Laocoonte y sus hijos ca. 25 a.C.
Una obra de noble simplicidad y grandeza.
Laocoonte advirtió a los porfiados troyanos sobre la naturaleza del caballo de Troya. Nadie le creyó.
Laocoonte fue castigado por prevenir a los troyanos. Venus le envió unas serpientes para devorarle a él y a sus hijos.
Entonces, Laocoonte sufre por dos cosas; por el castigo terrible que le provocan las serpientes a él y a sus dos hijos y, además, sufre por lo porfiados y ciegos que son su pueblo, los troyanos.
No aceptar la crítica puede ser catastrófico.
Eso le duele a Laocoonte, la ausencia de autocrítica, tanto como las mordidas de las serpientes.
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