El secretario de la Academia Sueca, Horace Engdahl, llamó al escritor y académico Anders Olsson y le dijo:
-Anders, agárrate.
Y Anders Olsson se vio obligado a seguir el consejo, según cuenta en estos días a Karin Thunberg en el diario SvD .
-No sólo por que yo estaba enfermo, es que la noticia era aturdidora.
Efectivamente: Anders Olsson había sido elegido entonces nuevo miembro vitalicio de la Academia Sueca, en reemplazo del desaparecido Lars Forsell.
Anders Olsson tiene 59 años y posee una visión muy crítica del actual clima intelectual.
-Tengo la sensación que los diarios tienen problemas para reclutar buenos críticos.
Su explicación es que el mundo de la imagen ha copado todo, y que la literatura está amenazada por la televisión y el expansivo mundo digital.
-El sello de mis intereses literarios es lo contrario: es la posibilidad de volver a diferentes libros y profundizar mi comprensión de diferentes escrituras.
Olsson ve “el riesgo de una cultura narcisista donde la persona, el escritor, es más importante que la obra y allí el diálogo crítico es el que sufre. Un escritor hoy no sólo debe escribir. El o ella deben también crear su propia marca comercial, sentarse en la televisión…”
-Se trata de todo el clima posmoderno, donde se cuestiona la calidad y los valores permanentes. En el mismo momento en que nosotros desertamos de nuestro esfuerzo de hacer algo realmente bueno, hemos desertado también de la literatura, en algún sentido.
-Anders, agárrate.
Y Anders Olsson se vio obligado a seguir el consejo, según cuenta en estos días a Karin Thunberg en el diario SvD .
-No sólo por que yo estaba enfermo, es que la noticia era aturdidora.
Efectivamente: Anders Olsson había sido elegido entonces nuevo miembro vitalicio de la Academia Sueca, en reemplazo del desaparecido Lars Forsell.
Anders Olsson tiene 59 años y posee una visión muy crítica del actual clima intelectual.
-Tengo la sensación que los diarios tienen problemas para reclutar buenos críticos.
Su explicación es que el mundo de la imagen ha copado todo, y que la literatura está amenazada por la televisión y el expansivo mundo digital.
-El sello de mis intereses literarios es lo contrario: es la posibilidad de volver a diferentes libros y profundizar mi comprensión de diferentes escrituras.
Olsson ve “el riesgo de una cultura narcisista donde la persona, el escritor, es más importante que la obra y allí el diálogo crítico es el que sufre. Un escritor hoy no sólo debe escribir. El o ella deben también crear su propia marca comercial, sentarse en la televisión…”
-Se trata de todo el clima posmoderno, donde se cuestiona la calidad y los valores permanentes. En el mismo momento en que nosotros desertamos de nuestro esfuerzo de hacer algo realmente bueno, hemos desertado también de la literatura, en algún sentido.
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