Julio César Rodríguez era director de la revistilla Plan B, cuando se publicó allí la caricatura Don Tottone, una serie cómica dibujada por el talento de Leo Ríos, en la que se presentaba a un irritable asesor político. La serie era ácida y valiosa y obviamente tenía su raíz en el asesor de Ricardo Lagos, del famoso segundo piso de La Moneda, Ernesto Ottone.Ahora, miren lo que son las cosas, el mismo Leonardo Ríos es uno de los dibujantes de Idolos de la Farándula, un álbum de monitos de los que hoy hacen piruetas en la tele y en el que aparece un tal Mulo César Rodrígue.
Sin embargo, ahora, según me informo por un diario, Julio César Rodríguez ha presentado, junto a otros conocidillos, un recurso de protección en contra de Salo, la empresa que edita el álbum, por que asegura que los dibujantes de las láminas y los editores, vulneraron sus derechos de propiedad al ocupar y lucrar sin autorización con su imagen y nombre: Mulo.
¡Qué Mulo!
Como los cabrones, el señor Mulo, conoce las prerrogativas del arte de la caricatura. El mismo se las ha tomado. Pero no se las da a los demás, como un matón de barrio o como un cabrón del curso...
ResponderBorrarCreo que puede entablar una demanda por asesinato de imagen, o secuestro permanente de imagen, apropiación indebida de recursos humorísticos intransferibles y de derechos de autor genéticos extensibles a obras cómicas.
ResponderBorrarMi asesor comunicacional, Franz K. sabe mucho al respecto.
Julio Cesar es un Chanta.
ResponderBorrarBasta de darle Tribuna.
Buen blog Adiós...