Los cómics traen el pasado a nuestro radar crítico y nos dan directamente la identificación. Puede ser que las cualidades diagramáticas reduccionistas del cómic concuerdan con el modo en que el cerebro clasifica información. Esta facilidad subversiva para ingresar en las grietas más profundas de la psique nunca ha sido demostrada más claramente que en el género de los folletos de cómics, a veces conocidos como Las Biblias de Tijuana, que florecieron desde los años treinta. Eran alegremente pornográficos y categóricamente ilegales.
Desde la perspectiva actual, las primeras Biblias de Tijuana son una mixtura rara de libertinaje e inocencia. Quizás porque el ambiente sexual obrero en que fueron creadas era tan opresivo, que las Biblias de Tijuana, en general, no se aventuraron en los dominios del vicio sadomasoquista de mucha de la actual cultura popular, que admite pornografía extrema. La Biblias de Tijuana parecen maravillarse en la idea del sexo. ¡Un pasaje de " Portnoy's Complaint " de Philip Roth captura perfectamente su tono adolescente: ¡Alucinante! ¡Asombroso! ¡Todavía no puede superar la idea fantástica que cuando uno mira a una chica, uno mira alguien que garantiza tener un coño! ¡Todas tienen un coño! ¡Bajo sus vestidos! ¡Coños - para tirar!
Those dirty little comics
Por Art Spiegelman (1948, USA)
Versión en español de Omar Pérez Santiago
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