domingo, septiembre 09, 2018

El pezón de Sei Shōnagon de Omar Pérez Santiago. Por Jorge Calvo

Omar Pérez Santiago

Esta novela es la más reciente obra de mi amigo el escritor Omar Pérez Santiago quien ya ha publicado una serie de libros, cuentos y novelas y  quien suele abordar este tema, un tanto lúdico, y bastante estimulante. Pero también ligeramente peludo.
Conocí a Omar Pérez hace ya unos treinta años en una época en que todos éramos escandalosamente jóvenes. Finalizaba el año 1986. Era el último día de noviembre, hacía mucho frío y había nevado de modo que un manto blanco cubría las veredas y el parque del Rey de la ciudad de Malmoe. Nos presentó un amigo común, el escritor sueco Fredrik Ekelund, estábamos en su casa en el barrio antiguo y muy pronto sonó música, se descorcharon algunas botellas y desde la noche, cantando,  aparecieron unas muchachas que volvían de haber visto el musical El Hombre de la Mancha. Pronto aquello cedió lugar a una atmosfera lúdica y erótica. En algún momento, avanzada la noche, salimos al Parque a jugar a la pelota, los suecos corrían descalzos sobre la nieve.
En los días siguientes coincidimos con Pancho en el café Siesta y me mostro algunos de los cuentos que publicaría en las Memorias eróticas de un chileno en Suecia. Dos o tres años más tarde se embarcó en la escritura de un guión y la producción de una película, y hasta actuó en el rol principal interpretando a Borges, la película se titula La Novia de Borges, y fue a filmada en Budapest.
Cuento todo esto para señalar que el tema del erotismo siempre ha estado presente en nuestras literaturas y conversaciones. Sobre la novela breve que me toca en suerte presentar en esta oportunidad puedo decir, citando a George Bataille -considerado el verdadero y legitimo padre del erotismo moderno: y metidos en el área chica de este tema –que mucho consideran escabroso- en la esencia o lo medular Bataille sostiene que “El punto de encuentro de los amantes es el delirio de desgarrar y ser desgarrado.  Ninguna comunicación es más violenta”
La verdad indesmentible es que en nuestro actual modo de vida, el ser humano ha extraviado su dimensión sagrada.

