Entre los cien pasajeros del Explorer viajaban Jan Henkel, de 42 años, y Mette Larsen (29), daneses.
El había comprado anillos de compromiso y su exótico plan era esa noche en el barco Explorer, quizás durante la cena, quizás durante una cena con velas y música romántica, pedirle a Mette que se casaran.
Al chocar el barco con un iceberg, estuvieron obligados a subir a los botes salvavidas.
Pero Jan Henkel no dejaría que el destino cambiara su principal objetivo del viaje y se preocupó de salvar también las argollas.
El había comprado anillos de compromiso y su exótico plan era esa noche en el barco Explorer, quizás durante la cena, quizás durante una cena con velas y música romántica, pedirle a Mette que se casaran.
Al chocar el barco con un iceberg, estuvieron obligados a subir a los botes salvavidas.
Pero Jan Henkel no dejaría que el destino cambiara su principal objetivo del viaje y se preocupó de salvar también las argollas.
Durante las cuatro horas que estuvieron en el bote salvavidas, con el temor de desaparecer para siempre en las heladas aguas de la Antártica-, sin cena, ni velas, ni música- y teniendo como testigos a los otros pobres sobrevivientes, Jan Henkel sacó los anillos y le preguntó a Mette Larsen si deseaba casarse con él.
-Sí, dijo ella.
Ahora van en busca de un lugar más cálido.
-Sí, dijo ella.
Ahora van en busca de un lugar más cálido.
Foto de AP
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