Omar Pérez Santiago pertenece a una generación de escritores que ha incorporado la literatura fantástica o imaginativa con su libro de cuentos Nefilim en Alhué (2011). Esta corriente moderniza la vieja escuela de los asuntos existenciales góticos, lo terrorífico, lo mágico, lo onírico y lo diabólico de la cultura popular, y que tiene su origen en José González Vera de Alhué de 1928, en María Luisa Bombal, autora de La amortajada (1938), Elena Aldunate con su Juana y la cibernética (1963) y Carlos Droguett con Patas de perro (1965).
"En el fondo, lo visto, lo sufrido, lo imaginado y lo soñado son igualmente reales, es decir, existen."
Borges, Jorge Luis, Reseña de la antología Die Aktions-Lyric (1914-1916). Ultra, Madrid, Año 1, N° 16, 20 de octubre de 1921
En nombre de Lucrecio. La materialidad literaria
Las cosas tienen lágrimas
Sunt lacrimae rerum, La Eneida, Virgilio
Fue hace más de 50 años en la Universidad de Chile, donde yo estudiaba Ciencias Políticas donde, un día claro y tibio de otoño, un profesor bajo y flaco, beatnik, algo hippie, esotérico o contracultural, definitivamente rebelde, con sorprendente energía nos habló de un poeta o filósofo llamado Lucrecio, el filósofo romano materialista del siglo I y su obra Rerum Natura.
No hay nada fuera de la materia existente. Sólo hay materia y vacío. La mente emerge de las desviaciones y los movimientos de los átomos. "La materia agitada de continuo". El espíritu es una parte del cuerpo. Lucrecio creía que en el mundo no hay nada fuera de la materia existente. Lucrecio consideraba que la mente emergía de las desviaciones y movimientos de los átomos, "hay cuerpos que los ojos no perciben". Así, por ejemplo, la creencia en el inframundo y el miedo a Aqueronte es sólo la proyección de nosotros mismos.
Rerum Natura estuvo desaparecida o cancelada por
la iglesia (o las iglesias) durante catorce siglos hasta el Renacimiento.
En 1417 apareció Poggio Braccelini. Era un
cazador de libros, a book hunter. En la abadía alemana de Fulda, Poggio descubrió el manuscrito perdido
de Rerum Natura, la obra de Lucrecio.
Poggio colaboró así al inició de la era moderna.
Han pasado 20
siglos desde Lucrecio.
Recién hoy sabemos, gracias a la neurociencia, que nuestra memoria construida se guarda en el hipocampo
del cerebro en las 86 mil millones de neuronas. Hoy sabemos que las neuronas de
la memoria declarativa viven en el hipocampo del cerebro. Allí neuronas
densamente empaquetadas crean conceptos y abstracciones que permiten pensar.
La memoria
es construida. La materia se nos presenta como existente en y por sí misma como
memoria. De los videos, los libros, de los relatos de nuestros padres o nuestros
abuelos. La memoria son abstracciones emocionales codificadas y heredadas. Son emociones
abstractas, edificadas por nuestras neuronas del hipocampo, según la neurociencia.
Subrayo.
En última instancia, el fabuloso mecanismo material de construcción de ideas y
de ficción reside en el hipocampo. Es el dispositivo que también puede permitir
que la ficción manipule la mente humana. Esto es cada vez más resonante, en un
momento de gran expansión de la biotecnología y la inteligencia artificial.
La
neurociencia valora la autonomía del pensamiento y de las ideas. Nuestras ideas
son una reconstrucción de emociones codificadas, la materialidad con la que se
construyen los sueños.
Yo deseo subrayar, en última instancia, este fabuloso
mecanismo de construcción de ideas en el hipocampo. El hombre está determinado por las murallas
del lenguaje, determina sus estructuras de pensamiento. Todo es una cuestión de
reconstrucción de lenguaje. Modelos mentales para construir una realidad. El
cerebro construye y modela.
