes, por lo demás, agradezco la gentileza de invitarme.
Era una comida en homenaje a Matti Brotherus, de viaje en Chile.
Matti es traductor del español al finés. Un ser muy espontáneo que vale la pena conocer. Ha traducido a José Donoso, Luis Sepúlveda, García Márquez, Neruda, Mario Vargas Llosa y un largo etcetéra. En esa comida estaban los escritores Skármeta, Edwards, Cámeron, y Marchant. Estaban los periodistas Pablo Guerrero de El Mercurio y Pablo Marín de La Tercera.
Estaban también Sergio Badilla y su señora Rita, pues otro de los motivos del encuentro era dar conocer que el poeta Badilla está invitado este año a la Reunión Internacional de escritores de Lahti, el más importante festival literario del país. La Reunión Internacional de Escritores se organiza anualmente en los hermosos parajes de la Mansión de Mukkula en Lahti, justo los días antes del San Juan. Esta reunión forma un punto de encuentro para escritores de todos los países del mundo para intercambiar opiniones sobre literatura y para discutir el papel de su arte en el mundo moderno.
El embajador anunció que luchará para que esta práctica de invitar a un chileno o chilena cada año se mantenga.
Mientras probábamos ostiones al ajillo, le recordé a Antonio Skármeta, lo bueno que era para cantar boleros. No cantamos boleros anoche. Pero sí lo hizo aquella primera vez que nos vimos en el Malmö de mi exilio. Antonio vivía su exilio en Berlín, acababa de filmar su película Ardiente Paciencia, con una jovencísima Marcela Osorio. Con los hermanos Juan y Guillermo Moya lo invitamos a presentar su película en Malmö. Luego hubo una alegre fiesta en la casa latinoamericana donde Antonio brilló con sus canciones acompañadas de los hermanos Moya.

Sobre literatura finlandesa vean mi versión de un cuento de Rosa Liksom, una escritora que a mi me gusta mucho

miércoles, febrero 21, 2007

Ah, el verano en la playa…

Cosas que hicimos con mi hija de 4 años: dibujamos, pintamos, pegamos los dibujos en la muralla al lado de su cama.
Cosas que hicimos: nos bañamos en la playa.
Mi hija entra engrasada con crema protectora para el sol pues la mamá no quiere que se queme la piel.
Hicimos una piscina, en el borde de la playita.
Chuuuuuta.
Sube la ola y se lleva parte del dique. Volver a empezar. Lo dejamos pero bien armadito y nos fuimos a almorzar a un restaurante muy bakancito a dos pasos de la playita.
Cuando volvimos dos niñas estaban sentadas en NUESTRA piscina.
Mishh, dijo ella.
Mishh, dije yo.
Nadie sabe para quien trabaja, dijo la mamá.

Entramos varias veces a los juegos y ella se subió a los caballitos, a los autos de carrera, a los dragones, a los aviones, a la cama de saltar, al castillo escalador.
Lo que más le gustó fue saltar en el benji. Tanto le agradó que luego en la casa se dibujó saltando en el benjí. Le quedó muy propio.

Cosas que hicimos: comimos cabritas.
Un día a un globo le pegamos papel de diario con engrudo, al otro día estaba seca y jugamos a la pelota con ella.
Hicimos una espada de palos de árbol y luego la pintamos de colores.
Así fuimos espadachines muy hábiles.

Fuimos a la casa de sus primos que ella quiere mucho, y que también vacacionaban por ahí. Allí se ponía muy chifladita con subir a la casa en el árbol de sus primotes, que también la quieren mucho, y colgarse de la cuerda enganchada del árbol.
Al fin: Gua, gua, gua.
Se cayó de poto.

Cosas que hicimos: dormimos siestas.
Leímos repetidas veces el libro del oso Matías que va a ir por primera vez a la escuela y tiene mucho temor. Pobre oso Matías que no puede dormir tranquilo pensando que al otro día tiene que ir al cole. El osito Matías sufre el horror vacui, el temible horror al vacío. Hicimos unos dibujos del pobre Matías que también pegamos en la muralla.

El otro libro que leímos varias veces fue sobre Betti, una niñasaurio muy plomo que molestaba a su amiga Carla y que al final la mandan a la luna.

Otro día fuimos a almorzar donde su prima que llegó también cerca de ahí. La suerte nuestra es que al lado había una casa con piscina. Bakán. Nos bañamos. Ella se tuvo que salir pues se estaba poniendo azul con el agua fría. Tiritaba.
No-o-o-o, dijo temblando.
Luego se tomó la leche en los brazos de la mamá.
Regalona.

Vimos repetidas veces el video del Libro de selva y otros de monitos.

Ella colecciona caracoles que recoge del jardín.
Un día se encontró con dos caracoles que cruzaban una calle cuando bajamos a la playa.
¿Qué hacían esos caracoles en medio de la calle con sus cachos parados?
Ella quería llevárselos a la playa.
No, le dije.
¿Por qué no?
Ahí estaba: su inevitable ¿Por qué no? de una chica de 4 años.

Porque de aquí a que lleguemos a la playa van a llegar reventados.
No si los llevo así.
Puso la mano en cucharita

Otro día se bañó en el patio con la manguera.
La mamá gritó: ¡qué se va resfriar!

