Todas las paredes hablan. Aun las paredes suecas. Aun las paredes de la famosa Academia sueca.
Por eso que los suecos tienen procedimientos de compartimentación para mantener el secreto mejor guardado del mundo literario: los candidatos al nobel. Los candidatos circulan bajo “chapa”, nombre falso. ”Harry Potter” para Harold Pinter, ”Lilla Dorrit” para Doris Lessing (2007), ”Châteaubriand” para Jean-Marie Gustave Le Clézio. El último nobel Tomas Tranströmer tenía el nombre de Stina. Puesto que tienen sentido práctico, el secretario toma un libro, lo abre en cualquier página y el primer nombre que aparece se convierte en chapa.