¿Esa teoría e una
prolongación del dominio académico del estructuralismo francés?
Sí.
No discuto si una realidad en general existe o
no. O, que, como los filósofos posmodernos y su teoría del simulacro donde creen
en la realidad construida.
No.
Parece duro decirlo. Gran parte de la
disgregación estructuralista sobre la literatura fantástica ha perdido validez,
es un pastoso juego académico. Se ha vuelto engorrosa. Un divertimento de catedráticos. Una teoría de instituciones.
Lo
sobrenatural o lo fantástico está presente en muchas obras de la gran literatura desde sus
inicios. La literatura está ligado a las emociones primitivas, y los cuentos
fantásticos y de horror son tan antiguos como el pensamiento y el habla de los
humanos, tal como lo mencionó Lovecraft.
Existe solo buena y mala literatura.
La
ficción sólo es “representativa” de su referencia con el mundo del autor, que
reside en el hipotálamo. Es una visión reducida, sí, pero una
reducción liberadora, desde el punto de vista de la ficción e imaginación de un escritor.
Dijo Cortázar: "Yo me movía con naturalidad en el terreno de lo fantástico sin distinguirlo demasiado de lo real".
Lo fantástico está en el origen de la civilización humana, por así decirlo.
La definición de lo real y lo irreal es una cuestión de percepción. Para un escritor de ficciones, lo que existe materialmente
es el mundo físico al interior de su hipocampo, en los millones de neuronas, donde
se construyen las ficciones. Y esa ficción es propiedad privada del escritor. Sobre
la cual tiene legalmente derecho de propiedad intelectual, por lo menos por un
tiempo.
Por otro lado, la materialidad literaria del escritor no son solo sus experiencias reconstruidas, (la calle donde vivió o la casa de su infancia). Son sus experiencias psicológicas, sus miedos, sus sueños, sus ansiedades, sus obsesiones. Sus emociones. Su imaginación. Ese conjunto se llama: la materialidad del escritor.
Como el Espíritu Santo que dictó un libro, La Biblia. El escritor tiene una partícula de divinidad.
La verdad está en la simplicidad. El monje Guillermo de Ockham (1285-1347) afirmó que la explicación más simple suele ser la más probable. La teoría de la Parsimonia o La Navaja de Ockham. El monje postuló que el universo no es otra cosa que una operación abstractiva, una especie de ficción.
En nombre de Lucrecio.
La materialidad de William
Faulkner:
La comarca maldita.
Faulkner en dos años publicó sus dos más grandes novelas regionales. En
1929, El ruido y la furia, sobre una familia del sur de los Estados
Unidos, el clan Compson del Missisipi.
En 1930 Faulkner publicó su novela Mientras agonizo. En 59 capítulos y reconstituida
por diferentes personajes, 15 narradores con la técnica del flujo de la
conciencia o asociaciones subjetivas o stream of consciousness.
Llevan a enterrar a la matriarca Addie, que agoniza y
muere en el camino. Y en un capítulo la muerta habla. Addie,
que está muerta, cuenta como llegando de la escuela bajaba al río, “donde podía
estar a mis anchas y odiarlos a todos juntos.”
La materialidad de William Faulkner procedía del bucle
de los derrotados de la guerra de la Secesión (1861-1865), cuatro años dolorosos donde murieron entre 600 o 700 mil
personas. Es decir, donde se incubó el amargo resentimiento de los perdedores. El costo humano de cualquier guerra y el nacimiento de la nostalgia.
La materialidad del gótico de William
Faulkner son las ideas ya establecidas en la tradición sureña como como región
“enferma”. Sus casones en ruinas, el cascaron destripado y vacío de una enorme casa,
sus establos derruidos, sus barracones para los esclavos, sus jardines llenos
de malas hierbas. La degradación del Sur. Hombres y mujeres que leen
La Biblia pero desintegrados por la envidia, por el alcohol, por la soledad,
por las erosiones del odio.
