La calle San Camilo en Santiago fue siempre una calle de las putas, travestía y jarana. Hoy la autoridad le cambió el nombre por Fray Camilo Henríquez. Aunque todos, por hábito, pereza o tradición, la seguimos llamando San Camilo. Hoy jueves un grupo de escritores y escritoras llegaremos a San Camilo e ingresaremos a un deslucido inmueble donde funciona el Ministerio de Cultura. Subiremos al séptimo piso para reunirnos con la Ministra de Cultura, Paulina Urrutia, a raíz de la carta La crisis de la cultura nacional. La infelicidad permanente. En lealtad a los más de 150 escritores que firmaron la misiva le plantearemos a la Ministra los puntos más comprometedores que afectan a los escritores chilenos. Es nuestro interés establecer una plataforma que abra un real debate nacional sobre una nueva institucionalidad para el libro.
En forma personal creo que los problemas resultan de un proceso en que los escritores no han tenido, ni hemos exigido, una participación en la institucionalidad.
La ley 19.227 no prioriza por escritores
La ley del Libro de 1993 fue elaborada por sociólogos y periodistas, en momentos de rearticulación del poder y que, a través de los años, constituyeron un patriciado jurídico-político. La aprobada institucionalidad se preocupó del soporte, principalmente el libro, y no para para estimular centralmente la producción de los escritores chilenos, aunque la literatura no empieza ni termina en el libro. La ley no se hizo para tutelar la literatura. La industria del libro florece en el mundo con libros de autoayuda y best sellers, pero no necesariamente la literatura.
La ley del Libro en su artículo tercero aprueba la creación del Fondo del libro. Pero, centralmente el Fondo de Libro no es, como se cree, para escritores. Aquí reciben apoyo económico los libreros, las universidades, las editoriales y otras organizaciones privadas y públicas.
El Fondo del Libro obliga al escritor a competir, por ejemplo, con la Cámara del Libro, una asociación de vendedores de libros, que recibe millones del Estado para organizar ferias del libro no gratuitas. Prolibro, asociada a la Cámara del Libro, recibió este año del Fondo casi 23 millones de pesos. (Preparación presencia libros y autores chilenos en 34ª Feria Internacional del libro de Buenos Aires, $5.940.000; Mejoramiento página Web Cámara Chilena Del Libro, $1.437.216 ; Jornadas profesionales y de educación en la 27ª Feria Internacional Del Libro De Santiago, $6.840.000; Libros de Chile para el Mundo en el Bicentenario, $8.730.000)
Las municipalidades reciben este año cerca de 220 millones de pesos y las universidades alrededor de 50 millones de pesos.
Las editoriales reciben este año casi 61 millones. (sólo la Editorial Universitaria recibe este año más de 42 millones de pesos.)
El escritor debe competir además con Juntas de Vecinos, Corporaciones, clubes de adultos mayores y la Gendarmería. Y, vaya competencia, también con instituciones donde la Ministra de Cultura, Paulina Urrutia, es su Presidenta, como la Fundación Centro Cultural Palacio De La Moneda, que recibió este año la cantidad de $3.880.327, para un proyecto llamado Lectura Animada.
¿Cuánto reciben los escritores? 17 %
El Fondo del Libro otorgó este año sólo 109 becas de creación a colegas escritores, por un total de 288 millones de pesos. Un 17 % del total del Fondo del Libro. Pero, el Fondo distingue dos categorías: aquí se incluyen escritores emergentes (sin libro publicado) y profesionales.
En forma personal creo que los problemas resultan de un proceso en que los escritores no han tenido, ni hemos exigido, una participación en la institucionalidad.
La ley 19.227 no prioriza por escritores
La ley del Libro de 1993 fue elaborada por sociólogos y periodistas, en momentos de rearticulación del poder y que, a través de los años, constituyeron un patriciado jurídico-político. La aprobada institucionalidad se preocupó del soporte, principalmente el libro, y no para para estimular centralmente la producción de los escritores chilenos, aunque la literatura no empieza ni termina en el libro. La ley no se hizo para tutelar la literatura. La industria del libro florece en el mundo con libros de autoayuda y best sellers, pero no necesariamente la literatura.
La ley del Libro en su artículo tercero aprueba la creación del Fondo del libro. Pero, centralmente el Fondo de Libro no es, como se cree, para escritores. Aquí reciben apoyo económico los libreros, las universidades, las editoriales y otras organizaciones privadas y públicas.
El Fondo del Libro obliga al escritor a competir, por ejemplo, con la Cámara del Libro, una asociación de vendedores de libros, que recibe millones del Estado para organizar ferias del libro no gratuitas. Prolibro, asociada a la Cámara del Libro, recibió este año del Fondo casi 23 millones de pesos. (Preparación presencia libros y autores chilenos en 34ª Feria Internacional del libro de Buenos Aires, $5.940.000; Mejoramiento página Web Cámara Chilena Del Libro, $1.437.216 ; Jornadas profesionales y de educación en la 27ª Feria Internacional Del Libro De Santiago, $6.840.000; Libros de Chile para el Mundo en el Bicentenario, $8.730.000)
Las municipalidades reciben este año cerca de 220 millones de pesos y las universidades alrededor de 50 millones de pesos.