Otro día anduvo todo el día con dos de esos cartones con el precio que le ponen a la ropa en los negocios. Los encontró lindos y se los colocó en el cuello como collares.
Mira, Pa, qué lindos…
Anduvo todo el día pendiente de sus lindos cartones y por la noche les aplicó tijera.

Efectivamente, estuvo toda una tarde recortando los catálogos de ropa que ahora traen los periódicos del fin de semana. Recortaba los maniquíes y les pegaba zapatos y después los ponía en fila o los hacía caminar, y hablaban, como si fueran títeres.

Un día ella le dijo a su mamá:
¿Por qué te necesito? ¿Por qué, Ma?
Y la abrazó.





martes, febrero 20, 2007

banalidad estival de los caradeformes

Ya saben. El plomo aquí en Santiago es charlar sobre el nuevo sistema de transporte.
2Que mira que a mi no me costo nada y que a mi la nueva pasa por allí y por allá."

Ya deben saber también: Santiago se merece un nuevo sistema de transporte.

No comparto dos cosas: el reaccionarismo de los caradeformes, la vieja pava (viejo pavo) que no sabe como ni cuando ni a que hora. "Antes tomaba la micro en la esquina de mi casa" (Ponle efectos con voz pava )

(El de viejo pavo (o vieja pava) es un decir, ya saben: a veces el plomo es un mocetón pavo o mocetona pava. Pero huevones igual. Pero requete tontos)

No comparto tampoco el huevonismo de los noticiarios centrales en época estival. No tienen más creativos, y el director que subroga pone a otro caradeforme que están en práctica, una tonta (tonto) del microfóno con la tonta (tonto) de la cámara se dedican a entrevistar a la caradeforme: la misma vieja (viejo) de plomo que no sabe como ni cuando ni a que hora. Pavos y pavas todos.

En todo caso mi estimado Leo Ríos la rompe con este chiste, qué chiste. Vean su blog la banalidad del mall ( obvio, sarcasmo sobre Hannah Arendt) .

martes, febrero 13, 2007

Henrik Ibsen, Jon Fosse y Víctor Carrasco y su fomedad nórdica

El montaje de Víctor Carrasco de la obra del noruego Henrik Ibsen, Hedda Gabler, convocó a mucho público en el teatro Matucana 100, en el enero santiaguino. Víctor Carrasco por años ha sido el encargado de los guiones de las precarias telenovelas: Sucupira, Pampa Ilusión, Puertas Adentro y Los Pincheira.
Seguramente el elenco tele novelero (con la altiva armada que encabeza Claudia Di Girirolamo, Delfina Guzmán y Willy Semler) puso su inevitable cota comercial y la clásica obra sobre una mujer insatisfecha, puso el resto.

El montaje de Carrasco es peculiar.
Las mesas, las sillas, las cortinas son blancas. Los trajes de los actores y actrices también. Los actores y actrices no actúan: declaman. Quietos en el escenario mientras modulan. Además el escenario tiene una malla fina, una fina tela que el da al escenario –mirada desde la platea- una insólita capa de ensuciamiento visual. Los autores se ven borrosos, en una especie de neblina matinal, a ver si me entienden.

Vistas así las cosas, bien pudo ser una producción radial. Los textos en la traducción de Sergio Badilla es de calidad, moderna y actualizada y la obra podría ser escuchada por la radio Hubiésemos estado obligados a imaginar una escenografía y unos movimientos que la versión de Carrasco no tiene.

¿Por qué hace esto Víctor Carrasco?
Vean ustedes, Carrasco ya lo hizo en otra obra de otro noruego que tuve también la oportunidad de ver. En Nadie va a venir del actualísimo Jon Fosse, el talento de la actriz Amparo Noruega, es obligada a declamar el texto sin moverse del escenario.
El estilo de Carrasco es espectralmente frío, espectralmente fome.
¿Las razones? No sé.
¿Un prejuicio, quizás?
Un mal entendido sobre el estilo: si la tierra y el clima es frío…entonces….los seres humanos son fríos y distantes.
O sea, reduccionismo de estilo.
O sea una mirada condolida -basada en un prejuicio poco sutil -un pasaje mental, una visión llena de compasión caritativa sobre una supuesta frialdad y distancia de los nórdicos. Entonces el teatro de Carrasco es esto: una falsa postal nórdica.
Si Carrasco exagera un poco más, Carrasco sería un director cómico.
(A lo mejor lo suyo es la caricatura).

Pero esta versión de Ibsen (y la versión de Jon Fosse) es fome, una broma algo pesada.

(Al revés: hubo (hay) nórdicos que creían en el prejuicio de que el estilo latinoamericano era el realismo mágico. Así Borges, por ejemplo, no podía ser latinoamericano. Un mal entendido. Fuguet y Cía crearon el MACcondo, a partir del mismo malentendido).)

Del mismo modo, pero al revés, (a ver si me siguen) Víctor Carrasco es un director que pretende hacernos creer que los nórdicos son unos fomes cargados de tensiones.
Cuando uno vive con una creciente histeria, entonces, supone Carrasco, lo que uno quiere es aburrirse.