Habían muerto tres en Valparaíso.
Terrible golpe a la colonia sueca chilena.
Primero, mataron a la bella Dooty, una graciosa especialista en arte nórdico, experta en la obra performática del artista Kjartan Slettemark. Dooty era la novia de EmeBé, M.B., el joven detective privado que investigaba al asesino de Olof Palme en Valparaíso.
Luego, un veterano bizco fue asesinado en un bar del puerto. El hombre bisojo, que miraba a dos lados simultáneamente, había estado exiliado en Estocolmo el día que mataron al primer ministro Olof Palme, en 1986.
Después, durante las fiestas de año nuevo 2025, asesinaron a la alegre y extrovertida Anna Ersdotter, la presidenta del centro Sueco-Chileno de cultura de Valparaíso. Su cuerpo apareció tirado en la playa Las Torpederas. Le faltaba una parte de un brazo. Se lo habían cortado como una rodaja. El detective EmeBé creyó que los asesinos eran caníbales, como las feroces viejas sectas que comen carne del enemigo.
El detective EmeBé estaba convencido que el motivo de los brutales asesinatos era político-social. Sugería que el asesino pertenecía a una sangrienta secta secreta, La Secta Loki, una constelación racista que manipula las identidades con Inteligencia Artificial. Ejercen control freudiano o junguiano de los sueños y de la percepción extrasensorial de las audiencias. Acechan en los sueños e inventan pesadillas negras.
Terror tecnológico terrible en la frontera de la manipulación de los sueños. Control mental y creación de ideas falsas, que consiste en introducir fake news en la memoria de las audiencias sin su consentimiento o incluso sin su conciencia, que evoca la persuasión subliminal.
El detective fue al Café del Poeta de la Plaza Aníbal Pinto. Allí estuvo horas navegando en internet. La noticia del sorpresivo surgimiento de la IA China, DeepSeek, estaba en todos los portales del mundo. Fue un golpe bajo para la arrogancia de los Estados Unidos.
El detective leyó el artículo de un científico alemán en el diario El País: “La guerra cultural entre chinos y norteamericanos se da en la mente de las audiencias”.
Según el artículo la inteligencia artificial ayuda a manipular las imágenes que surgen mientras las audiencias sueñan, cuándo entran en la fase de movimientos oculares rápidos o REM. En la fase del sueño profundo se activa un modelo de inteligencia artificial multimodal, entrenado con datos cerebrales. Llegan señales a través de hologramas de ultrasonidos que penetran el tejido humano e inducen el sueño lúcido y reinterpretan los sueños de las audiencias. Cuanta más atención la audiencia presta a esos mensajes en las redes, los sueños tienen más influencia en sus mentes. Y ejercen un dominio de los miedos y las pesadillas.
Esa tarde leyó también una terrible noticia que, sin embargo, pasó desapercibida. En las afueras de Malmö, Suecia, se produjo una peligrosa epidemia de locura, comparable a las demencias contagiosas que asolaron a los pueblos europeos en la Edad Media. Unos vecinos se creen poseídos y dominados, como un rebaño humano, por seres invisibles, aunque tangibles, que se alimentan de sus vidas mientras duermen.
El detective EmeBé pensó: ¿Cómo puede la Inteligencia artificial manipular los sueños y la creatividad?
EmeBé llamó al prestigioso Instituto Karolinska de Estocolmo.
—Aló, ¿con el profesor Marcello Ferrada de Noli, por favor?
El profesor de Marcello Ferrada de Noli era una de las mentes más brillantes del exilio chileno en Suecia, un reputado académico en ciencias del comportamiento. En Concepción había sido uno de los fundadores del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR, en los años 60. Ahora era un liberal de izquierda y tenía amplios contactos con los sabios neurocientíficos del mundo.
—No, el profesor Ferrada de Noli se ha jubilado, ahora vive en Italia, —le contestaron desde el Instituto Karolinska.
Esa misma tarde, al salir del Café del Poeta de la plaza Aníbal Pinto, el detective sintió fiebre. Se sintió dolorido o más bien triste.
—¿De dónde vienen esa misteriosa tristeza, desaliento y angustia? se preguntó consternado.
—Algo me ha alterado los nervios y ensombrecido el alma con efectos rápidos, sorprendentes e inexplicables. Tengo la angustiosa sensación de un peligro que me amenaza, la aprensión de una desgracia inminente, el presentimiento de un mal aún desconocido que parece que germina en mi carne y en mi sangre.
—¿La espantosa secta Loki me ha contagiado?
(Continuará…)
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