Las editoriales reciben este año casi 61 millones. (sólo la Editorial Universitaria recibe este año más de 42 millones de pesos.)
El escritor debe competir además con Juntas de Vecinos, Corporaciones, clubes de adultos mayores y la Gendarmería. Y, vaya competencia, también con instituciones donde la Ministra de Cultura, Paulina Urrutia, es su Presidenta, como la Fundación Centro Cultural Palacio De La Moneda, que recibió este año la cantidad de $3.880.327, para un proyecto llamado Lectura Animada.
¿Cuánto reciben los escritores? 17 %
El Fondo del Libro otorgó este año sólo 109 becas de creación a colegas escritores, por un total de 288 millones de pesos. Un 17 % del total del Fondo del Libro. Pero, el Fondo distingue dos categorías: aquí se incluyen escritores emergentes (sin libro publicado) y profesionales.
¿Cuánto reciben en realidad los escritores profesionales de Fondo de Libro?
Un 8 %
140 millones de pesos distribuidos en 35 escritores profesionales.
Es decir un miserable 8 % del total del Fondo del Libro.
Nula representación de los escritores en el Consejo del Libro
La ley crea un Consejo del libro. En el actual consejo, donde se deciden los fondos, hay cinco representantes del gobierno de la Presidenta Bachelet: Paulina Urrutia, Presidenta del Consejo; Sonia Montecinos, representante del Presidente de la República; Nivia Palma, Directora de Bibliotecas, Archivos y Museos; Carolina Rivas, representante de la Ministra de Educación y Jorge Montealegre, Secretario Ejecutivo
El resto son representantes de gremios.
Según la ley, deberían participar en el consejo “Dos escritores designados por la asociación de carácter nacional más representativa que los agrupe”. Pero, en la actualidad participan en el Consejo dos representantes de la SECH, una estructura tan muerta y calcárea como el latín.
El arte de estigmatizar
Esta falta de consideración institucional se encuentra avalada por una usina de desacreditación, esos slangs patoteros que se han repetido de modo permanente en estos días: “la pelea de los escritores chilenos por unas pocas migajas”, o de que “buscaran un trabajo de verdad” (Fernando Villegas). O ideas cliente-populistas: los fondos “en gran medida, se destinan a gente muy anónima que dedica su tiempo al fomento de la lectura.”. (Jorge Montealegre).
Oh, Jorge, qué vale un escritor frente a gente muy anónima.
Considera, además, que es feo y vergonzoso que un escritor hable de dinero, aunque él sea el que maneja los dineros.
O simplemente mentirillas como las que nos acusan de espíritu ladino: “ahora que no les dimos, hablan; cuando les dimos, se quedaron callados”.
Este debate ya estaba planteado hace 13 años en el diario La Epoca en el año 1994, cuando escribí que hay “riesgos de que los fondos sean dominados por criterios ideológicos de moda, sobre todo cuando esas llamadas personalidades son designadas por funcionarios que a su vez han sido nombrados por la autoridad política”. Ese artículo lo respondió la entonces directora del Fondart, Nivia Palma, y hoy, consejera del Fondo del libro y directora de la Biblioteca Nacional.
Pero, qué mala suerte, lo que escribí entonces se realizó, se consumó en el transcurso de estos años.
Trece años después la situación es definitivamente intolerable.
El think crime ya se ha cometido
Así se ha perdido el rumbo con respecto a los escritores. El país es muy tacaño con sus escritores. (8 %). La situación institucional favorece el funcionariado-político: No es raro que se descubra hoy que tenemos un Fondo del Libro amañado, manoseado y articulado para crear clientelismo y que no está adecuado a los tiempos de cambios.
Todo esto ha sido dicho de forma reiterada y de todos los modos y estilos por los escritores durante estos fríos días de invierno.
La autoridad creyó al principio que podía tapar el sol con un dedo. Creían que su manipulación produciría silencio.
Mas, sus sistemas de “control” ya no funcionan.
Estamos, como se ve, en el fin de un tiempo.
140 millones de pesos distribuidos en 35 escritores profesionales.
Es decir un miserable 8 % del total del Fondo del Libro.
Nula representación de los escritores en el Consejo del Libro
La ley crea un Consejo del libro. En el actual consejo, donde se deciden los fondos, hay cinco representantes del gobierno de la Presidenta Bachelet: Paulina Urrutia, Presidenta del Consejo; Sonia Montecinos, representante del Presidente de la República; Nivia Palma, Directora de Bibliotecas, Archivos y Museos; Carolina Rivas, representante de la Ministra de Educación y Jorge Montealegre, Secretario Ejecutivo
El resto son representantes de gremios.