El ciudadano moderno, entregado por entero a una infinidad de actividades rutinarias –esquemas, desplazamientos, metas–, sumado a la cantidad de horas desperdiciadas en los tacos, finalmente ha acabado lejos de la intimidad que lo define como ser humano. Extraviado en el sistema de los compromisos, dinero plástico, mall y consumo se debate día a día en un mundo sin vida que, no obstante, se le presenta como la sempiterna Shangri-La, el paraíso prometido- un sistema perfecto con la tarjeta de crédito como síntesis de todos los sueños. Definitivamente estancado en esa perpetua correa sin fin, el ser humano (hombres/mujeres) se encuentra a una distancia sideral de la fiesta, del carnaval en medio de los espesos bosques y del libre ejercicio del deseo. El sistema ofrece sustitutos: droga sintética y de la otra, vaginas plásticas, soma y consoladores automáticos. Pornografías diversas: veinte, mil, millones o si se quiere cincuenta  sombras que distan años luz del erotismo.
Otro escritor, el poeta y ensayista mexicano Octavio Paz, al analizar y escribir sobre el tema dice que “...para Bataille el erotismo, la muerte y el pecado son conceptos equivalentes o  signos intercambiables que repiten el mismo significado: apuntan a la absoluta y despiadada nada en que habita el hombre y  su irremediable abyección”
En la novela de Omar Pérez Santiago–astutamente ambientada en una capital del mundo posmoderno como lo es Tokio- aparecen estos personajes que además deambulan o existen en el terreno del arte, ambos son estudiantes y por ende son compañeros en una hiper moderna escuela de arte, la Tokio Geidai. De un lado aparece el protagonista Matsuo Bashō que nos narra desde su perspectiva su encuentro, los roces y las citas cargados de erotismo y la poderosa succión a la que se ve sometido por los siempre activos encantos de ella, Sei Shōnagon la protagonista y eje central de la historia.
No solamente se sabe bella y atractiva además posa, modela, incita, provoca a generado un mito en la escuela y especialmente entre los alumnos varones sobre las delicadas y sensibles zonas erógenas de su cuerpo, elevando uno de sus pezones, que tiene sabor a canela, a la categoría de deidad. Imágenes del pezón circulan en diversas imágenes, dibujado, pintado, fotografiado, sometido a métodos de transparencia, viralizado recorre las redes, lo watsappean, lo envían como mensaje. Ella gradualmente .y en función del pezón, va adquiriendo notoriedad, se vuelve famosilla, ingresa a dimensiones mitológicas, la buscan, para fotografiarla, filmarla y hacer películas con ella,
Es la imagen en la retina de todos, la adoran, la aman, se masturban con ella.
Sei Shōnagon deviene orgasmo electrónico, un manjar de impulsos eléctricos:  icono virtual.
Hasta que ciertas bandas, hackers, mafiosos virtuales, depravados de toda laya, traficantes de niñas y señoritas se fijan en ella. En cambio el narrador solo la ha visto a veces. Pero la sigue y la vigila. Entre tanto de vez en vez aparecen por aquí y por allá cadáveres de chicas que han sido abusadas asi como uno se imagina que gustaría abusar de Sei Shōnagon, han sido violentadas, descuartizadas en el sumun del acto…
