jueves, julio 30, 2009

Y en eso llama el Presidente Allende…


En junio de 1972 quedó vacante el puesto de Ministro de Economía. Jorge Arrate -31 años, Vicepresidente Ejecutivo de la Corporación del Cobre- venía de su almuerzo y antes de entrar a su oficina vio en un kiosco la portada del diario de la tarde, de corte socialista, La Ultima Hora.
 
El titular lo halagó.
Decía a grandes titulares.
MAÑANA A LAS 11 JURA EL GABINETE. Y arriba: MATUS O ARRATE A ECONOMÍA.
Lo conmovió.
Entró a su oficina.
De pronto, sonó el teléfono rojo directo desde La Moneda.

Jorge Arrate respiró profundamente.
-¿Arrate?
-Sí, Presidente…, palpitó Arrate.
-…No tan rápido… Arrate… no tan rápido.
-Pero, presi…yo no…
-…No tan rápido, Arrate…
-Pero… presidente, no creará usted que yo tengo tanta influencia en ese diario para…
-No tan rápido, Arrate…, repitió Salvador Allende y cortó.
Luego en una reunión de ministros en la Moneda, al terminar, Allende le dice:
-Jorge Arrate…
-¿Sí, compañero Presidente?
-¿Usted cambió su número de teléfono, compañero…?
-No, compañero, sigo manteniendo el mismo…
-Ah, es que yo lo he llamado y no contesta.
-Raro, Presidente, tengo el mismo número…
- Ah, es que yo lo he estado llamado… para nombrarlo ministro…
La broma socarrona y la risotada de los demás ministros humillaron a Arrate que salió dando un portazo…
Una hora después en su despacho, Jorge Arrate escucha en el fono rojo la voz, esta vez algo melosa, de Salvador Allende:
-…Arrate…
-Sí, Presidente…
-No te enojes, Arrate…
-No, Presidente, no se preocupe…
-No te enojes, Arrate, si es una broma no más…
-No se preocupe, señor Presidente, dijo Arrate lacónico.
-Le pedí a mi secretaria que le enviara una tarjeta de disculpa…
-No, Presidente, no me ha llegado nada…, pero no se preocupe, no es necesario
-Bah, qué raro, en cuanto llegué a la oficina ordené que le enviaran un tarjeta de disculpas.
-Gracias, Presidente.
Otro día suena el fono rojo de La Moneda.
-Aló…
-¿Don Jorge?
Era la secretaria de Allende.
-Sí, diga…
-El compañero Allende lo espera mañana temprano en su domicilio a las 8 de la mañana.
-Ahí estaré.
Jorge Arrate llegó temprano al otro día a Tomás Moro. Iba sin corbata, con una chaqueta vieja, una chaqueta que Arrate usaba a veces para estar cómodo en casa un fin de semana.
Entró al despacho del Presidente.
Allende estaba allí, parado, revisando papeles, en bata de levantarse.
Arrate se quedó esperando.
De pronto el Presidente Allende levanta la vista y ve a Arrate en esa facha casera y grita:
-¡Noo …, pos huevón! ¡Noo, si te voy a nombrar Ministro ahora mismo!, anda a cambiarte ropa, ya…
Jorge Arrate salió corriendo a su casa.
Esa mañana, Arrate fue nombrado por Allende, Ministro de Minería.


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