viernes, diciembre 25, 2009

La factoría literaria de la desolación

El copiapino Romeo Murga escribió a comienzos del siglo XX poesía triste y melancólica:

“Lentamente marcho.
Junto a mí, la negra sombra de los álamos”

Textos nunca olvidados e inscritos en el río de la poesía lírica de Hölderlin, Stagnelius, Baudelaire y Rimbaud. O de Georg Trakl que, a comienzos del siglo XX, con su augurio del fin del mundo, sus conjeturas de la desolación, sostenía la añoranza a su casa, su ciudad natal y su terruño.
Es la misma tradición lírica del ruso Esenin:

domingo, diciembre 13, 2009

Requiem, Missa pro defunctis Concertación

Con la movida irritable de José Miguel Insulza en Londres, durante el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, de salvarle la cabeza a Pinochet, la derecha, muy agradecida, vio en ese gesto, una razón de Estado.
Ese gesto, ese tic neurasténico de Insulza le salvó la cabeza a Pinochet y el cuerpo a la derecha, que desde entonces consideró la contracción nasal de Insulza, un tic de estadista.


jueves, diciembre 10, 2009

Correr el tupido velo de Pilar Donoso

Verano 2006. Sentada en el bow-window de la casa en Cachagua de mi suegra, descansan sobre mis rodillas seis de los 64 tomos de los diarios de mi padre. Tengo miedo... los observo, tomo su peso, los hojeo a la rápida y reconozco la letra, casi de hormiga. Intuyo lo que pueden contener, la posibilidad de encontrar las divagaciones, revelaciones de una mente creadora que explora las angustias profundas del alma: en esas páginas a las que debo enfrentarme hay un mundo paralelo, oscuro, oculto, cercano al de la muerte.


martes, diciembre 08, 2009

Herta Müller: discurso de recepción del premio Nobel

Herta Müller: Cada palabra sabe algo sobre el círculo vicioso

© FUNDACIÓN NOBEL 2009


Discurso Nobel

7 diciembre de 2009

¿TIENES UN PAÑUELO? me preguntaba mi madre cada mañana en la puerta de casa, antes de que yo saliera a la calle. Yo no tenía el pañuelo, y como no lo tenía, regresaba a la habitación y sacaba un pañuelo. No tenía el pañuelo cada mañana, porque cada mañana aguardaba la pregunta. El pañuelo era la prueba de que mi madre me protegía por la mañana. A otras horas del día, más tarde o en otras circunstancias, quedaba a merced de mí misma. La pregunta ¿TIENES UN PAÑUELO? era una ternura indirecta. Una directa hubiera sido penosa, algo que no existía entre los campesinos. El amor se disfrazaba de pregunta. Sólo así podía decirse a secas, en tono de orden, como las maniobras del trabajo. El hecho de que la voz fuera áspera realzaba incluso la ternura. Cada mañana estaba yo una vez sin pañuelo en la puerta, y una segunda vez con pañuelo. Sólo después salía a la calle, como si con el pañuelo también estuviera mi madre.

viernes, diciembre 04, 2009

Milorad Pavic (1929.2009): Autobiografía

He sido escritor durante los últimos doscientos años.
Hace tiempo, en 1766, un Pavic publicó una colección de poemas en Budim y nos hemos considerado una familia de escritores desde entonces. Nací en 1929 en los bancos de uno de los cuatro ríos de Paradise, a las 8:30 de la mañana.


Escenas de la vida posmoderna: intelectuales, arte y videocultura en la Argentina de Beatriz Sarlo

Hace treinta años, el diario La Época de Chile publicó mi reseña del importante libro de Beatriz Sarlo, "Escenas de la vida posmodern...