Es un mundo donde la tecnología es altamente avanzada y sofisticada y no existe nada que no se pueda conseguir, todo es alcanzable sin moverse del sillón, eternamente sentado frente a la pantalla se tiene al alcance de la mano un mundo virtual, acaso depravado, Pero es la realidad en que vivimos.
Esta suerte de reality show que Omar Pérez Santiago nos ofrece en el Pezón se Sei Shōnagon, no es irreal ni algo inalcanzable, ya está aquí, se encuentra entre nosotros y llego para quedarse. Lo vemos a diario, Lo que hace la novela de Omar Pérez es simplemente dejar constancia que a diario vivimos y existimos en esta inquietante realidad.

Jorge Calvo
Septiembre - 2018

jueves, septiembre 06, 2018

El pezón de Sei Shônagon” de Omar Pérez Santiago: la higiene del sexo y las malas formas de amar.

Por Jorge Yacoman, Mundo Películas
Omar Pérez Santiago (Santiago, 1953), autor de “Malmö är litet” (1988), muestra en “El pezón de Sei Shônagon” (Los Perros Románticos, 2018) lo más burdo del deseo sexual y de la ambición por el poder.
Situada la actualidad, aunque en un mundo con peculiaridades propias, la novela se centra en Matsuo Bashô, un joven estudiante de arte que se enamora de Sei Shônagon, una llamativa mujer considerada
por sus compañeros una femme fatale.
Omar Pérez Santiago usa estos nombres para sus personajes como un homenaje: Bashô, el famoso poeta japonés nacido en Ueno, en 1644, reconocido por sus haikus; y Shônagon, poeta japonesa nacida alrededor del año 966, autora de “El libro de la almohada” (Makura no Sôshi, c. 1000) cuyo nombre real y gran parte de su historia son desconocidos.
En “El pezón de Sei Shônagon”, Sei Shônagon representa la cosificación de la mujer, lo más repudiable e irracional de nuestra sociedad donde sólo importa el placer personal. La particular obsesión con su pezón se explica en la novela a través de las generaciones actuales que han sufrido una falta de amor maternal por privación a lactancia. A esto se le denomina Trastorno de la Privación Emocional del Pezón.
Matsuo logra entablar una breve relación con Sei, donde él satisface todas sus fantasías, pero esta termina una vez que ella se hace famosa en las redes sociales y se pierde en el mundo virtual.
“Ella ya estaba acostumbrada a la raza de zombis que son adictos al sexo y la masturbación a distancia, sexting, y aplicaciones como Snapchat que envían de inmediato capturas de pantalla picantes a través de dispositivos móviles.”
“Su propuesta era el sexo higiénico. Puro, limpio. Sin sudor, sin olor. Sólo mirarse a través de una pantalla. La proterva novedad de la masturbación a distancia.” (P. 61)
Omar Pérez Santiago usa una narrativa explícita y breve, de frases cortas, y articula así un imaginario representativo de la psicología de estas generaciones saturadas por el internet donde lo más único de nuestra existencia es reducido a frases que se ajusten a los caracteres y expectativas de cada red social, usando siempre lo sexual como señuelo. Esto queda en aparente contraste con Matsuo que es más idealista y romántico, más a la antigua, pero que también lucha con sus celos y malas formas de amar.
El pezón de Sei Shônagon
Omar Pérez Santiago
Los Perros Románticos
87 páginas

