El libro es audaz, brillante y perfectamente alineado con
la obsesión actual por la desigualdad económica.
Christopher
Demuth, The Wall Street Journal
Un joven profesor de la Escuela de Economía de París, es
uno de los pocos economistas que han dedicado sus carreras a la comprensión de
la dinámica
de la concentración del ingreso y la riqueza.
de la concentración del ingreso y la riqueza.
The New York Times
Branko Milanovic, un ex economista del Banco Mundial, lo
llamó "uno de los libros separador de aguas dentro del pensamiento
económico."
John Cassidy, The New Yorker
El último libro del economista francés Thomas Piketty
está siendo objeto de muchos comentarios: todavía hay esperanzas en la
educación superior para los intelectuales serios y los académicos decentes.
Anthony DiMaggio, Universidad
de Illinois, Chicago.
_______________________________________________________________________
_______________________________________________________________________
Thomas
Piketty, un economista nacido cerca de París en 1971, ha provocado impacto con
su libro Le
capital au XXIe siècle, El capital del siglo XXI.
Por allí y por allá, en las
universidades y en los medios de
comunicación, leo
que se discute y alaba la obra de más de mil páginas de Thomas Piketty.
En Chile, en cambio:
cric, cric, cric, silencio monacal.
El
tema del libro de Piketty es el rápido aumento de la desigualdad en el mundo y
la necesidad de una reforma tributaria a nivel mundial.
Piketty presenta los dramáticos efectos de acumulación en una
economía global donde el mercado del petróleo, las burbujas inmobiliarias y el
mercado financiero trabajan para traspasar riqueza de los pobres, de los
trabajadores y la clase media a una pequeña clase social mundial. Los últimos
30 años ha aumentado la desigualdad mediante un sistema regresivo de impuestos,
que no favorece a la clase media, sino a una elite, una fuerte elite mundial.
Thomas
Piketty ha puesto hoy como el gran tema de
discusión intelectual el rápido aumento de la desigualdad a nivel mundial. En
desigualdad, afirma Piketty, estamos
igual o peor que a comienzos del siglo xx, el
período más desigual de la historia, aquella que la historia económica llama la
primera globalización, que ocurrió a fines del siglo 19 y comienzos del siglo
xx.
Piketty afirma que gran parte de esa acumulación
de la riqueza no proviene, como se hace creer, del trabajo y de la creatividad del
emprendimiento. No. La riqueza se hereda entre las generaciones. Los ricos son
ricos porque sus padres son ricos.
Hay ya constituida una clase
social que para ser millonarios no necesita trabajar. Ellos heredan. Es decir,
estaríamos de vuelta en el capitalismo patrimonial, fortalecido con políticas que favorecen las herencias y sus rebajas de
impuestos
Sistema
inmoral.
Se dice que el emprendedor es el motor del
crecimiento, y por lo tanto hay que bajarle los impuestos. Pero no se produce
una distribución social aceptable, afirma Piketty. El capital es asocial, no
respeta los principios meritocráticos.
Es muy beneficioso ser rico, en democracia o en
dictadura. Es mucho más beneficioso que educarse y trabajar.
Justamente. Esa gran
mentira es puesta en tela de juicio por Thomas Piketty: el conocimiento y la educación no funcionan como
movilidad social. Las políticas de
mejoramiento, de desarrollo del capital humano, educación y trabajo, no reducen
las desigualdades.
Es, en realidad, el capital, los ingresos de
capital, las rentas y las herencias las que determinan las posibilidades de
enriquecimiento de la gente.
Vivimos en una sociedad
donde el poder, no sólo el dinero, rápidamente es distribuido de modo desigual.
El capital paga una ínfima parte de impuestos comparado con las clases
trabajadoras y asalariadas. Pero una
mentira piadosa y de falso optimismo nos
ha hecho creer que se reducen las desigualdades a medida que el desarrollo
económico y humano avanza. En este sentido, los datos de Piketty hacen
tambalear este supuesto.
La
victoria del rentismo sobre la meritocracia.
Thomas Piketty entrega datos, de una economía
mundial instalada, desde los años 1970, en una senda feroz de acumulación cada
vez mayor de riqueza en lo alto de la pirámide. El capitalismo patrimonial ya
conoció una evolución similar en el siglo XIX que desembocó en 1913, en niveles
de desigualdad sin precedentes.
Piketty propone, para corregir la evolución, la
instauración de un impuesto mundial progresivo sobre el capital.
¿Cómo
fue que llegamos a esto?
Llegamos a esta situación inmoral, gracias a un cambio central del sistema
político, dirigido por una agresiva extrema derecha, y las nuevas formas organizativas
de empresas mundiales que están por encima de la política democrática.
Así se produjo un enorme traspaso de recursos de
poder del pueblo y la democracia, a la elite y la economía.
Ahora vemos sorprendidos la desagradable injusta y
amplia desregularización. Empresas que, además, financian de modo desregulado a
los políticos, a través de descaradas agencias de lobby.
Un pequeño grupo de extrema derecha ha sido capaz
de bloquear lo que las mayorías desean y deciden. La democracia parece estar
secuestrada por un pequeño grupo sin representatividad social, con su
propaganda de odio hacia el Estado, pero que usa al Estado para aplicar sus máquinas
de desigualdad.
Esto lo sabemos los chilenos, donde esto se ha
impuesto con extrema violencia, una las sociedades más desiguales del planeta.
Por eso, quizás, en las escuelas de economía o de
ciencias sociales chilenas no se lee el libro de Piketty.
Quizás por eso los medios de comunicación chilenos no
comentan el libro de Pikettey.
Quizás, en momentos de debates sobre la reforma
tributaria, alguien, quizá, se dedica a bloquearlo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario