domingo, junio 22, 2008

Desembarco nórdico según Babelia

"En la enigmática y aislada Islandia, una de cada diez personas publicará un libro a lo largo de su vida. En una Noruega bañada en oro negro, un novelista puede recibir un sueldo vitalicio. En Suecia, ya en 1900, el proletariado organizó su propia red de bibliotecas, convencido de que la educación era la mejor arma frente al poder. Los finlandeses compran de media diez libros al año; y en Dinamarca editar nunca es una ruina porque el Estado compra ejemplares para todas las bibliotecas públicas. Si además se tiene en cuenta que el analfabetismo desapareció en los cinco países escandinavos hacia 1850, no es de extrañar que su producción literaria sea extensa y de calidad."

Así comienza el artículo de ELISA SILIÓ en el último número de Babelia, sobre la literatura nórdica que se publica hoy en España.

Lean Realismo artico de Flogstad,

Nuevo boom de literatura nórdica

Ari Behn, el enfant terrible de la realeza noruega

Realismo mágico islandés

sábado, junio 21, 2008

Proponen a Patricio Manns al Premio Nacional de Literatura

Prensa Latina.

Santiago de Chile, 20 jun (PL) El cantautor, poeta y novelista Patricio Manns fue propuesto hoy al Premio Nacional de Literatura 2008 por prestigiosos autores que resaltaron que su obra caló en varias generaciones dentro y fuera de Chile.

Entre los escritores chilenos que hicieron la propuesta, figuran Sergio Badilla Castillo, Omar Pérez Santiago y Aristóteles España, quienes resaltaron, además, que su obra artística tiene “carácter plural y es tamizada de una creatividad múltiple”. Esta, agregaron, germinó y caló profundamente en varias generaciones de chilenos y, además, tuvo una significativa repercusión internacional.

Recordaron que las creaciones de Manns incluyen distintos géneros, desde la poesía, la novela histórica hasta la crónica periodística, pasando por el ensayo y la dramaturgia, que comprende una treintena de libros.

La complexión original de sus obras, con un lenguaje depurado y personal, determinó que éstas sean motivo de análisis en distintas universidades de Europa y Latinoamérica, subrayaron.

Entre sus novelas destacan: De Noche sobre el rastro, Buenas noches los pastores, (1972), Actas de Marusia (1974), Actas del Alto Bío Bío (1985), Actas de muerteputa (1988), De repente los lugares desaparecen (1992) y El corazón a contraluz (1996). Asimismo, Cavalieur Seúl (1996), Memorial de la noche (1998), El desorden en un cuerno de la niebla (1999), La tumba del zambullidor (2001), La vida privada de Emile Dubois (2004) y Diversos instantes del reino (2006).

Ha publicado los libros de poesía: Memorial de Bonanpak, Poemario y Cantología, así como decenas de canciones.

acl/jl Prensa Latina

Vea Sitio oficial de Patricio Manns

Blog Patricio Manns al Premio nacional de Literatura

Veáse La Nación, Chilevisión, La Tercera

martes, junio 17, 2008

Patricio Manns al Premio Nacional de Literatura 2008


¿Qué sabes de cordilleras
si tú naciste tan lejos?
Este año se nombra a un nuevo Premio Nacional de Literatura y ha surgido entre varios de mis amigos, de modo espontáneo y cálido, la decisión de postular al premio a Patricio Manns.
Manns ha desarrollado una conocida obra como novelista, ensayista, poeta y autor teatral.La postulación renovará el debate de la poesía chilena, colocando a un excepcional músico y compositor a la altura de gigantes como Pablo Neruda, Gabriela Mistral o Vicente Huidobro. Patricio Manns es un poeta de profundidad y su postulación al Premio Nacional de Literatura le da renovada fuerza a la poesía fortaleciendo su relación con la música y con el pueblo, como los trovadores de tiempos pasados.
Hay que conocer la piedra
que corona el ventisquero,
hay que recorrer callando
los atajos del silencio
y cortar por las orillas
de los lagos cumbrereños:
mi padre anduvo su vida
por entre piedras y cerros.
El Premio Nacional de literatura se concede cada dos años por decisión de un jurado que preside la Ministra de Educación y cualquiera puede presentar candidaturas. El jurado se conforma en Julio y da su veredicto en septiembre del 2008.
La postulación de Patricio Manns al Premio Nacional vendrá también a renovar los marcos de la poesía pues ya son muchos que consideran que, por ejemplo, Violeta Parra era una gran poeta o en que ya no es raro que el cantante Bob Dylan ha sido postulado en forma reiterada al Premio Nóbel de literatura.
El Premio Nacional de Literatura a Patricio Manns será un gran fiesta popular.
Téngalo por seguro.

Con qué orgullo me querría
si ahora llegara a saberlo
pero el viento no más sabe
donde se durmió mi viejo
con su pena de hombre pobre
y dos balas en el pecho.

jueves, junio 12, 2008

Colaboración en nuevo libro danés sobre Strunge

Clickea imagen
50 años del poeta danés Michael Strunge

Los 50 años del nacimiento del poeta danés Michael Strunge (1958-1986) se cumplen el día jueves 19 de Junio y se celebran en grande en Dinamarca con diversas actividades culturales

A las 16 horas se presenta el libro En bog om Michael Strunge de Anne Marie Mai y Jørgen Aabenhus de la editorial Borgens (incluye textos, entre otros, del chileno Omar Pérez Santiago).
A las 17:30 horas habrá una lectura de poesía en la tumba del poeta en el cementerio Assistens.
A las 20 horas en la LiteraturHaus se realizará el concierto “8 Popsange” con música de Bent Sørensen, con el tenor Mads Elung-Jensen y el pianista Rolf Hind.
Además Thomas Boberg lee poemas de su amigo Michael Strunge, Anne-Marie Mai cuenta sus conversaciones con Michael Strunge y Erik Skyum Nielsen coloca a Strunge en relación con la poesía danesa.

Le Monde diplomatique

Breve Historia del comic en Chile

lunes, junio 02, 2008

Octavio Paz, Jardínes errantes y el 68 latinoamericano

Don Octavio är inte farlig! mi artículo en Kvällsposten, Sábado 4 de Junio de 1988
Escucho voces antes de doblar la esquina. Doblo y, como si fuera irreal, aparece Octavio Paz.
Era una medianoche de luna llena de junio de 1988 y Octavio Paz caminaba directo hacia mí en una calle principal de Malmö en Suecia, canteado por Lasse Söderberg a la izquierda y Jean Clarence Lambert a la derecha. Venían del centro cultural francés y yo venía con mi novia sueca de mi pub preferido.
Entonces lo vi y grité como un groupie: “Octavio Paz”.
Y lo abracé Y Octavio Paz me abrazó.
Mi entusiasmo nocturno tenía bases sólidas.
Octavio Paz era un tipo de escritor muy de moda. Desde 1968 Octavio Paz publicó obras capitales. Dije 1968 y quiero decir “Tlatelolco a las cinco y media del miércoles 2 de octubre”, donde diez mil estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas escuchan a un líder estudiantil que habla desde un balcón. De pronto en el cielo se encienden luces de bengala. Se oyen disparos. Muchos caen en la plaza por el fuego de ametralladoras. La matanza de Tlatelolco fue un ataque militar del gobierno que tomó 29 minutos y dejó un monte de cadáveres.
Aún había olor a pólvora cuando, en protesta, Octavio Paz renuncia a la embajada en la India, donde estaba desde 1962. Tlatelolco gatilló el frenesí de Paz por la libertad crítica. Paz escribe Post Date, uno de cuyos capítulos centrales es sobre la carnicería de Tlatelolco, y sobre la crisis de representatividad política, el desfase entre la elite y el pueblo, el cultura piramidal del partido único, y del “sí, señor presidente”. Luego funda la revista Plural.
Leer a Paz en esos años de dictaduras sureñas, era un chiflón de aire libre. Paz denuncia el golpe contra Salvador Allende, critica la falta de fe de las democracias occidentales, los límites del mercado, el desdoblamiento democrática-imperial de Estados Unidos, defiende el aborto y la liberación femenina, critica la dictadura de Franco, y defiende el aura libertario del movimiento del 68.
Pero a la vez, Paz denuncia la URSS y defiende a Solzhenitsyn y a Padilla en Cuba y critica la doble moral de una cierta izquierda dogmática, la caída cultural de la izquierda stalinista que no perdonó a Paz y que lo vio como una bestia negra.
Pero sobretodo, lo que dijo Paz, lo dijo con un lenguaje creativo y centelleante, nervioso y sustantivo, como si orillara un acantilado.
Hace veinte años, una noche en Malmö, Octavio Paz me abrazó y luego me preguntó:
-Y ¿tú quien eres?
Lasse Söderberg se apuró en presentarme y en contarle que yo había hecho una antología literaria de suecos y latinoamericanos que titulé Jardines Errantes, (Irrande Trädgardar, 1987, Aura Latina). El título del libro estaba tomado de uno de los poemas de Octavio Paz, publicado en 1971 y dedicado a Jean Jacques Lambert, su traductor francés, que estaba también allí parado al lado de Octavio Paz. Además, el poema había sido traducido al sueco por Lasse Söderberg.
Lo qué son las cosas.
De un modo curioso y fantástico, todos los que teníamos algo que ver con el poema Jardines Errantes, un homenaje al dialogo del vagamundo, estábamos allí parados, como troncos bohemios, a la doce de la noche en la calle Södra Förstadgatan de Malmö, bajo la luz centelleante de la luna llena.
-Lasse, dijo Paz, no me has enviado ese libro.
-Sí, Lasse, dije yo haciéndome el interesante, ¿por qué no le has enviado el libro Jardines errantes a Octavio Paz?
-Sí, Lasse, yo también quiero uno, dijo Jean Jacques Lambert.
El año siguiente cundió el rumor en los entornos de la academia sueca, que le darían el premio Nobel a Octavio Paz. No fue así. Ese año el premio recayó sobre Camilo Cela. Se dicen muchas cosas acerca de los criterios de la Academia sueca para nombrar al premio y uno de esos imaginarios, es que la academia no vuelve a premiar a un escritor del mismo idioma dos años seguidos. Sin embargo, la academia premió a Octavo Paz en 1990, desdiciendo los prejuicios.
La historia del poema Jardines errantes no quedaría allí.
Lambert publicaría en 1992 un poemario que titularía también Jardines errantes (México, 1992).
Y hoy Seix Barral, con motivo de los 10 años de la muerte de Octavio Paz, publica otro libro con el título Jardines errantes, con las cartas que escribió el Nobel mexicano entre 1952 y 1992 a Jean Jacques Lambert, una amistad que duraría 50 años.

JARDINES ERRANTES
A Jean Clarence Lambert, entre Suecia y México.
Entre la nieve y el terrón fusco,
El pino y el cacto,
entre
las palabras enterradas del poeta Ekelof
y las profecías desenterradas de Topiltzin,
el erizo de mar y la tuna tenochca,
el sol
de mediodía y el sol de medianoche,
Jean Clarence
tiende un hilo
sobre el que discurre
-del color al sonido,
del sonido al sentido,
del sentido a la línea,
de la línea
al color del sentido:
letras,
exclamaciones, pausas, interrogaciones
que deja caer
desde su divagar vertiginoso
en nuestros ojos y oídos:
Jardines errantes.

Los libros, la piratería y la deuda social

Hace algunos años atrás almorzaba con dos amigos en Las Tejas, un local de la calle San Diego. Un señor se acercó con un bolso de libros que colocó sobre la mesa. Le compré por 3 mil pesos el libro de Jorge Edwards, El inútil de la familia. Por la noche comencé a leerlo y me pareció un libro gratificante, aunque algunas páginas estaban algo amarillentas y me costó leerlas. El libro costaba en librería cerca de 10 mil pesos, el precio total de los almuerzos y el vino.

Cuando se habla de piratería en Chile se habla, casi siempre, desde el punto de vista de los productores, casi nunca del consumidor. Quienes más énfasis ponen en la llamada "lucha contra la piratería" son, justamente, las editoriales, las disqueras, en fin, los empresarios cuasi monopólicos. Existe también una cierta predilección a penalizar al consumidor, o al comerciante callejero.

Sin embargo, hay indicios claros que detrás de la piratería no está un vendedor callejero que vive en lo barrios pobres de Santiago, sino unos cuatreros de plata y que viven, seguramente, en La Dehesa. O la piratería institucionalizada de los centros de fotocopiado de grandes universidades. ¿Por qué entonces esta persistencia en hinchar a los consumidores o al vendedor de cuneta?

Comparto con el venezolano Jorge Gómez Jiménez, director de la excelente revista digital www.letralia.com, cuando afirma que "La lucha contra la piratería editorial sería innecesaria si los gobiernos y los empresarios hicieran un esfuerzo real por reducir la carga económica en beneficio de los consumidores. Es decir, si los precios de los libros no hicieran de éstos artículos de lujo, habría menos piratas editoriales."

Quiero también mencionar al crítico peruano Javier Agreda :" "Por supuesto, las grandes empresas están luchando por mantener sus ganancias acostumbradas. Para ello hacen esas campañas mediáticas que presentan como lucha contra la piratería y por los derechos de autor. Ni lo uno ni lo otro. Lo que ellos califican como piratería es simplemente una consecuencia del nuevo mercado global y liberal".

Y el escritor mexicano Juan Villoro contesta: "Me gustaría vivir en un mundo donde hubiera una clara legislación al respecto (como la hay en Gran Bretaña). Sin embargo, en la situación actual, para miles de latinoamericanos el acceso a los libros sólo es posible si no los compran. Buena parte del trabajo que hago es gratuito precisamente por eso. No se puede someter la cultura en América Latina a las leyes del mercado. Sólo cuando los libros están al alcance de todos eso será posible."

Y el chileno Hernán Rivera Letelier: "En la actualidad no es que la gente lea menos que antes, sino que los libros son caros y la posibilidad de acceder a ellos no es otra que adquirirlos comprando las copias piratas, aunque esto dañe al sistema."

En el Museo de Arte Contemporáneo de Santiago asistí hace un tiempo atrás, al lanzamiento del libro de Lawrence Lessig, Cultura Libre, Como los grandes medios usan la tecnología y las leyes para encerrar la cultura y controlar la creatividad. Lessig es profesor de la Universidad de Stanford y es una las figuras sobre el tema de la regulación y los derechos de autor. Su libro es base para entender los problemas de la propiedad intelectual. Lessig dice que los derechos de autor, tal como se aplican hoy, son una de las principales barreras para el desarrollo de la cultura y que hay hoy un extremismo peligroso del control de la propiedad intelectual. Lessig concentra su análisis en la concentración de poder producido por un cambio radical en el campo efectivo de la acción de las leyes. (Se puede leer el libro de Lessig en internet y se puede comprar la muy actual edición de LOM).

Lessig ha ido un paso más allá y ha creado la Creative Commons, un nuevo tipo de licencia que fomenta la cooperación y la participación.

El Estado chileno debe preocuparse de lo central: asegurar el libre acceso al arte, la cultura y el conocimiento en general. El Estado debe propugnar el precio único marcado en los libros (como en diarios y revistas), el IVA diferenciado para el libro, fortalecer las bibliotecas públicas, poner fin a la fotocopia indiscriminada de universidades y fomentar la lectura con la presencia de autoras y autores en escuelas, liceos y universidades.

El problema del libro, de los CD o de los sofware no es policial ni se solucionará con demandas judiciales.

El conflicto básico es que la piratería surge por una enferma relación de oferta y demanda. La piratería es parte también de lo que últimamente se ha llamado la "deuda social".

Meses después de comprar en las Tejas el libro de Jorge Edwards, me encontré con el escritor en una comida que invitaba el embajador de Finlandia Ivo Salmi y señora, con motivo de la visita del experto traductor finés, mi cordial amigo Matti Brotherus.
Curiosamente, para que vean como son las cosas, Jorge Edwards le llevó de regalo a los anfitriones su libro El inútil de la familia.
Mientras bebíamos el aperitivo, le comenté al Premio Cervantes, a modo de chanza, que me faltaban algunas páginas que leer de ese libro, pues mi copia pirata tenía algunas páginas borrosas.
Jorge Edwards, con su grata diplomacia, tomó bien mi apostilla, y la conversación con los embajadores y otros escritores presentes derivó así sobre los problemas del libro en Chile y las políticas de promoción del libro de los países nórdicos, de las cuales los chilenos algo deberíamos aprender.