Antonio Cisneros estaba en el panel donde se
hablaba de los destinos de la poesía, en el aula repleta de la
Universidad de Santiago, en la comuna de Estación central de Santiago.
Antonio se acerca y me dice al oído: “ya sería bueno que fuéramos a
almorzar”. Era el año 1990 en el Encuentro Hispanoamericano de Poesía de
la Universidad de Santiago, que había organizado el poeta Andrés Morales.
Y desp
Y desp
úes de comer venían esas largas sobremesas en un restaurante cerca de las Estación Central, con Jesús Ortega, Sergio Badilla Castillo, Jaime Siles, Teresa Calderón
entre otros escritores. Antonio Cisneros era un experto en animar y
convertir en experiencias vitales las tertulias literarias, les gustaba
el hueveo y se sentía muy cómodo contando anécdotas. Y difícil ya de
olvidar sus comentarios inteligentes e irónicos sobre el fútbol, hincha
de Sporting Cristal, quizás en lo único que creía con la fe del
carbonero.
Para hacer el amor
Antonio Cisneros
Para hacer el amor
debe evitarse un sol muy fuerte sobre los ojos de la muchacha tampoco es buena la sombra si el lomo del amante se achicharra para hacer el amor. Los pastos húmedos son mejores que los pastos amarillos pero la arena gruesa es mejor todavía. Ni junto a las colinas porque el suelo es rocoso ni cerca de las aguas. Poco reino es la cama para este buen amor. Limpios los cuerpos han de ser como una gran pradera: que ningún valle o monte quede oculto y los amantes podrán holgarse en todos sus caminos. La oscuridad no guarda el buen amor. El cielo debe ser azul y amable, limpio y redondo como un techo y entonces la muchacha no vera el Dedo de Dios. Los cuerpos discretos pero nunca en reposo, los pulmones abiertos, las frases cortas. Es difícil hacer el amor pero se aprende. De: Comentarios Reales |
No hay comentarios.:
Publicar un comentario