sábado, septiembre 01, 2018

Novela “El pezón de Sei Shonagon”, de Omar Pérez Santiago: La sensibilidad en el desarraigo por Emilio Vilches Pino

Esta es una obra escrita de manera fragmentada, con un lenguaje simple, que habla de una sociedad milenaria en crisis, de crímenes en las calles, de oscuras organizaciones que funcionan en la Deep web, pero también de personas desorientadas, sedientas de aceptación en una sociedad insegura y huérfana de soportes reales. En suma, se trata de una ficción a la que hay que prestar atención.
Por Emilio Vilches Pino
Publicado el 31.8.2018
El pezón de Sei Shonagon, la nueva novela de Omar Pérez se sitúa en el Japón actual para contarnos la historia de la relación de (des)amor entre Matsuo Basho y Sei Shonagon. Se conocen en una Escuela de Arte (la Tokyo Gaidai). Ella es una mujer que “no tenía miedos; tenía autoestima, audacia y ambición” y de quien se rumoreaba en la Escuela que “seducía a los hombres con solo mirarlos a los ojos. Los usaba sexualmente y luego los lapidaba (…) una femme fatale cuyos novios aparecían después arrastrando tristes su propio sarcófago”. La llamaban Pezón Dorado por la altura casi legendaria del deseo que sentían por sus senos. Él, en cambio, “además de malcarado, era relativamente gordito e ingenuo y vestía con traje de factura sencilla y parca”. El autor es enfático al resaltar las diferencias entre ambos, no solo en lo físico sino en toda una forma de ver y vivir el mundo. Él la ve casi como a un ídolo (“hincado, como si estuviese rezando al divino, Matsuo Basho se acordó de sus compañeros de arte de la Universidad que soñaban con este pezón”), tanto así que crea una obra de arte, una especie de escultura, del pezón de Sei Shonagon y la exhibe en la Escuela.
La obra comienza a ser admirada y alabada, pero no precisamente por la calidad de la misma, sino por su referente: el pezón de Sei Shonogan. Empieza así un vertiginoso proceso en que la mujer irá sucumbiendo ante las bondades efímeras de la fama virtual, perdiéndose entre redes sociales y páginas web, dejando atrás su vida y convirtiéndose, de cierta forma, en nada más que una imagen digital. (“Ella era un nuevo tipo de animal digital. Se utilizaba a sí misma voluntariamente. Ella estaba imposibilitada de amar a un ser de carne y hueso. Todo tenía que estar en gigas, o no era seductor para ella.”) Por otro lado, su novio, irá viviendo un proceso de celos artísticos en un comienzo, para luego ir derivando a la tristeza y la desesperación ante una mujer que lo deja de amar tan pronto se convierte en una celebridad de Internet.
Andy Wharhol, casi como un oráculo, anunció en un programa de televisión en los ya lejanos años sesenta que “en el futuro, todos tendrás sus quince minutos de fama”. Internet y todas las actuales tecnologías han cambiado la manera de comunicarse y de obtener notoriedad pública, tanto que hoy, efectivamente, muchas personas pueden tener sus quince minutos de fama a través de YouTube, Facebook, Instagram, virales, etc. El arte mismo ha cambiado producto de esto. La técnica y el talento parecen ya no tener una supremacía total por sobre la masividad, y este proceso lo refleja el cambio en los personajes:
“Los llamativos y enigmáticos pezones se viralizaron en las redes sociales de todo el mundo. Paradojalmente, junto con la fama de los pezones, comenzó la ruina de Matsuo Brasho (…) Así Sei Shonagon se valorizó en el mercado del arte de las redes sociales, en spams y motores de búsqueda. Toda una máquina digital barata y persuasiva funcionó gratis para que Sei Shonagon expusiera sus hermosos pechos. Like, like, like. Mientras ella recibía más like, ella era más feliz”
La novela, desde este punto en adelante, permite ser leída como un trhiller, debido a la misteriosa desaparición y muerte de una serie de muchachas japonesas, a la vez del acontecer de Sei Shonagon; también puede ser leída como una novela juvenil con tintes ciberpunk; pero sobre todo como una crítica al mundo superficial de las redes sociales y a cómo han cambiado la manera de concebir las relaciones humanas y de percibir el arte.
El Japón actual aparece hiperconectado e hiper-tecnologizado. El autor hace gala de un no despreciable conocimiento de la cultura nipona, incluyendo referencias sociales, religiosas y culturales, pero que se van mezclando con las nuevas tecnologías y formas de comunicación, dándoles un nuevo significado. Por ejemplo, los mismos nombres de los personajes son homenajes a antiguos escritores japoneses y, tal como lo hizo Jim Jarmusch en Ghost Dog: The Way of the Samurai (1999), existen referencias directas a los códigos y la tradición de los samuráis, pero insertas en un mundo donde el honor y la lealtad ya no son prioridad.
El pezón de Sei Shonagon es una novela escrita de manera fragmentada, con un lenguaje simple, que habla de una sociedad milenaria en crisis, de crímenes en las calles, de oscuras organizaciones que funcionan en la Deep web, pero también de personas desorientadas, sedientas de aceptación en una sociedad insegura y huérfana de soportes reales.
Una novela a la que hay que prestar atención.