Esa es la materialidad literaria de Faulkner. Allí nació la escuela literaria del resentimiento. Con William Faulkner aparece el espíritu de la novela gótica, el gótico sureño. Registra una nueva y ominosamente macabra visión de la disolución contemporánea. (Alfred Kazin).
A diferencia de Bierce, William Faulkner no vivió la guerra civil. Faulkner
nació en 1897, es decir, 32 años después de la guerra civil. Pasaron 62 años
cuando Faulkner publicó su novela. Quiero remarcar que Faulkner no reacciona a
sus dolores propios o directos de la guerra en sí.
(Algunos llaman
a esto la generación de la posmemoria).
William Faulkner reacciona al significado y consecuencias
de la guerra, a las abstracciones emocionales codificadas y heredadas de su
familia, sus tías, su abuelos y su tatarabuelo William Clark Falkner,
héroe de guerra.
Es decir, William Faulkner reconstruye emociones
abstractas, edificadas por sus neuronas del hipocampo, según la neurociencia.
Yo deseo subrayar, en última instancia, este fabuloso
mecanismo de construcción de ideas en el hipocampo. El hombre está determinado por las murallas
del lenguaje, determina sus estructuras de pensamiento. Todo es una cuestión de
reconstrucción de lenguaje. Modelos mentales para construir una realidad. El
cerebro construye y modela.
Mientras
agoniza la llevan a enterrar
Faulkner en su novela Mientras agonizo desestructuró
el relato. La novela se expone
a través de los personajes.
Mientras agonizo es un road movie o viaje en carretera, donde llevan
a la madre Addie a enterrar. Lo cuentan diversos personajes. Hasta que en un
solo y breve capítulo habla la muerta, que la llevan a enterrar.
En la Odisea de Homero, Odiseo baja al infierno y escucha a los muertos. De hecho, el título de la novela Mientras Agonizo, hace alusión al Lamento de Agamenón en el capítulo 11 de la Odisea de Homero, Descenso al infierno, descensus ad inferos, el territorio de los muertos.
Veinte años después, Faulkner recibe el premio Nobel. Un frío domingo 10 de diciembre de 1950 fue al acogedor banquete en el City Hall en la isla Kungsholmen de Estocolmo. Faulkner dijo en su discurso: “Nuestra tragedia actual es un miedo físico y universal, tan largamente padecido que hemos llegado incluso a soportarlo.”
La materialidad de María Luisa Bombal: el dolor y la violencia de
género.
María Luisa Bombal nació frente al helado océano Pacífico en Viña del Mar en una familia de la alta burguesía. Tenía ocho años y se murió su padre. Ella se fue con su madre a París. Estudió literatura en La Sorbona.
Volvió a Chile en 1931.
Tenía 21 años.
Santiago de Chile. Así, cayó en un bucle
tradicional, patriarcal. Un bucle o topoi tradicional, donde sus miembros comparten ideas, creencias
o estereotipos culturales tradicionales o conservadoras.
En ese bucle aprendió rápidamente que el
tiempo es distinto según el espacio en que vives.
Santiago es un bucle o potoi patriarcal desde
su fundación. Una ciudad fundada en el cerro Santa Lucía por hombres bien hombres,
digamos soldados analfabetos detrás de oro escaso: los españoles de Pedro de Valdivia.
María Luisa Bombal parecía
extravagante en ese bucle. Lo era. Ella es el descaro femenino. Se sentía
extranjera. A pesar que amaba Chile y sus volcanes. ”Nunca se puede renunciar a
un país con setecientos volcanes.”
Se vinculó con los escritores en los cafés de
Santiago y se hizo amiga de Pablo Neruda.
Vive un drama tortuoso. Fue amante
de Eulogio Sánchez Errázuriz, un hombre casado, levemente gordo pero muy mujeriego.
Una tarde de invierno entró en la casa del amante Eulogio en el barrio Brasil de Santiago. Ella se disparó en un brazo delante del gordito mujeriego.
Ella terminó en el hospital con
todo el dolor del desamor. Fue su modo de rebelarse a la tradicional sociedad chilena que cercena
o ahoga su libertad femenina.
En septiembre de 1933 cruza la montaña de Los
Andes. Huye del bucle obsesivo de dolor, de las rumiaciones o pensamientos
repetitivos y negativos que la abruman en Santiago.
Buenos Aires.
Ingresó al bucle o topoi literario más activo de América
de la década de los 30: Jorge Luis Borges, Oliverio Girondo, Norah Lange,
Alfonsina Storni, Victoria Ocampo. Los extranjeros Alfonso Reyes, Gabriela Mistral, Federico García Lorca y
Pablo Neruda.
Estaba de moda Faulkner y Virginia Woolf. Fue la época en que Faulkner y Woolf se convirtieron en un referente de lectura y escritura. Borges reseñó varios de libros de Faulkner y tradujo Las Palmeras Salvajes.
La
Amortajada
es la obra más importante de María Luisa Bombal. La primera edición apareció
en 1938 en la editorial Sur de Buenos Aires, dirigida por Victoria Ocampo.
Habla la muerta. La Amortajada comienza con el
despertar de ella: ‘Luego que hubo anochecido, se le entreabrieron los ojos”. Y
comienza la narración cuando ella -ya muerta- revive Io que le ha sucedido en
su vida.
Fundadora del gótico, del realismo mágico, en definitiva, de la literatura fantástica. Se constituiría en una figura deslumbrante para los escritores latinoamericanos, como Juan Rulfo, Gabriel García Márquez. Carlos Fuentes (“madre” de todos los escritores latinoamericanos contemporáneos), Borges (“La Amortajada es un libro que no olvidará nuestra América”).
Entonces, un día María Luisa volvió a Santiago. Ya era otra: una pequeña estrella literaria.
El lunes 27 de enero de 1941 hacía calor. A las 5 de la tarde Bombal salió del café del Hotel Crillón por la calle Agustinas del centro de Santiago. Con un elegante vestido blanco de seda. Entonces lo vio: el gordito mujeriego caminado por la calle. El donjuán mujeriego de Eulogio.
“Sinvergüenza”, le gritó.
Sacó una Mauser 4 milímetros y le pegó tres tiros.
Pum, pum pum.
El mujeriego quedó grave en el hospital.
Ella fue presa.
La materialidad de Mariana
Enríquez:
la infancia en un clan familiar asesino.
Una tarde fría de invierno de junio de 2019, llegué a
la que era una fantástica biblioteca del parque Bustamante de Santiago. Una biblioteca de
cómodo estilo nórdico, amplia, de relajados sillones, de sala plenamente
iluminada. Allí, tomé la foto mientras la escritora Mariana Enríquez
leía un cuento de su libro “Los peligros de
fumar en la cama” de 2009.
Unos
meses después, la hermosa biblioteca donde leyó Mariana Enríquez, ardió
completamente en medio del Estallido Social de octubre del 2019. Todo el barrio
ardió. Estábamos en el núcleo de una
sociedad simuladamente pacífica.
La larga novela Nuestra parte de la noche (2019) es sobre una densa historia del clan familiar de Gaspar Peterson, un chico nacido en 1974. Sí, un clan familiar asesino.
Las 667 páginas están divididas en seis partes de extensión desigual, alteradas cronológicamente con saltos temporales. Casi todas contadas en tercera persona, con ánimo exteriorista, no intimista. Técnicamente es un relato desestructurado, contado desde diversas perspectivas y no lineal. Tal como Mientras Agonizo de William Faulkner. Y, quizás por eso, ambas novelas son algo fastidiosas o difíciles de leer.
En el capítulo cuarto está en primera persona, habla la madre de Gaspar, que ya está muerta, Rosario.
La larga historia comienza cuando el argentino Gaspar Peterson tiene 6 años y está de viaje en auto con su padre Juan Peterson, un argentino de ascendencia sueca. Como en Mientras agonizo, es una road story desde Buenos Aires a Misiones, en la frontera con Paraguay. El trasfondo son los años terribles de la dictadura Argentina, donde se ven los controles militares en la carretera. De oscuridad y secretos.
Su
madre Rosario Reyes Bradford ya está muerta, supuestamente en un accidente.
En el viaje suceden
acontecimientos que harán avanzar la trama.
Gaspar conoce a su tía Tali,
media hermana de su madre Rosario, y medio amantes de su padre Juan. Lo que fue
una especie de triangulo. Tali es media india guaraní que mantiene semi clandestina
un templo alternativo llamado San La Muerte.
Gaspar y su padre Juan llegan
a la casona de sus suegros, Mercedes Bradford y Adolfo Reyes, el centro
operativo de una Orden.
Así nos enteramos que Juan Peterson
es un médium con capacidad de convocar a la Oscuridad de la Orden dominada por
la poderosa y asesina familia Bradford. Son criminales que usan prisioneros para
el sacrificio, con la supuesta idea de que vivirán eternamente. En casa de sus
suegros Mercedes Bradford y Adolfo Reyes se produce el Ceremonial de la Orden.
El llamado Ceremonial es, en realidad, un acto simple y barato, vulgar: La
Oscuridad se come vorazmente a nueve víctimas secuestradas y enjauladas en un
túnel subterráneo. Sin efectos prácticos evidentes, los sacrificios son
simplemente, asesinatos en masa, también llamadas masacres.
Por su labor como médium la
salud de Juan es precaria. Los Ceremoniales lo ponen enfermo, enfermo y agotado.
Una enfermedad cardiaca grave, el ritmo de su
corazón no es normal.
Mercedes quiere que su nieto
Gaspar sea su heredero como médium. Juan sabe que corre peligro. Por eso busca
quien se quede con su hijo, pues sabe que pronto él puede morir.
Entonces, la villana de la
historia es la abuela de Gaspar, la abuela Mercedes. Ella le hizo unas pruebas a
Gaspar para probar que era apto como médium. Allí Juan se entera o sospecha que
Mercedes mató a su mujer, Rosario. Por razones de poder interno. Una disputa por
el control de la Orden.
Es decir, Mercedes es la
Cruella de Vil, una bruja malula de una familia de criminales. Su cómplice
directo es su hermano, el doctor cardiólogo, Jorge Bradford.
Para mí, son simples
asesinos de entelequia o mentalidad colonial.
El valor de la novela de Mariana Enríquez es construir una familia que mata por un espurio ensueño, sin efectos prácticos. Clan asesino. Eso duele. La escritora le da contenido familiar a una casta gratuitamente asesina.
Lo otro
es la visión oscura de la infancia, o como los adultos destrozan la psiquis de
niños por sus oscuros deseos de convertirlos en algo que no son.
Igual que el poder militar argentino
que asesinó a sus compatriotas. Se estima que unos 500
niños fueron secuestrados-desaparecidos durante la dictadura de Videla.
Terrible.
Como si el mal fuese el territorio, una maldita comarca. Como la extraordinaria novela “Alhué”, del chileno José González Vera de 1928. Alhué, comarca de brujos según los mapuches. Una corta e intensa narración en primera persona sobre un pueblo llamado Alhué, comarca maldita. Un narrador omnisciente evoca muertos. "Lilas de la tierra muerta". Alhué de González Vera prefigura Comala de Rulfo, que, a su vez, anticipa Macondo de García Márquez.
La Orden de la novela de
Enríquez se encubre por el poder militar, que de algún modo hace lo mismo que
la Orden, pero en paralelo. En paralelo el poder militar hace desaparecer a niños
argentinos.