Según la ley, deberían participar en el consejo “Dos escritores designados por la asociación de carácter nacional más representativa que los agrupe”. Pero, en la actualidad participan en el Consejo dos representantes de la SECH, una estructura tan muerta y calcárea como el latín.
El arte de estigmatizar
Esta falta de consideración institucional se encuentra avalada por una usina de desacreditación, esos slangs patoteros que se han repetido de modo permanente en estos días: “la pelea de los escritores chilenos por unas pocas migajas”, o de que “buscaran un trabajo de verdad” (Fernando Villegas). O ideas cliente-populistas: los fondos “en gran medida, se destinan a gente muy anónima que dedica su tiempo al fomento de la lectura.”. (Jorge Montealegre).
Oh, Jorge, qué vale un escritor frente a gente muy anónima.
Considera, además, que es feo y vergonzoso que un escritor hable de dinero, aunque él sea el que maneja los dineros.
O simplemente mentirillas como las que nos acusan de espíritu ladino: “ahora que no les dimos, hablan; cuando les dimos, se quedaron callados”.
Este debate ya estaba planteado hace 13 años en el diario La Epoca en el año 1994, cuando escribí que hay “riesgos de que los fondos sean dominados por criterios ideológicos de moda, sobre todo cuando esas llamadas personalidades son designadas por funcionarios que a su vez han sido nombrados por la autoridad política”. Ese artículo lo respondió la entonces directora del Fondart, Nivia Palma, y hoy, consejera del Fondo del libro y directora de la Biblioteca Nacional.
Pero, qué mala suerte, lo que escribí entonces se realizó, se consumó en el transcurso de estos años.
Trece años después la situación es definitivamente intolerable.
El think crime ya se ha cometido
Así se ha perdido el rumbo con respecto a los escritores. El país es muy tacaño con sus escritores. (8 %). La situación institucional favorece el funcionariado-político: No es raro que se descubra hoy que tenemos un Fondo del Libro amañado, manoseado y articulado para crear clientelismo y que no está adecuado a los tiempos de cambios.
Todo esto ha sido dicho de forma reiterada y de todos los modos y estilos por los escritores durante estos fríos días de invierno.
La autoridad creyó al principio que podía tapar el sol con un dedo. Creían que su manipulación produciría silencio.
Mas, sus sistemas de “control” ya no funcionan.
Estamos, como se ve, en el fin de un tiempo.
Imagen: Fantomas Contra los Vampiros Multinacionales de Julio Cortázar. Para leer haga clic AQUI
Buena Pancho, esa de hombre, mialma!!!
ResponderBorrarbesos
T
Buen punto y Mira hoy:
ResponderBorrarViernes 13 de julio de 2007
Anoche:
Escritores se reunieron con Paulina Urrutia
MAUREEN LENNON ZANINOVIC
La ministra, Omar P�rez S. y Teresa Calder�n.
Foto:RICARDO VASQUEZ
La ministra de Cultura accedi� a abrir una mesa de di�logo con los disidentes.
MAUREEN LENNON ZANINOVIC
Con casi media hora de retraso, anoche, Paulina Urrutia, ministra de Cultura, sostuvo una reuni�n privada con el grupo de los llamados "escritores disidentes", quienes han venido planteando fuertes reparos a los resultados del �ltimo Fondo del Libro y a Jorge Montealegre, secretario ejecutivo Consejo Nacional del Libro y la Lectura.
Tras llegar de Valpara�so y sin realizar declaraciones a la prensa, la secretaria de Estado se reuni� durante una hora y media con Omar P�rez Santiago, Jos� Mar�a Memet y Teresa Calder�n. Esta �ltima debi� retirarse antes por asuntos acad�micos en la U. Finis Terrae, donde imparte un taller de poes�a.
A la salida de la reuni�n, P�rez se mostr� satisfecho con el resultado: "La ministra se mostr� muy abierta a establecer una mesa de di�logo con todos, para ir resolviendo a futuro, punto por punto, cada uno de los temas m�s conflictivos. Nos dio a entender que le interesa que los escritores participen en una nueva institucionalidad del Fondo del Libro. Ojal� esto marque un buen comienzo de la relaciones. Por lo menos, ya tuvimos un buen comienzo de este partido. Ella design� a un funcionario del Ministerio de Cultura para fijar otra cita".
Gran paso
Jos� Mar�a Memet complementa: "Fue una reuni�n muy franca, donde hablamos de todo. Ella nos asegur� una transparencia en los temas que s� nos importan, como la forma en que se designan los jurados del Fondo, los procesos de selecci�n y por qu� se desecharon proyectos que contaban con puntajes altos. Sentimos que ahora se abre una etapa m�s propositiva, donde tenemos que lanzar nuestras propuestas y generar los cambios que nos parezcan m�s importantes. Fue un gran paso".