Emilio Vilches Pino (Santiago, 1984), además de ser autor de la novela Labios ardientes (La Polla Literaria, Santiago, 2014), y del volumen de cuentos Noches en la ciudad (Santiago-Ander, Santiago, 2017) -ambas lanzadas bajo el seudónimo de Emilio Ramón- registra ser profesor de Estado en castellano, titulado en la Universidad de Santiago de Chile, y magíster en literatura latinoamericana y chilena, también por la misma Casa de Estudios.



El escritor chileno Omar Pérez

Omár Perez, escritor y cronista chileno. Egresó de la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad de Chile, y estudió historia económica en la Universidad de Lund. Últimos libros publicados: El pezón de Sei Shonagon (novela)Caricias, poemas de amor de Michael Strunge (traducción); Allende, el retorno, (novela); Introducción para inquietos, de Tomas Tranströmer (traducción); Nefilim en Alhué y otros relatos sobre la muerte, cuentos, 2011; Breve historia del cómic en Chile (2007), y Escritores de la guerra. Vigencia de una generación de narradores chilenos (ensayo, 2007).


Crédito de la imagen destacada: Editorial Los Perros Románticos.

LA AUTONOMIA DE LA LITERATURA por Omar Pérez Santiago


LA AUTONOMIA DE LA LITERATURA

 En 1967 Julio Cortázar envió una carta a Roberto Fernández Retamar y puso de  moda en América Latina un tema de título ampuloso: el rol del escritor latinoamericano contemporáneo. Criticó la estrecha, parroquial y aldeana obstinación de los escritores en exaltar los valores del terruño local contra los valores a secas. José María Arguedas  se ofendió y contragolpeó con artículos punzantes. La polémica fue  estereotipada como  la lucha entre el provincianismo versus  el cosmopolitismo. La antinomia: el burdo nacionalismo literario, obras folclóricas o esencialistas versus la internacionalización de la literatura.  
Entre los 60 y 90 hubo una elipsis y el debate parecía superado en sus aspectos anecdóticos. En los 90 Alberto Fuguet y Sergio Gómez banalizaron el tema dando muerte definitiva a las literaturas nacionales.  Fuguet y Gómez publicaron McOndo, antología que reunió a 17 escritores latinoamericanos. En la introducción quemaban al Macondo de García Márquez, es decir, al realismo mágico. No existía la literatura nacional o local. ¿Qué existía? Una literatura individual de aeropuerto para los deseos de consumo de productos culturosos. Era un falso debate, de contornos políticos: una operación de promoción para brillar en una Feria del Libro y no eran asuntos internos de la literatura.
Los periodistas culturales y los sociólogos ven la literatura en relación a otra cosa, a la política, a los partidos políticos, a las generaciones o las tendencias de la moda y buscan establecer un manipulable statu quo. Por supuesto, les es servicial un lato realismo en uso común en Chile.
La emancipación de la literatura de estas naderías ha sido lenta. 
 ARGUMENTOS DE LA AUTONOMÍA DE LA NARRATIVA.  
“Por su naturaleza, la literatura sirve de poco a no ser que sirva por sí misma”. (Flannery O’Connor).   Un escritor elabora personajes, construye una trama, define un narrador dentro de una unidad dramática autosuficiente. Para construir una realidad ficcional tiene dos ojos, además de una experiencia personal: uno ojo para imaginar y el ojo otro para pensar. Su herramienta es la composición o su armazón general. (Philip Roth). Las técnicas narrativas son centrípetas, es decir, se mueven hacia el centro (Borges). Uno escribe un libro y uno construye un laberinto.
Ubicada en un caos de cruces identitarios o culturales, la literatura se teje, pues, con los hilos de todas las culturas literarias, es decir, con la aceptación de las influencias: Placas téctonicas  literarias interconectadas. El lenguaje literario con estilo no nace en una tabula rasa. Los lenguajes literarios son capas tectónicas intercaladas, que conviven entre ellas, a veces en juego o colisión crean terremotos y temblores, y a veces una de ellas se monta sobra la otra. Es la historia genética y dinámica, de desplazamiento de placas de un mundo en movimiento y de sus fallas, en una cultura literaria milenaria. Por eso, escribir necesita tiempo.




Notas
MORANA, Mabel. Territorialidad y forasterismo: la polémica Arguedas/Cortázar revisitada (2006),  Iberoamericana 2010.
CIPRIANI LÓPEZ, Carlos. La polémica "Arguedas-Cortázar" (1967-1969)  Golpe por golpe. 
CORTÁZAR, Julio. Carta de Julio Cortázar a Roberto Fernández Retamar – 10 de mayo de 1967. Casa de las Américas, Nº 45 (1967).
Entrevista de Rita Guilbert para Life, París, enero de 1968.
            Creador solitario en Life en español, Vol. 33, Nº 7, Chicago, abril de 1969
ARGUEDAS, José María . Primer Diario, Arguedas, número 6 de Amaru abril junio 1968
Inevitable comentario a unas ideas de Julio Cortázar, El Comercio, 1 de junio 1969
El zorro de arriba y el zorro de abajo, 2013.
PÉREZ SANTIAGO, Omar. Escritores de la guerra. Vigencia de una generación de narradores chilenos, ensayo, Editorial Universidad Bolivariana, Santiago, 2007.
(El Origen del fuego. Placas de la poesía, 2012. Premio Nobel. Tranströmer, Placas de la poesía, 2017)
O'CONNOR, Mary Flannery.  Misterio y maneras: Prosa ocasional. Ediciones encuentro, Madrid. 2007
Dibujos: Pablo Gallo