(La Orden es como la Colonia
Dignidad, la poderosa secta de nazis alemanes, el mal que, en el sur de Chile, colaboró
con la siniestra DINA chilena. Allí torturaban y enterraban prisioneros
políticos durante la dictadura de Pinochet).
En el capítulo 4 habla la
muerta Rosario Reyes Bradford, la mamá de Gaspar Peterson.
Técnicamente el capítulo 4 no
es un capítulo intimista o de flujo de conciencia, en la tradición de monólogos
intimistas de Molly, el capítulo 18 y final del Ulises de James Joyce. O
del capítulo de la muerta Addie de Mientras Agonizo de Faulkner. O de Ana María, el personaje de la novela La Amortajada de Bombal.
Mariana Enríquez escribe con
distancia, con frialdad. No hay lamento. Tampoco hay gran odio. En un largo capítulo
informativo de 130 páginas. Rosario cuenta la densa historia criminal de su clan,
la familia Bradford, y la Orden, durante el siglo xx.
Al fin, Gaspar, huérfano de padre
y madre, tenía entre 11 y 13 años, cuando vive con su tío Luis, que lo adopta.
Y convive con sus amigos Vicky, Pablo y Adela.
En su adolescencia Gaspar hace listas de poetas suicidas, lee a Poe, a
Alejandra Pizarnik, y es asiduo a las discotecas under donde se escuchaba rock
punk. Es decir, escritores malditos y temas oscuros que se alimentan del decadentismo
del fin de siglo XIX y que son siempre populares entre las generaciones jóvenes.
Madame Bovary, c´est moi. Madame Bovary soy yo.
La frase se asocia al francés, Gustav Flaubert, autor de su novela Madame Bovary. No hay pruebas de que Flaubert realmente dijera esta frase. Pero, la frase se hizo popular en el siglo XX, y se utilizó a menudo para describir la identificación de un autor con su personaje principal.
Gaspar
Peterson es Mariana Enríquez.
Biografía
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paraíso, protagonistas en la narrativa de María Luisa Bombal. Senda Nueva de
Ediciones.
BIANCHI, Soledad (1997): María Luisa Bombal o una difícil
travesía (del amor mediocre al amor pasión). Cyber Humanitatis, Núm. 2 1997.
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Edición de Enrique Sacerio-Garí y Emir Rodríguez Monegal. Editorial Sudamericana.
FELDMAN, Lisa (2018): La vida secreta del cerebro: cómo se construyen las emociones. Paidós.
GUERRA, Lucia (2012): Mujer, cuerpo y escritura en la narrativa de
María Luisa Bombal
HIRSCH, Marianne (2015): La generación de la posmemoria. Escritura y
cultura visual después del Holocausto (Madrid: Carpe Noctem.
KAZIN, Alfred (1942): On Native Grounds: An
Interpretation of Modern American Prose Literature. New York: Harcourt Brace
and Co.
LEÓN, Gonzalo (2017): Las Bombal y Borges.
Revista Punto Final, 21 de Diciembre de 2017
LÓPEZ CALERA, Nicolás (2012) Guillermo de
Ockham y el nacimiento del laicismo moderno,
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QUIAN QUIROGA, Rodrigo (2021): Borges y la
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ROAS, David (ed.) (2001): Teorías de lo
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ROAS, David
(2009)Lo fantástico como desestabilización de lo real: elementos para
una definición. Universitat Autònoma de Barcelona
ROVIRA ESTRADA, Carla. (2020): Hacer visible
lo invisible: fantasía y posmemoria en Nuestra parte de noche de Mariana
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VARGAS LLOSA, Mario (2009): Huellas de
Faulkner y Borges en Juan Carlos Onetti. Revista Monteagudo. 3.ª época - n.º
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VERDUGO FUENTES, Waldemar (2021): María Luisa
Bombal: Una huella. Editorial. Cuarto Propio.
TODOROV, Tzvetan: Introducción a la literatura
fantástica, Editorial Tiempo Contemporáneo. Buenos Aires, Argentina 1972.
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